Protocolos Opuestos.

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– ¿Y la dejaste pasar? — baja el tenedor — ¡Pudo lastimarte!

– Vino con una ofrenda de paz cara, supe que no iba a lastimarme

– Eso no es garantía Altagracia

– Luís, en mi familia las disculpas se dan con regalos caros y extravagantes, en la tuya se cambia de tema y ya. Tenemos "protocolos" diferentes por eso no lo entiendes

– No confío en ella

– Y lo entiendo pero te lo voy a repetir de nuevo, Raquel no me ha dado abortivos, no me empujó de las escaleras ¿Estaba molesta? Si ¿Me amenazó varías veces? Pues si pero ella nunca pasa de las palabras, es como cualquier persona que habla porque está con la cabeza caliente, no te digo que la disculpes ni que la veas con ojos de amor, puedes seguir en la misma posición en la que estás pero yo acepte el regalo y las disculpas

– ¿Por qué?

– Me gustó la pañalera y el set de cremas, además que viniera aquí a confesar que en realidad sólo quería asustarme, hizo que me quitara un peso de encima

– ¿Y ya estás tranquila? — frunce el ceño — Eres demasiado ingenua

– No, tengo mis reservas porque ella es bien manipulable, aunque presiento que va alejarse de su loco hermano, de él si debemos preocuparnos

– ¿Crees que intente algo contra ti?

– No mientras esté alejada de La Constructora, ese es su único objetivo

– ¡Pues aléjate entonces! Ya no te expongas más, estás embarazada

– ¿Y por qué crees que renuncie? Acaso piensas que fue la decisión más sencilla del mundo — niega — Jamás habría dejado La Constructora pero como dices, estoy embarazada

– Es sólo un trabajo Altagracia

– Es mi herencia

– Nadie va a quitarte el dinero que te corresponde por ella, tienes el suficiente, no entiendo porque te preocupas tanto

– ¿Piensas de verdad eso? Además ¿Crees que el legado de mi familia va a seguir en pie con Mariano al frente? Porque aunque vaya a necesitar de la aprobación de Nora para muchas cosas, hay tantas más que no, en especial si ponen a alguien de su confianza en tesorería, una vez tenga acceso libre al dinero, puedes apostar que todo va ir en picada

– Si eso pasa lo van a remover del puesto

– Ah si, que sencillo pero se te olvida que para cuando eso pase ya habrá echo que La Constructora pierda millones, probablemente se meta en negocios turbios ¿Y cómo van arreglar todo eso después? Ah verdad — se pone de pie

– ¿A dónde vas?

– Al cuarto, perdí el apetito

– Altagracia necesitas comer

– No, necesito estar alejada de ti un rato o te voy a lanzar algo a la cara — se retira

– ¿Me puedes explicar que hice mal? — voltea a ver a Magda

– Es que usted también ¿Para qué se pone a discutir a la hora de la comida?

– ¿Por qué no me avisaste que Raquel estaba aquí? Te encargue a Altagracia

– Porque se iba a poner exactamente así — dice con obviedad — Además yo estaba aquí con el teléfono en la mano para decirle a Matamoros que entre si algo le pasaba a La Doña pero las dos se sentaron allá en la sala, charlaron civilizadamente y eso fue todo

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