Al llegar la tarde por supuesto se preparo para ir al club acompañada de su tía, optó por algo fresco además de cómodo pues no planeaba montar realmente, aunque si pasar un buen rato en las caballerizas hablando con los entrenadores y alimentando a los caballos. Por supuesto que no esperaba encontrarse con un idiota que estaría molestando a uno de los caballos que lo único que quería hacer era comer la manzana del idiota; este hombre se la pasaba acercandosela y luego arrebatandosela haciendo que el caballo se estresara.
– ¡Hey! No es un juguete para que te diviertas
– ¿Disculpa? — cruza los brazos
– Ya me oíste, si tan aburrido estas ¿Por qué no vas e invitas a otro descerebrado como tú a agarrarse a golpes por ahí?
– ¿Tanto te afecta que me divierta con el caballo? — sonríe de lado
– Lo estás torturando, así que vete con tu manzana o dásela pero vete de todas formas — se acerca — Por personas como tú es que luego es más difícil formar un vínculo sano con los caballos
– Estás exagerando muñeca, no se va a morir porque le niegue una manzana
– No pero probablemente su cuidador las utilice como premios y tú estás arruinando esa percepción del caballo, así que ¿Se la vas a dar o seguirás siendo un idiota?
José Luís resoplo manteniendo la sonrisa antes de lanzar la manzana al piso del establo del caballo, sin más dio media vuelta y siguió con su camino, sintiendo por supuesto la mirada que quemaba sobre su espalda. Después de eso pasó otro rato ahí antes de ir hasta la cafetería donde la había citado su tía.
– Buenas tardes, perdón por tardar — sonríe leve tomando asiento — Me distraje con los caballos
– Eso era justo lo que le estaba diciendo a Laura cuando preguntó por ti, mi sobrina tiene un gran amor por los caballos
– ¡Vaya! No tenía idea, mucho gusto Altagracia, soy Laura — le extiende la mano — Tu tía ha hablado mucho de ti
– Mucho gusto y estoy segura que si — ríe — ¿Qué le contaste tía?
– Ah casi nada, que estabas en Berlín, soltera y libre
– Berlín es muy hermoso — agrega Laura — Fui con mi marido hace unos años y nos enamoramos
– Si es una ciudad muy bonita, me alegra que la disfrutarán
Desde ahí la platica se volvió muy aburrida para Altagracia, bueno siendo sinceras todas las charlas le parecían aburridas así que no era culpa del tema en sí, aunque cuando la señora Laura comentó que su hijo estaba en club confirmó sus sospechas, pensó que hoy sería nada más un día como para que "nuera y suegra" se conocieran y ver si aceptaba a Altagracia pero al parecer ya era el paquete completo, justo cuando pensaba en una excusa para salir de ahí huyendo, el tal hijo apareció y no era nadie más que el idiota descerebrado que estaba molestando al caballo; ninguno de los se esforzó en esconder su decepción al verse las caras nuevamente.
– ¿Ustedes se conocen? — indaga Nora
– Nos cruzamos en las caballerizas — murmura — Pero no lo había visto antes — extiende la mano — Soy Altagracia
– José Luís — se la estrecha — Al que llamaste idiota hace un rato ¿Recuerdas?
– ¡Uf! Me cruzó con muchos idiotas, sería difícil recordarlos a todos
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Nuestro Convenio
Fiksi PenggemarAñadela a tu biblioteca, te vas a enganchar, ya lo sabemos JAJAJA