《 Dos personas que no se soportan se deben unir por una gran pérdida por parte de ambos, sus mejores amigos mueren en un trágico accidente y ellos siendo los padrinos, no tienen otra opción que hacerse cargo de su pequeña Bethany 》
Adaptación Autori...
- ¿Entonces me dices que tú y Joaquín están en una especie de relación no oficial? - preguntó la pelinegra sentada frente a él, en la cafetería que se habían encontrado.
La relación entre Emilio y Leidy se volvió una buena amistad, ambos se entendían perfectamente y coincidían en muchas cosas, pero por obvias razones, ni siquiera pensaron en llevar ésto cómo algo más, ser amigos se les daba con total naturalidad y preferían seguir así.
- Así es, nos besamos, nos tratamos cómo una pareja normal, digamos, pero no le hemos puesto etiqueta. - bebió de su café.
- ¿Y que les impide hacerlo? Digo, ambos ya son dos hombres grandes, ya deberían tomar papeles en el asunto.
- Se lo pediré en su cumpleaños, es en unas semanas. - sonrió el rizado, se sentía nervioso, pues nunca creyó que ésto pasaría.
- Ay, eso es muy lindo, Mailo. - arrulló la pelinegra. - ¿Me invitarás? No puedo perderme eso.
- Claro, bueno, debo decirle a Joaquín, pero no creo que tenga problemas. - encogió sus hombros. - uh... ¿Leima?
- Dime, Osorio.
- Yo bueno... ¿Qué crees que le gustaría a Joaquín cómo regalo? ¿Un reloj? ¿Un anillo? ¿Una cadenita? - rascó su nuca nervioso. Pues él nunca había tenido una relación seria, jamás había propuesto nada de eso a nadie, por lo que no tenía idea de cómo hacer y qué regalar en esos casos.
- Bueno, para una propuesta de noviazgo, supongo que una cadenita con un dije hermoso de oro, sería hermoso, podrías mandar a hacer uno con las iniciales de los dos, ó un anillo, que de oro fino, rosado, con un precioso diamante, esas cosas son perfectas para regalar a tu novio.
- Sabía que me serias de gran ayuda, Leima. - se levantó.
- ¿Lo irás a comprar ahora?
- Exactamente eso es lo que voy a hacer, pero para eso, tendrás que venir tú conmigo. - tomó la mano de su amiga y prácticamente la arrastró hacía el auto.
- Estás loco, Osorio - dijo entre risas la pelinegra apenas se subieron al auto.
- Loco de amor, mí querida amiga.
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Joaquín estaba ordenando el living, cuándo por la ventana vió a Emilio bajar del auto, ésta vez, acompañado por Leidy.
Suspiró, tenía que dejar sus malditos celos de lado, pero ¿Cómo no iba a sentir celos? Si Osorio fué a una cita con Leidy y luego, de la nada, mágicamente son los mejores amigos del mundo.
Agh... No puedes reclamarle nada, Joaquín. Se decía así mismo.
- Tío Joaco - la pequeña llamó su atención, estirando su camiseta.
