¿Más Guardias?.

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– Linda entra más tarde hoy — insiste sentado en la cama — Recién estabas vomitando

– Tengo juntas temprano, no puedo ir más tarde — toma su bolso — Voy a estar bien, ya vomite

– ¿No estás mareada entonces?

– De milagro no — suspira aliviada — Sólo fueron esas náuseas terribles, vete tranquilo, Matamoros va a llevarme

– Eso me tranquiliza un poco pero sigo creyendo que debes estarte quieta otro rato

– Estoy bien — sonríe y se inclina para besarlo — De verdad

– ¿Lo juras? ¿Por ellos dos?

– Te lo juro por ellos dos que estoy bien, vomitar sirvió esta vez

– Bueno, cualquier cosa estoy a una llamada de distancia

– Lo sé pero lo que quiero que hagas es enfocarte, porque vamos a tener nuestra primera reunión en conjunto para hablar del edificio inteligente, tus planes para mejorar el servicio de entregas de materiales y el presupuesto claro, te quiero bien preparado

– Tengo todo bajo control — ríe — No te preocupes, ya están todos los documentos

– Bueno, piensa en el discurso que les vas a vender entonces — le da un último beso — Me voy

– ¡Espera! Todavía no me despedí de los niños

– Ay Luís, rápido que me voy atrasar

– Ven, ven, ven — la trae tomándola por la cintura — Bebés... Ahora se van a ir a trabajar con mamá un rato — recuesta la cabeza en su vientre — Pero después estaré ahí con ustedes para el almuerzo, piensen en lo que quieren comer ya luego mamá me lo cuenta ¿Si?

– Diles que se porten bien por favor

– Cierto — ríe — No mareen mucho a su mamá, tampoco la hagan llorar en sus juntas

– Uy si por favor

– Papá los ama mucho — besa su vientre — Ahorita nos vemos, no se porten mal, así vamos por helado más tarde 







Bajaron juntos como de costumbre, esto lo hacía por si Raquel la provocaba o directamente hacia algo para lastimarla, además de que le agradaba la idea de ir agarrados de las manos hasta estar frente a las camionetas. Matamoros le abrió la puerta a su patrona esperando a que se acomodara en el asiento antes de cumplir la orden de llevarla hasta La Constructora; durante el camino notó que un coche algo sospechoso los estaba siguiendo por esa razón decidió desviar un poco para constatar que efectivamente los estaban siguiendo, por suerte los primeros cinco minutos La Doña no percibió absolutamente nada debido a que estaba revisando algo en su tableta.







– Matamoros, este no es el camino a La Constructora, tomaste mal una calle

– Doña, no se vaya asustar pero nos vienen siguiendo desde hace unas calles atrás, por eso estoy desviando

– ¿Nos siguen? ¿Estás seguro de eso?

– Muy seguro ¿Tiene puesto el cinturón de seguridad?

– Claro, siempre lo traigo puesto

– De acuerdo porque voy hacer unas maniobras para perderlos pero no quiero que usted salga lastimada

– Haz lo que tengas que hacer Matamoros — abraza su tableta






Matamoros tuvo que pasarse una luz roja debido a que unas motos se añadieron a esta persecución, Matamoros se imagino que sería un asalto así que simplemente piso el acelerador, desvío por otro par de calles hasta que pudo esconderse en un callejón.






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