CAPÍTULO 31

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- Tío, Emi, edtos lugares no me bustan. - los ojitos azules lo miraron con tristeza. - mamonos.

- Ven conmigo, Beth. ¿Quieres ir afuera? - la voz apagada del castaño lo interrumpió, la pequeña asintió mientras se estiró para ser tomada por el castaño. - ¿Tienes hambre, mí niña? - con un tierno puchero, la menor asintió antes de esconder su rostro en el cuello del castaño, el cuál le dedicó una mirada. - iré a darle de comer, sólo serán unos minutos, Emilio, lo prometo-

- Vé, Joaquín, no te preocupes. - intentó sonreír, pero fué sólo una mueca torcida.

El castaño sólo asintió y se dió media vuelta para encaminarse al pequeño buffett de la casa funeraria.

El rizado seguía recibiendo todo tipo de consuelo por parte de los presentes. El lugar estaba lleno, su madre hablaba con una de sus tías, en éstos momentos, Emilio admiraba a su madre y la valentía y fuerza que ésta poseía.

Seguía saludando a los que llegaban cuándo vió a tres personas que le hicieron soltar una sonrisa llena de lágrimas.

- Joaquín nos llamó.. - musitó la pelinegra mientras lo abrazaba con fuerza. - lo lamento mucho, Osorio. - sorbió su nariz.

- Gracias por estar aquí, Leidy.

- Oh, chiqui, lo siento... - La ojinegra se unió al abrazo para después ser seguida por el ojimarron.

- Sabes que nos tienes para lo que quieras y necesites, Emilio. - masculló Diego, una vez que se separaron.

Sorbiendo su nariz, el rizado asintió.

- L-lo sé, gracias, chicos. De verdad...

- Somos tus amigos, nos tendrás siempre para tí. - sonrió con pesar Elyzabeth, palmeando su hombro. - hablando de Joaquín, ¿Dónde está él?

Quitándose las lágrimas, el oji-café suspiró para controlar el llanto antes de responder.

- Fué a darle de comer a Bethany. Está por allá. - señaló.

- Iré a saludarlo. - dijo Leidy, para luego ser tomada por la cintura por la ojinegra y caminar hacía el castaño.

Emilio sonrió con ternura al ver a aquellas dos tan juntas y levantando una ceja, observó a su amigo.

- ¿Así que, ya formalizaron?

Diego sonrió y encogió sus hombros. - nadie puede resistirse a los encantos de Mata.

- Me alegro mucho por ellas.

- ¿Y cómo vá todo con Joaquín? - preguntó curioso.

El rizado no supo muy bien que responder a aquella pregunta. Pues ni siquiera él sabía cómo estaban las cosas con Joaquín, obviamente el castaño permaneció a su lado, no dejándolo sólo y apoyándolo en todo, pero él sentía en su corazón que algo se había quebrado entre ellos.

- La verdad es que... No lo sé. - respondió con sinceridad.

- ¿Cómo que no lo sabes? - el ojimarron frunció su cejo.

- Antes de que mí padre... Bueno, falleciera. Tuvimos un horrible, horrible problema... Yo.. le fuí infiel.

- ¿Qué? - Diego abrió la boca sorprendido. - ¿Pero que mierda dices? ¿Cómo que le fuiste infiel? Tú lo amas, Emilio. Jamás harías algo así.

- Lo sé y por eso me odio tanto. - musitó. - fué... Bueno, todo es un malentendido. Una... Una compañera mía me besó, por mí puta mala suerte él lo vió y..

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora