Drogas.

364 52 137
                                    

Luego de que Tania firmara el contrato ambos pudieron subir al cuarto, Altagracia ni bien se acostó nuevamente los gemelos comenzaron a patear, así que le toco a papá mimarlos por un buen rato hasta que los cuatro quedaron dormidos; el resto de aq...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de que Tania firmara el contrato ambos pudieron subir al cuarto, Altagracia ni bien se acostó nuevamente los gemelos comenzaron a patear, así que le toco a papá mimarlos por un buen rato hasta que los cuatro quedaron dormidos; el resto de aquel día se dedicaron a cosas de La Constructora juntos, pasar el rato y ese tipo de cosas. Al día siguiente tal y como lo había previsto Altagracia varios trabajadores renunciaron y se presentaron en La Constructora, cuando José Luís reconoció algunas caras sonrió internamente porque su esposa lo había logrado.

Aunque esta jugada tuvo un precio bastante alto, desde que había abierto los ojos esta mañana despertó con un dolor insoportable en las costillas y esta vez los gemelos no andaban haciendo de las suyas, aunque se tomó el medicamento todavía el dolor era bastante palpable, así que no salió de la cama de hecho apenas y desayuno cuando Magda subió con la charola. Se preparo la tina con agua caliente con la idea de estar un buen rato allí pero sinceramente el dolor continuaba haciéndola llorar, por lo que optó por buscar otra solución como usar esa faja para las costillas, aunque fue complicado acomodarla por su vientre.








– Doña — toca la puerta antes de entrar — El almuerzo esta listo ¿Quiere que se lo suba?

– No gracias Magda... — murmura

– ¿Se encuentra bien? — camina en su dirección preocupada — Doña, está sudando...

– Estoy bien, es el dolor en las costillas — hace una mueca

– No está bien — va al baño a mojar un poco una de las toallas de mano — Doña esta sintiendo mucho dolor — moja levemente su cuello y frente — Deje que llame al señor, debe ir al hospital

– Ah...

– Voy a llamarlo — se apura en sacar su teléfono del mandil — Tranquila, respire hondo ahorita lo solucionamos






•||•||•||•||•||•||•||•||•||•||•||•||•||






– ¿Falta alguien más Tania? Quiero ir a casa para almorzar con tu jefa

– Los demás están programados para la tarde señor Navarrete, puede irse tranquilo que yo me encargo de todo — sonríe

– Perfecto... Ah hablando de ella, me están llamando desde casa — contesta — Hola Magda ¿Qué paso?

– Señor que bueno que contesta, debe regresar a la casa rápido

– ¿Pasa algo? — se pone de pie — ¿Todo esta bien?

– No señor, La Doña ha estado con mucho dolor desde temprano y aunque ya se tomo su medicamento, no creo que le esté ayudando nada... Ella no luce nada bien

– No la dejes sola, llegare en unos minutos — cuelga — Tania ¿Puedes encargarte de las contrataciones? No voy a regresar hoy

– Si señor, yo me encargo no se preocupe

Nuestro ConvenioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora