CAPÍTULO 12

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Después de haber almorzado, los 3 se encontraban en el living, viendo Valiente, una película que a ambos mayores les gustaba, sí, a veces eran algo infantiles. Mientras Bethany luchaba contra el sueño, la niña se la pasaba durmiendo la mayor parte del día, no la culpaban, su padre había sido igual.

- Creo que Beth quiere tomar su siesta - comentó Emilio al verla cabezear en más de una vez. - ¿Quieres que vaya a recostarla y me quede con ella hasta que se duerma? - sugirió.

- Le traeré unas mantas, no creo que le guste despertarse sola, ya sabes cómo es. - dijo Joaquín sacando su brazo lentamente en la que la castaña estaba recostada.

- Bien, déjame a mí, Joaco. - el rizado lo paró antes de que Joaquín se levantara, el nombrado hizo lo pedido y se volvió a acomodar en su lugar.

Emilio a los minutos volvió con unas mantas para los tres, tapó a la pequeña y también a Joaquín, pero antes de volver al lugar dónde él estaba sentado, el castaño le hizo una señal para que se acomode a su lado. Sin rechistar, el rizado hizo lo pedido.

Acomodándose detrás suyo, lo atrajo más hacía su cuerpo y Joaquín no tardó en apoyar su cabeza en el pecho de éste.

- Estaba pensando en que podríamos salir en la tarde, pero creo que es mejor quedarnos aquí. - comentó Emilio mientras acariciaba el cabello del castaño.

- Creo que prefiero la segunda opción. - musitó. - es mejor quedarnos en casa, hace mucho frío afuera y no quiero que Beth se enferme.

- Haremos lo que tú quieras, Quín.

- Creo que puedo acostumbrarme a ese apodo. - el ojimiel levantó la cabeza y observó al precioso rizado, quién le regaló una dulce sonrisa.

- Es bueno saberlo. - se acercó, dejando un beso en la frente del contrario. - ¿Te imaginas lo que dirían Edu y Niko si nos vieran en éste momento?

El castaño volvió a poner la mirada sobre la pantalla y soltó una risita, ya se imaginaba a la pareja, burlándose de ellos y riendo a más no poder.

- Eduardo diría algo cómo "les dije que iban a terminar juntos, idiotas" - intentó imitar la gruesa voz del pelinegro.

- Y Nikolás diría "¿Ves? Te lo dije, se traen ganas desde que se vieron" - a Joaquín casi le salió la aguda voz del ojiverde.

Ambos soltaron unas carcajadas, acompañadas de nostalgia que de pronto se convirtió en un nudo en la garganta de cada uno, era así, recordar a sus amigos siempre les haría sentir lo mismo.

Los extrañaban. Eso estaba más que claro.

- Recuerdo que alguna vez creí haber estado enamorado de Eduardo... - soltó el rizado de pronto, ganándose así, toda la atención del castaño.

- ¿Hablas en serio?

- Yes, cuándo asumí mí sexualidad.. yo, bueno, Eduardo era muy lindo conmigo, siempre lo fué. Tuve una especie de enamoramiento hacía él, pero luego, al verlo tan feliz con Nikolás, luego de que volví de Cuernavaca, me dije a mí mismo que sólo era algo temporal. Que no lo amaba de la forma que quería creer y luego se me pasó.

- Nunca hubiera creído eso. Nunca lo mostraste.

- ¿Cómo iba a hacerlo? Eduardo amaba con locura a ese pequeño insolente. - rió. - recuerdo la vez que me contó que lo había conocido. Jamás había escuchado a Edu tan feliz cómo aquella vez. Era su, cómo dicen, destinado.

- Eso creo. - secundó Joaquín. - ambos eran la pareja destinada del otro. Se enamoraron al instante en que se vieron.

- Fué cómo un flechazo, según Eddie.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora