CAPÍTULO 27

219 28 1
                                    




Abriendo las puertas del despacho, el cuál le pertenecía a su padre, el rizado dejó entrar primero a su novio, moviéndose a un lado para darle el pase libre, cómo el caballero que era.

Una mujer rubia, alta, delgada de no más de 35 años, con un vestido formal y unos tacones rojo vino se paró de una de los sillones de cuero que estaban contra la pared.

El rizado tomó a su chico por la cintura y caminaron hasta ponerse frente a la mujer.

- Un gusto volver a verlo, joven Osorio. - dijo la mujer estirando su mano en dirección al nombrado, el cuál la estrechó rápidamente.

- Igualmente, Camila, él es mí novio - dijo con una sonrisa orgullosa. - Joaquín Bondoni.

- Oh, claro, usted es con quién he hablado primero. - sonrió la mujer, estrechando la mano con la del castaño. - un gusto.

- Gracias, igualmente. - dijo el castaño aún observándola con ojo crítico.

La mujer acomodó su falda un tanto incómoda. - bien, empecemos, quiero acabar con ésto rápido. - dijo Emilio, empezando con la conversación que él quería que terminara en ese instante.

- Por supuesto.

Los 3 tomaron asiento en los sillones, Joaquín y Emilio sentados juntos, mientras la rubia ojiazul se sentó frente a ellos.

Sacando su portafolios, la mujer se aclaró la garganta.

- Bueno, antes que nada, quiero decirle que lamento mucho lo que está pasando con su padre. - éste sólo asintió. - por lo que su padre me ha dicho, usted no tiene intenciones de estar frente de las empresas ¿Cierto?

- Así es.

- Bueno, para su suerte, joven Osorio, su padre ha dejado a varios sucesores de confianza, obviamente, no tendrán el poder de decidir el futuro de las empresas, pero sí mantenerlas estables y en buen funcionamiento para su economía y para que el resto de sus sociedades estén en armonía y acaten sus trabajos cómo normalmente lo hacen.

» Usted tendrá que, obviamente, ser el que se encargue de las firmas importantes, de los acuerdos con empresas asociadas, cómo usted no tiene el conocimiento suficiente, trabajará a dúo con el socio confiable de su padre, bueno, más bien con su hija, ya que él ha estado siendo reemplazado por ella ya que él ha tenido que viajar a Alemania por unos asuntos pendientes con su empresa. Pero le será de mucha ayuda la señorita Sevilla, ella ya ha sido avisada sobre ésto y sobre ser, digamos, su guía.

- ¿Y mí madre? ¿Ella no podrá hacerse cargo de éstas cosas? Digamos que no encajo en el rubro de ellos, soy un productor, no un contable ni un economista, ó arquitecto, lo que sea que hagan, la verdad ni siquiera me he tomado el tiempo en saber eso.

- Usted será el jefe de todos los rubros, la empresa de su padre se encarga de mantener el equilibrio para que no hayan baches ó algún otro problema que podría llegar a presentarse. Su madre, obviamente también tendrá ese poder, pero lo ideal sería que usted vaya acomodándose en su lugar correspondiente, para cuándo su madre..

- Ya, eso quedó claro. - interrumpió Emilio, no quería más muertes, ya había sido mucho por un jodido año.

- Lo siento, bueno, aquí tiene todos los papeles con la información de cada uno de sus socios y sus alianzas más actualizadas hasta la fecha. - le tendió el portafolios que ella portaba anteriormente.

- Los leeré detalladamente y luego hablaremos. - respondió el rizado dejando a un lado el dicho portafolios. - dígale a la señorita Sevilla que me contactaré con ella en cuánto suceda. - no quiso terminar aquella frase.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora