Capítulo 31: La Cámara de los Secretos.

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Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.

Solo nos pertenecen los OC.


La Pirata de los Cielos

Cuando el grupo de Uso Incorrecto de la Magia en Artefactos Muggles, descubrió lo que ocultaba el diario de Tom S. Ryddle, lo enseñaron al Ministro de Magia, quien se llevó las manos a la cabeza, estando horrorizado, ante una magia tan oscura.

—Pero... Arthur, ¿Qué podemos hacer? —preguntó Cornelius, asustado de que una información así, saliera a la luz: Un diario en cuyo interior, parecía permanecer, una parte de la consciencia de Aquél-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.

—Esto ha estado en Hogwarts, por muchos meses, Sr. Ministro —dijo Arthur, mientras que su lado paternal, salía a flote y no su lado más profesional. Pero ahora sabía en dónde estuvo el diario y temía por sus hijos. —Debemos de ir al colegio, para saber si todo está bien o si algo ha estado pasando y nosotros no lo sabemos. Necesitamos a Amelia y Jefe de la Oficina de Aurores, ellos deben de ser informados y deben de ir a Hogwarts.


Una hora después, Albus Dumbledore, mandó a llamar a todos los alumnos al Gran Salón. Todos notaron la mirada sombría y el rostro enfurecido del director, entonces, entraron diez Aurores, comandados por Amelia Bones. —Alumnos, estos Aurores, estarán aquí, para destruir al monstruo de Slytherin. —suspiró, tratando de calmarse. Bones y los estúpidos Aurores, iban a arruinarlo todo.

—Hola a todos: Soy Amelia Bones, jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica. —se presentó la mujer pelirroja —Para los alumnos Hijos de Muggles, quienes quizás no entiendan mis palabras, podríamos decir que soy como la Comisionada de Policía Mágica. Voy a tener que pedirles, que todo aquel que vea algo extraño, por favor: notifíquennos de inmediato.

Los alumnos asintieron y comenzaron a desayunar. Los Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y un 75% de Slytherin, comenzaron a sonreír y otro 25% de la casa, hijos de los Mortífagos solo mostraron enfado. Era obvio que el Heredero (fuera quien fuera), actualmente actuaría de manera muchísimo más precavida, ante los nuevos retos y ya no podría limpiar la escuela de los Sangre Sucia de manera tan eficiente, como lo había estado haciendo, hasta entonces.


Como los días se sucedieron sin siquiera un susurro de la voz que Alex escuchaba tras las paredes, entonces el trío de Oro de Gryffindor y el trio de Plata de Slytherin, albergaban la esperanza de que ya todo se hubiera acabado.

Ya habían pasado casi cuatro meses desde que petrificaron a Justin y a Nick Casi Decapitado, y parecía que todo el mundo creía que el agresor, quienquiera que fuese, se había retirado, afortunadamente.

Peeves se había cansado por fin de su canción «¡Oh, Potter, eres un zote!»; Ernie Macmillan, un día, en la clase de Herbología, le pidió cortésmente a Alex que le pasara un cubo de hongos saltarines, y en marzo, todos se despertaron sobresaltados. Pero la profesora Sprout, se encargó de tranquilizarlos a todos en el desayuno, al notificar que solo eran las mandrágoras montando una fiesta en el Invernadero 3. —En cuanto empiecen a querer cambiarse unas a las macetas de otras, sabremos que han alcanzado la madurez. Entonces podremos revivir a esos pobrecillos de la enfermería.


Durante las vacaciones de Semana Santa, los de segundo tuvieron algo nuevo en que pensar. Había llegado el momento de elegir optativas para el curso siguiente, decisión que al menos Hermione se tomó muy en serio. —Podría afectar a todo nuestro futuro —dijo a Alex y Ron, mientras repasaban minuciosamente la lista de las nuevas materias, señalándolas. —son una pieza clave de nuestras futuras carreras en el Mundo Mágico.

—Lo único que quiero es no tener Pociones —dijo Alex, pasándose una mano por la frente.

—Imposible —dijo Ron con tristeza —Seguiremos con todas las materias que tenemos ahora. Si no, yo me libraría de Defensa Contra las Artes Oscuras.

— ¡Pero si ésa es muy importante! —dijo Hermione, sorprendida.

—No tal como la imparte Lockhart —repuso Ron— Lo único que me ha enseñado es que no hay que dejar sueltos a los duendecillos.

Neville Longbottom había recibido carta de todos los magos y brujas de su familia, y cada uno le aconsejaba materias distintas. Confundido y preocupado, se sentó a leer la lista de las materias y les preguntaba a todos si pensaban que Aritmancia era más difícil que Adivinación Antigua.

Dean Thomas, que, se había criado con Muggles, terminó cerrando los ojos y apuntando a la lista con la varita mágica, y escogió las materias que había tocado al azar.

Hermione no siguió el consejo de nadie y las escogió todas.

Usando el Espejo Comunicador, Alex le preguntó a su hermana, por las materias que había tomado. —Audrey, una de las Prefectas, lo explicó, como: "Depende de adónde quieras llegar, ya que nunca es demasiado pronto para pensar en el futuro, así que yo te recomendaría Adivinación. La gente dice que los Estudios Muggles son la salida más fácil, pero personalmente creo que los magos deberíamos tener completos conocimientos de la comunidad no mágica, especialmente si queremos trabajar en estrecho contacto con ellos. Si te gusta el trabajo al aire libre, escoge Cuidado de Criaturas Mágicas. Escoge aquello para lo que valgas."

— ¿Y cuáles tomaste tú? —preguntó tímidamente el pelirrojo.

La rubia princesa, le enseñó una sonrisa. —La Aritmancia pueden solo parecerte volver a las matemáticas Muggle, pero en realidad, son útiles si quieres crear hechizos. Gracias a las Runas Antiguas, puedes desactivar trampas en tumbas antiguas o puedes plantarle una trampa a alguien, podrías escribir ciertas Runas en un pergamino y si te lanzan un hechizo, entonces puedes anularlo.

—Gracias —dijo Alex sonriente y el espejo se quedó en blanco.


Los alumnos trataban desesperadamente, de volver a la normalidad; los Aurores rebuscaban pistas sobre cualquier cosa y lo que fuera que pudiera ser usado o se viera como la entrada a la Cámara de los Secretos.

Todos se sentían más seguros y (hasta ahora) no habían escuchado, sobre nuevos ataques, ni a alumnos, ni a maestros, ni a los Aurores.

Y mientras tanto, Dumbledore enrojecía de ira. Se suponía, que Alex encontrara la Cámara de los Secretos, le contara a él su ubicación, descendieran juntos y él asesinaría al Monstruo de Slytherin, volviéndose un héroe a los ojos de Alex, demostrándole cuan poderoso era él, Albus Dumbledore (además del plus de volverse aún más famoso y reconocido, como el asesino de la criatura); gracias a esto, pondría a Alex de su parte a quien comenzaría a entrenar desde el próximo año, para ser su sucesor y derrotar a Voldemort definitivamente.

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