Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.
Solo nos pertenecen los OC.
La Pirata de los Cielos
Durante los días que siguieron, en el colegio no se habló de otra cosa que de Sirius Black. Las especulaciones acerca de cómo había logrado penetrar en el castillo fueron cada vez más fantásticas; Hannah Abbott, de Hufflepuff, se pasó la mayor parte de la clase de Herbología contando que Black podía transformarse en un arbusto florido.
Habían quitado de la pared el lienzo rasgado de la señora gorda y lo habían reemplazado con el retrato de sir Cadogan y su pequeño y robusto caballo gris. Esto no le hacía mucha gracia a los Gryffindor. Debido a que Sir Cadogan se pasaba la mitad del tiempo retando a duelo a todo el mundo, y la otra mitad inventando contraseñas ridículamente complicadas que cambiaba al menos dos veces al día.
—Está loco de remate —le dijo Seamus Finnigan a Percy, enfadado—. ¿No hay otro disponible?
—Ninguno de los demás retratos quería el trabajo —dijo Percy—. Estaban asustados por lo que le ha ocurrido a la señora gorda. Sir Cadogan fue el único lo bastante valiente para ofrecerse voluntario.
Al mismo tiempo, Céline se paseaba por Hogwarts, imbuyendo Magia en su ojo draconiano. El parche no le impedía ver, era como si el parche no estuviera allí, incluso cuando permanecía tapado.
Había toda clase de magia en Hogwarts. Magia de muchos colores, magia que tenía formas esféricas, formas de líneas verticales, líneas horizontales onduladas, un conjunto de muchas espirales y más, muchísimo más.
— "Esto es increíble" —susurraba para sí misma, mirando de un lado a otro, mientras ascendía en las escaleras y recordaba su visión de la noche anterior. Volvió su mirada, hacía la pared opuesta, en donde había un tapiz de Bárnabas el Chiflado, tratando de enseñar Ballet a unos troles, quienes lo golpeaban en la cabeza, con mazos. Céline se hallaba en el séptimo piso justo en frente de un tapiz de Bárnabas el Chiflado. — "Para hacerla aparecer se debe pasar tres veces frente al pedazo de pared despejada" —susurraba, mientras recordaba la visión de una sombra, pasando ante la pared, miró la pared opuesta y supo que allí había una magia tremendamente poderosa, entre dorada y violeta. Con la necesidad clara en la mente: Recordando la habitación que estaba llena de todo tipo de artefactos, pero decidida en concentrarse en la Diadema de Rowena Ravenclaw. Se concentró en lo que necesitaba, hasta lograr que apareciera una puerta que al abrirla reveló una especie de "mini-ciudad" conformada por miles de objetos que los alumnos de Hogwarts de todas las generaciones fueron ocultando. —Con que este fue el lugar, en donde un alumno puede ocultar lo que él quiera, ¿eh? —una nueva visión tuvo lugar: Vio a Tom Ryddle, en un lugar completamente a oscuras, pero en el suelo había algo escrito en blanco. Escrito en Runas y Céline lo sabía, gracias a que estaba en la clase, logrando reconocer al menos dos de esas runas. En aquel lugar, solo había una luz: Una llama verde, encerrada dentro de una esfera de cristal. Ante Ryddle y ella, una diadema y a los pies de Ryddle, el cadáver. Después, la escena cambió y lo vio ocultando la Diadema de Ravenclaw: Un objeto de plata, bellamente tallada, con una piedra preciosa de color azul en el centro... — "Un artefacto tan importante históricamente para Hogwarts, convertido en un Horrocrux". —Comenzó a registrarlo todo: usando el Wingardium Leviosa para mover algunos objetos, abriendo cajones, tirando cosas y todavía, sin encontrarlo. Se pasó una mano por el cabello y extrajo sus dos pistolas. Se le agotaba la paciencia y tenía clases. — ¡Sinfonía de lasBalas: Bala Buscadora: Diadema de Rowena Ravenclaw! —dos círculos rúnicos, aparecieron en la boca de la pistola, mientras abría fuego y las balas plateadas, viajaban por el aire, dejando una estela, como la cola de un cometa, mientras ella, los seguía con la mirada. La encontró dentro de un cajón, con un aura blanca. Destruyó el cajón con su sable con su sable pirata y vio caer la diadema al suelo; entonces, algo relució, volvió la mirada y encontró una botellita con algo dentro.

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La Pirata de los Cielos
FanfictionSi Albus Dumbledore, hubiera sido humilde y no hubiera intentado manipular dos profecías (una consciente de su existencia, pero no la otra), entonces, el resultado podría haber sido otro: Él permitió que su arrogancia, le superara. Y todo se arruinó...