CAPÍTULO 44 - EXTRA 2. EDIKO

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- Es que no entiendes, Joaco, es el chico de mis sueños, ¡No! Mucho mejor, es cómo si hubiese sido creado para mí ¿Captas lo que digo? ¡Tú sabes que no suelo enamorarme de nadie, mucho menos así de rápido, pero con Eduardo fué cómo un ¡Boom! Mí corazón dijo "ese es el indicado" "el único" y fué cómo un-

- ¡Señor Caballero! ¡Estoy dando una clase! - gruñó el profesor coulthard en dirección al muchacho rubio, quién rodó los ojos y se sentó derecho, cruzando sus brazos.

El profesor le dió una última mala mirada antes de volver a su trabajo en la pizarra. Una vez que éste comenzó a escribir otra vez, Nikolás codeó el brazo de su mejor amigo y sin esperar más le hizo una seña para que ambos salieran del salón. Rodando los ojos con gracia, Bondoni no dudó en seguir los pasos de su mejor amigo y tomar sus pertenencias para después huir ambos sin importarle los gritos enfurecidos del mayor.

Con sus manos tomadas, y sus risas escuchándose a un alto volumen, corrieron por los pasillos de la institución hasta haber llegado al estacionamiento de la universidad, dónde rápidamente siguieron con su trote hasta dónde la moto del castaño se encontraba estacionada.

- ¿A dónde hoy, bebé? - preguntó el ojimiel mientras sentía los bracitos del rubio rodearlo por la cintura.

- Jeffrey's coffe. - dijo con felicidad.

Ya sabiendo esa respuesta de antemano, Joaquín negó riendo y luego encendió el motor, haciendo rugir el mismo salieron de allí.








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Los dos amigos se encontraban charlando animadamente de todo lo que les había pasado, ó más bien, de lo bien que Nikolás la había pasado el fin de semana en sus dos citas consecutivas con el chico de ojos azules.

Al castaño le alegraba ver la felicidad con la que su mejor amigo se encontraba, pues Caballero ya había pasado por mucha mierda en su vida y que mágicamente haya aparecido Eduardo Barquín en su camino fué un golpe de suerte que Bondoni agradecía a quién sea que correspondiera.

Los ojos del ojiverde estallaban alegría en cuánto hablar del muchacho pelinegro se trataba ¿Y Joaquín? Joaquín se sentía inmensamente feliz por él.

Fijando su vista del hombro de su amigo, vió al chico quién le hacía una seña de que guardara silencio mientras se acercó hasta ponerse detrás del ojiverde.

- ¿Joaquín? ¿Me estás escuchando? - preguntó el rubio haciendo que la atención del mencionado volviera a él.

- Claro que sí, Nik, te escuché.

- ¿Qué dije, uhm? - cuestionó alzando una ceja.

- Uh... ¿Lo mucho que te gusta Eduardo?

Caballero sonrió antes de asentir frenéticamente, estaba a punto de parlotear su amor a los cuatro vientos nuevamente cuándo fué interrumpido por un carraspeo, ruborizándose al instante abrió sus ojos de par en par.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora