Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.
Solo nos pertenecen los OC.
La Pirata de los Cielos
McGonagall abrió la puerta de la Sala de Profesores, encontrándose con Alex y Ron. Su rostro, por algunos minutos estupefacto, rápidamente cambió a uno de ira. — ¡POTTER, WEASLEY, AMBOS DEBERÍAN DE ESTAR EN LA SALA...!
— ¡Profesora, la Cámara de los Secretos, tiene su entrada en el baño femenino del Segundo Piso! —dijeron Potter y Weasley de inmediato, dejando a la mujer estupefacta.
—Ella fue aquella chica que murió, hace cincuenta años, profesor —dijo Alex,notando como los ojos de los profesores se abrían.
— ¡Hermione descubrió que la bestia es un Basilisco, pero nadie lo miró directamente a los ojos y por eso todos se petrificaron! —añadió Ron, extendiéndole el papel a su profesora.
—A través de una cámara de fotos, un charco en el suelo, a través de un fantasma, en el reflejo de un vidrio, un espejo o quizás incluso una cuchara... no importa —explicó Alex, afanosamente. —Si lo miras, pero no directamente, entonces solo te... te quedas petrificado. Los gallos fueron asesinados, las arañas no pueden cerrar los ojos y huyeron del castillo, los gallos de Hagrid fueron asesinados porque...
—El canto del gallo es mortal para el Basilisco —dijo Ron —y por eso, el Heredero los mató a todos.
—Muy bien, vamos al baño de niñas a matar a esta bestia. —dijo la profesora Aurora y todos tomaron camino —Jamás creí, que esas palabras saldrían de mi boca. —Y tanto los maestros, como los dos alumnos de Gryffindor, rieron.
Pronto, todos entraron al baño. Y McGonagall, tomó el mando. — ¿Myrtle Warren?
Myrtle la Llorona estaba sentada sobre la cisterna del último retrete. — ¡Ah, es usted profesora! —dijo ella, al ver a la profesora McGonagall y luego a los otros maestros—. ¿Cómo puedo ayudarlos?
—Preguntarte cómo moriste —dijo Snape, recibiendo una mirada desaprobatoria de McGonagall, que lo hizo retroceder. Rolanda había recibido esa misma mirada, en casi cuarenta años de matrimonio y ya era (casi) inmune a ella, aun así, retrocedió.
El aspecto de Myrtle cambió de repente. Parecía como si nunca hubiera oído una pregunta que la halagara tanto. — ¡Oh, fue horrible, profesor! —dijo encantada—. Sucedió aquí mismo. Morí en este mismo retrete. Lo recuerdo perfectamente. Me había escondido porque Olive Hornby se reía de mis gafas. La puerta estaba cerrada y yo lloraba, y entonces oí que entraba alguien. Decía algo raro, era una voz masculina, hablando en un idioma extraño y espeluznante. De cualquier manera, lo que de verdad me llamó la atención es que era un chico el que hablaba. Así que abrí la puerta para decirle que se fuera y utilizara sus aseos, pero entonces... —Myrtle estaba llena de orgullo, el rostro iluminado —me morí.
— ¿Tan sencillo? ¿Solo moriste de un segundo a otro? —bufó Snape, con las cejas tan altas que llegaban casi, hasta la línea del cabello.
— ¿Esperabas que la torturase o algo así? —se quejó Sinestra —Gracias a Merlín que al menos no fue doloroso para la pobre chica.
— ¿Cómo? —preguntó Hooch, en busca de cualquier otra información posible, por parte del fantasma.
—Ni idea —dijo Myrtle en voz muy baja—. Sólo recuerdo... —los ojos de Myrtle comenzaron a mirar de un lado a otro, mientras buscaba más información en su mente y pronto, una sonrisa iluminó su rostro. — ¡Recuerdo haber visto unos grandes ojos amarillos! Todo mi cuerpo quedó como paralizado, y luego me fui flotando... —dirigió a Minerva una mirada ensoñadora—. Y luego regresé. Estaba decidida a hacerle un embrujo a Olive Hornby. Ah, pero ella estaba arrepentida de haberse reído de mis gafas.
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La Pirata de los Cielos
FanfictionSi Albus Dumbledore, hubiera sido humilde y no hubiera intentado manipular dos profecías (una consciente de su existencia, pero no la otra), entonces, el resultado podría haber sido otro: Él permitió que su arrogancia, le superara. Y todo se arruinó...