Media Noche.

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– ¿¡Cómo que vas a limpiar!? — cierra la puerta detrás de él — Mi amor hay que ir al hospital

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– ¿¡Cómo que vas a limpiar!? — cierra la puerta detrás de él — Mi amor hay que ir al hospital

– No le voy a dejar este tiradero a tu mamá... Ayúdame a encontrar algo con que secar aunque sea tantito

– Altagracia, los bollitos van a nacer

– Cierto, también estoy mojada, mierda va a saber que fui yo la que mojo su piso — toma uno de los rollos de papel nuevos

– ¡No importa el piso! — la toma por los hombros — Rompiste fuente

– Si, rompí fuente y hice todo un tiradero, ayúdame a limpiar

– Rompiste fuente — ríe nervioso — Ay mi amor ¡Rompiste fuente! — besa su frente

– Es verdad — lo encara asustada — ¡Rompí fuente! Tengo... Tengo que ir al hospital

– Dame eso — toma el papel — Voy a secarte un poco para que cuando salgamos no te de frio porque hay mucho viento

– Rompí fuente — repite — Carajo voy a tener a los bebés... No me seques con papel, se me va a quedar los restos y que vergüenza — toma una de las toallas

– Respira hondo que ya nos vamos






Al terminar de secar sus piernas todavía no pudieron salir del baño debido a que nuevamente una contracción se hizo presente, aunque esta dolía más que las anteriores, al pasar con cuidado salieron del baño pues ninguno quería pisar el charco y terminar resbalandose, Altagracia seguía queriendo limpiar pero Luís la convenció de no hacerlo.






– ¿Todo esta bien? Los dos se tardaron mucho — pregunta Laura — ¿Te encuentras bien querida?

– Lo siento mucho

– ¿Por qué? — frunce el ceño — ¿Qué paso?

– No le hagas mucho caso mamá — regresa con los abrigos — Está en shock todavía, rompió fuente, nos iremos al hospital ahora — se acerca a ella — Mi amor deja te ayudo con el abrigo

– ¿¡Ya rompió fuente!? — sonríe juntando las manos

– Lo siento mucho, yo quería limpiar pero Luís...

– No te preocupes por eso querida, vayan al hospital, rápido antes de que halla más tráfico






Cuando la familia se entero del gran acontecimiento, los acompañaron hasta la camioneta deseándoles suerte y dándoles algunos consejos, demás esta decir que Altagracia seguía procesando que en quizá un par de horas sería oficialmente mamá, aunque las contracciones la trajeron de regreso en un pis pas.






– Si ahora estamos yendo — confirma por el alta voz

– ¿Cada cuanto son las contracciones?

– No sé, no las he medido pero son seguidas

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