CAPÍTULO 40

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Penúltimo capítulo...






2 meses después...





Poniendo las últimas decoraciones en los lugares indicados por su pareja, Emilio se limpió con el dorso el leve sudor que había perlado su frente.

Esperaba que a Bethany le gustase su cumpleaños preparado por sus padrinos. El castaño se había encargado de pedir los castillos hinchables y los juegos que a la pequeña le gustaban. Los invitados serían por supuesto sus tíos, sus abuelos y cuatro amiguitas que se había hecho en el poco tiempo que empezó el kinder. Hace tan sólo poco menos de 2 meses la habían inscrito en la institución dónde Joaquín y Nikolás se habían conocido.

Sacudiendo su cabeza, fué hacía arriba y se dió una rápida ducha para estar presentable cuándo las visitas llegasen.

Estaba terminando de bajar las escaleras cuándo el timbre sonó, sus suegros fueron los primeros en llegar. Ambos con 2 grandes paquetes de regalo en sus manos y sonrisas brillantes, recibió gustoso los abrazos de su parte y dejó que Elisabeth le besara todo el rostro, después de su accidente y en todo su proceso de recuperación, la mujer se había empecinado en no dejar que nada le faltase, puesto que Joaquín debía hacerse cargo de Bethany y también de su trabajo, la señora Bondoni se encargó de ayudarlos con los quehaceres de la casa, de la comida y de mantenerlos a raya cuándo entre ellos no se soportaban, las típicas crisis de un futuro matrimonio principiante. Prácticamente lo había adoptado cómo su segundo hijo, no sólo a él, sino también a Leidy, Elyzabeth y Diego.

Y hablando de éstos...

- ¡Emilio Osorio! ¡Ábrenos que queremos comer! - el parloteo de la pelinegra lo hizo rodar los ojos divertido antes de encaminarse hacía la entrada nuevamente.

Los tres estaban parados del otro lado, con gorritos típicos de fiestas de cumpleaños y también con regalos, de cada uno.

- ¿Era necesario que todo el barrio se enterase de tu infinita gula, Sánchez?

- No es gula, Osorio, es sólo que mi estómago es más profundo de lo normal. - se encogió de hombros mientras los llevaba hacía el patio trasero para reunirse con los padres de Joaquín.

- ¡Leidy! - chilló la mujer encantada.

- Creo que tu suegra quiere más a Leidy que a tí, Lewis. - musitó Valdes mientras se acercaba a saludar al señor Bondoni.

Elyzabeth hizo una mueca. - Leidy es la chupa medias número uno de esa mujer, no para de hablar de los platillos deliciosos que le ha hecho probar. - bufó. Emilio soltó una risita y es que en una de las noches que se juntaron en la casa de Mata, Leidy había hecho una comparación de su habilidad gastronómica con la de la mujer y no había sido de las mejores que podamos decir.

Una vez todo listo, marcó el número de su prometido para avisarle que ya podía volver con la pequeña y sus amiguitas. Las niñas habían llegado más temprano de lo acordado y es que él no debió haberle dicho a Bethany que irían al parque de diversiones con ellas presentes. El rostro aniquilante que el castaño le había dado fué el ejemplo de no volver a abrir la boca y hacer planes sin su consentimiento primero.

El castaño le dijo que ya iban en camino, para su suerte, el lugar no quedaba lejos de su hogar, tan sólo a 15 minutos y cómo Joaquín era un muy buen conductor, llegarían unos minutos antes.

Les había tocado un hermoso día, debía agradecer aquello, la música infantil resonaba por los parlantes puestos en lugares cómodos para que no les molestase mientras los mayores conversaban, pero también para que las niñas se entretengan con ella.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora