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Jiwoong salió de sus propias habitaciones privadas, había sido prácticamente echado de allí. Ese conocimiento le estaban dando serías ganas de patear algo, de preferencia un yunque.

Sin detenerse a comer algo, decidió retomar sus pendientes por el resto del día, una suerte que siempre hubiera algún descontento en la corte que necesitaba que lo encaminaran por el buen camino. En su estado de ánimo necesitaba urgentemente que alguien se pusiera idiota para que el pudiera sacarle la mierda del cuerpo.

Tres horas y un dolor de cabeza después, el rey realmente necesitaba salir para tomar aire fresco o realmente haría algo definitivo con alguien. Estaba por salir del salón del trono, cuando se topó de frente con una figura encorvada que sostenía su peso en un bastón.

—Supongo que no es casualidad el que te encuentre en este corredor— se quejó Jiwoong mientras pasaba su mano por la frente, tratando de calmar el dolor de cabeza que se le estaba formando.

—Siempre tan reflexivo, su majestad— sonrió Minho.

—Camina conmigo y dime qué pasa, sé que no me dejaras en paz hasta que me lo digas— hablo mientras guiaba el camino hasta las alamedas, el aire frio que traía la proximidad del invierno le ayudaría a despejarse.

—Es sobre su regalo— se explicó el anciano, fingiendo ignorar la cara de "no me lo recuerdes" que puso el soberano— Requiere algunos cuidados básicos si quiere mantenerlo sano.

—Y una mierda— respondió el rey cuando ya llegaban a lo alto de la muralla— voy a meterlo en la caja donde lo enviaron y se lo voy a devolver a Taeyeon... Ese mocoso es una pequeña mierda revoltosa.

Minho observo como la luna comenzaba su viaje a través del cielo— Matthew es un hijo de la diosa Luna, ¿Recuerda su majestad lo que ocurrió la última vez que alguien desprecio un regalo suyo? — sin esperar respuesta, continuo— es más, tener ofendido al Clan de los Hechiceros no es precisamente un movimiento muy diplomático, señor.

—Creo que ya entendí el mensaje— gruño más que hablar el rey— me tengo que calar a ese mocoso de mierda y sonreír en el proceso.

Por un momento el viejo casi, y se recalca el casi, se sintió culpable, pero tomando en cuenta que todo era por el bien de su señor, no le quedo de otra que aprovechar el momento para soltar lo peor de toda aquella perorata

El chico es un hijo de la luna— cambio su peso de un pie a otro sin poder disimular su incomodidad ante la mirada molesta de Jiwoong— por lo tanto tiene ciertas necesidades que deben de ser suplidas.

El Lobo de Kim cruzo sus brazos, las dos piernas separadas, la mirada dorada a punto de llegar a la incandescencia, sabía que lo que venía no le iba a gustar nada— ¡Habla, vieja serpiente, y deja de irte por las ramas!

Minho se encogió dentro de su pesada capa, la brisa nocturna se había vuelto mucho más fría al pasar de los minutos— Matthew cumplió hace dos semanas la mayoría de edad— hablo tratando de ser lo más claro posible— y eso genero algunos cambios en él. El primer año de vida fue como una esponja, absorbió información a tal velocidad que se necesitó de varios tutores para poderle seguir el paso, en su segundo año fue más de entender quién era y lo que se esperaba de él.

A Jiwoong se le había olvidado ese detalle, Matthew era un bebé, aunque la luna se lo hubiera enviado con el cuerpo de un saludable joven de veinte años— Continua— invito al notar que el viejo se tomaba su tiempo para continuar.

Las arrugas en el rostro de Minho se relajaron al ver que su señor estaba mostrando algo de interés— al pasar de sus dos años, ha alcanzado por completo la madurez sexual. Hasta ahora con los alimentos habituales y la luz de la luna su salud ha sido envidiable, pero al pasar a esta edad, necesita que su pareja también le alimente con su energía vital— al ver la cara de consternación de Jiwoong, decidió que lo mejor era terminar de lanzar la flecha— por eso solo poderosas criaturas pueden tener como pareja un hijo de la luna.

—Si entendiendo bien, estas tratando de decirme que tengo que follarme a esareinita— hizo especial hincapié en lo de reinita— o tendré a todo el Clan de los Hechiceros tras mi cabeza o a la misma Luna lanzando maldiciones sobre mí.

—Más o menos— soltó en un susurro Minho, el rey tenía los puños apretados, como si estuviera necesitando de toda su fuerza de voluntad para no tomarlo por el cuello y partírselo.

—Realmente me jodiste— se volvió al campo abierto que estaba más allá de las murallas— mi espíritu guardián no aceptara que folle más de una vez con la misma persona.

Tentando a su suerte, Minho agrego— por eso tenía que ser producto de la hechicería combinada con el poder de una diosa tan poderosa como la luna... podrás tomarlo sin tener que preocuparte por que el lobo quiera matarlo.

—Nadie engaña al destino—, golpeo el muro sin molestarse en ocultar la frustración que sentía— con la traición de Soyeon el destino de la casa de Kim quedó sellado.

El viejo espero unos momentos en que cada palabra callera en su justo lugar— ¿Y quién dice que no era parte de la historia el que Matthew exista?... La Diosa Luna te ha dado su bendición dándote a su hijo...

—...él que debo tomar en contra de mi mejor juicio— no pudo evitar el tono amargado el rey Jiwoong.

—Más que eso— creyó necesario recalcar— si no te acercas a él íntimamente por lo menos una vez a la semana, él comenzará a enfermar hasta que se marchite y muera.

¿Él lo sabe? — No pudo evitar preguntar.

¡No! — Fue la contúndete respuesta— nadie tuvo el valor de decirle que la pareja que le esperaba en el castillo pudiera rechazarlo... Taeyeon le dijo que usted se lo había pedido a la luna, ya que estaba solo y deseaba una pareja. El chico vivió sus dos años de vida contando cada día para encontrarse con usted.

Las imágenes de lo ocurrido en sus dependencias privadas le llegaron con la claridad evocada por una conciencia furiosa. Bien era cierto que el gatito le había gritado, había retado su autoridad, pero ahora que lo pensaba mejor, no había duda de que aquellos ojos azules estaban inundados por la tristeza. El veredicto era fuerte y claro, él era un gran hijo de puta.

El destino que tenía la luna | MattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora