CAPÍTULO 39

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Aviso: contenido explícito  🔥🔥🔥🔥🔥









Después de haber hecho dormir a Bethany y corroborar que todo esté bien para que la pequeña duerma cómodamente, depositó un beso en su sonrojada mejilla y salió de la habitación. Emilio se había encargado de leerle uno de sus cuentos favoritos mientras él se duchaba y luego cambiaron lugares para que su prometido pudiese asearse tranquilamente.

Cerrando la puerta detrás de él, saltó de un brinquito a la cama y tomó su lugar, deshaciéndose del pantalón de pijama y quedando sólo en boxers. Una torrencial tormenta se desataba fuera de la casa y los rayos iluminaban su dormitorio a cada minuto, estaba pronosticada para esa noche, pero no creyó que iba a ser tan grave cómo para haber provocado un apagón total.

No es que él le temiera a la oscuridad, no, él ya era todo un hombre, pero... Un trueno se escuchó tan cerca de él que por inercia se tapó hasta la cabeza y se puso en posición fetal casi temblando. Pero no, él no le temía a la oscuridad.

Sintió cómo el colchón se hundió a su lado y luego unas manos lo tomaron por sus caderas atrayéndolo hacía ese sector. - ¿Mí bebé le teme a las tormentas? - musitó Emilio para posteriormente subirse encima de él y repartir pequeños besos por su rostro.

- N-no.. - respondió para después bufar y darle un golpe en la cabeza al idiota que se estaba riendo de él. - sigue así y te quedarás sin tu alegría, Osorio.

- No, he esperado mucho para ésto, no seas así con tu futuro esposo y padre de tus hijos, Bondoni. - mordió su labio inferior y luego comenzó un camino descendiente de besos húmedos desde su boca bajando por su mandíbula, llegando a su cuello y chupando, mordiendo y lamiendo en las zonas que él bien sabe, son los puntos débiles del castaño.

Las manos de Joaquín recorrieron  la espalda desnuda del rizado, acariciando la suave piel mientras intentaba reprimir aquellos gemidos que morían por ser liberados, un jadeo escapó de sus labios cuándo el oji-café hizo fricción entre sus erecciones, empezando un delicioso y placentero vaivén, buscando los labios contrarios se aferró a los fuertes hombros y arqueó su espalda para profundizar aquel movimiento que poco a poco estaba acabando con su cordura.

- M-mierda, Emilio.. - gimió cuándo la mano del mencionado apretó su miembro por encima de la tela. - j-joder... Amor...

- ¿Ésta preciosidad me ha extrañado? - dijo masajeando la ya dura y palpitante erección del castaño.

- S-si... S-sabes que s.. oh mierda.. - Emilio había metido su mano por dentro del boxer y rozó su pulgar con la punta del glande.

El rizado mordió su labio antes de separarse y quitar la ropa interior que impedía sus movimientos, una vez hecho comenzó a besar cada pedazo de piel en su recorrido, llegó a sus muslos y mordió levemente éstos para después pasar su lengua por encima de la necesitada polla de Joaquín, quién se derretía por la delirante sensación que el músculo húmedo de su prometido le otorgaba. - Y-ya, Emilio.. no juegues.. - espetó tomando las hebras rizadas entre sus dedos.

Obedeciendo la petición de su amante abrió su boca y se dispuso a iniciar su labor, acaparando toda esa longitud entre sus labios, llegó hasta dónde su cavidad le permitió y empezó un sube y baja con su cabeza, usando su lengua para darle mayor placer y degustando aquel sabor que tanto le gustaba.

Joaquín se retorcía bajo su tacto, haciendo las sábanas un puño entre sus manos, tiró su cabeza hacía atrás y mordió fuertemente su labio, Emilio estaba acabando con él, lo sabía y eso sólo lo hacía excitarse aún más. Gimió estrenduosamente cuándo la mano libre de su amado acompañó los movimientos de la boca contraria en su erección y lo hizo un poco más cuándo la misma tanteó su entrada, los dígitos ajenos masajearon de manera circular su entrada hasta que uno de éstos se empezó a introducir en el mismo.

Emilio no estaba mejor que él, su propia erección se sentía tan apretada en su preventiva cárcel y exigía ser liberada. Jugueteó con la entrada del castaño un poco más, dándole estocadas con éstos mientras seguía con su primer trabajo, la saliva que dejó escapar recorrió el pequeño camino hasta el rosado agujero invadido por sus dígitos, dándole mayor comodidad y facilidad para adentrarse en él.

Una vez que se sintió satisfecho con lo hecho, se separó del delgado cuerpo, para luego pararse sobre la cama y deshacerse de su incómoda prenda.

- Déjame que te devuelva el favor, daddy. - musitó el castaño con voz ronca, apoderado por el placer y la lujuria que lo había invadido.

Emilio se dejó hacer, fué el castaño quién se encargó de terminar de deshacerse de su boxer para después con su mano tomar la poderosa erección del oji-café y meterla entera dentro de su boca de una sola estocada, el gruñido que salió de los labios del mayor lo incentivaron a seguir con ello. Los instintos de Emilio liberándose y llevándolo al borde de la locura, alejó su pelvis del castaño y lo empujó levemente, para meterse entre medio de las piernas ya abiertas de éste, dándole la deliciosa bienvenida y esperando por ser uno sólo nuevamente, ambos estaban ansiosos por unirse.

Emilio alineó su polla contra la entrada ya dilatada y preparada para recibirlo para luego empujar y adentrarse poco a poco. - mierda. - dijeron los dos al unísono. Las paredes internas del castaño apretando el miembro doloroso del oji-café.

- B-bésame, Emi. - pidió entrecortado. El susodicho no tardó en hacer lo pedido.

El rizado le besó la boca, las mejillas, su frente y su cuello, relajándolo mientras seguía hundiéndose en él, una vez que sus cuerpos chocaron, se quedó unos segundos inmóvil, dejando que se acostumbrara a su tamaño sin parar de besarlo.

Joaquín respiró hondo.

- Ya puedes moverte.

Y sin esperar más, hizo lo pedido, las embestidas comenzaron suaves, lentas y profundas, para después ir aumentando la velocidad al pasar los minutos, cuerpos sudorosos y calientes chocando provocando un placentero chasquido cada vez que se alejaban.

Sintió su cuerpo tensarse y las cosquillas que avisaban la llegada a su orgasmo y al parecer Emilio sintió lo mismo ya que la mano que se aferraba en su cadera reemplazó su lugar para tomar su miembro y masturbarlo. Con un agudo y apenas audible gemido exclamando el nombre de su prometido, quién aumentó sus estocadas y la profundidad de las mismas alargando el orgasmo del castaño y encontrando el suyo propio.

El rizado cayó sobre su pecho, ambos agitados e intentando buscar regular sus respiraciones. Joaquín lo rodeó con sus brazos para posteriormente besar su frente. - te amo, Joaquín. - dijo levantando su cabeza para acercarse a él y atrapar sus labios en un, ahora, dulce y tierno beso.

El castaño sonrió entre éste y acarició las mejillas contrarias.

- Te amo mucho más, Emilio.











- Te amo mucho más, Emilio

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Buenas aquí les dejo capítulos nuevos........







Espero les gusten......







Nos vemos AlbertXioW.

Bajo El Mismo Techo // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora