Capítulo veintisiete

1.7K 172 29
                                    

Lo miré sin saber que decir. Por un momento pensé en una excusa, pero deje de hacerlo al recordar que había sido atropellado y por lo tanto era obvio porque que no pude decírselo.

—Iván... —intenté explicarle, pero Lola me interrumpió.

—Es un secreto.

—¿Un secreto? —repitió Iván, mirándome serio.

—Nadie se puede enterar en especial Lucas —cito ella lo que le había pedido.

—¿Lola podes ir con Lucas a la sala de espera, por favor?

—¿Le abrís la puerta? —le pedí a Iván.

—¿Me podes explicar cómo es eso de que Lucas no se puede enterar de que te chapas a su hermana? —me cuestiono Iván, apenas cerro la puerta por donde se fue Lola.

—No tuve tiempo por el accidente.

—No mientas, Rodrigo. Le dijiste eso a Lola antes del accidente. No planeabas decirle nada a Lucas y encima haces que ella mienta.

¿Me estaba reclamando?

—¿Por qué estás tan alterado, Iván?

—¿No pensas en cómo se va a poner Lucas si se entera de que le mentís?

—No le miento.

—Sí, lo haces.

—¿Y en qué te afecta a vos? No sos nada de Lucas.

Lo miré confundido al ver que parecía dolido por lo que le había dicho. En un segundo cambio de expresión a una de absoluta seriedad.

—Decíselo ahora porque si dejas pasar el tiempo va a ser peor para todos.

—No entendes que no es fácil para mí decirle a Lucas.

—No voy a guardar más tu secreto, Rodrigo.

—¿Qué secreto? —pregunto Lucas, cerrando la puerta de la habitación detrás de él.

—¿Por qué no se lo decís vos, Rodrigo?

Lucas me miro sin dejar de sonreír ni un segundo, esperando que contestara a su pregunta. Me quede callado sin ser capaz de abrir la boca.

—Nosotros no tenemos secretos —me dijo Lucas. —¿Por qué no me lo decís, Carrerita?

Me estaba comenzando a sentir agobiado.

—Iván... —fue lo único que fui capaz de decir. En un tono de súplica.

—¿Tu secreto es Iván? No entiendo. Explíquenme que soy de boca.

Iván soltó un suspiro silencioso para tomar el brazo de Lucas.

—No puedo decírtelo, Lucas —dijo Iván. —Es una sorpresa para tu cumpleaños.

—¿Pero por qué no podías ocultármelo?

Me sentí aliviado al ver le había creído a Iván.

—Lo que quería decirle a Rodrigo es que no podemos ocultarte nada porque te das cuenta de las cosas al toque.

—Yo pensé que era medio colgado.

—También sos muy atento —le sonrió Iván de lado. —Lo fuiste mucho en estas semanas en que estuvimos juntos.

—Iván se quedo a dormir a mi departamento porque yo tenía pesadillas en donde morías —me explicó Lucas. —Creo que Lolita me escucho y pensó que estabas muerto. La vi hacerte un regalo para llevarte al cementerio.

—Acá lo tengo —dije, alzando la caja.

—Déjame ver.

Lucas agarró los auriculares negros y observo las figuritas.

—Estás son las figuritas que le hizo Bautista a Lolita.

—¿Ah, sí? —pregunté, haciéndome el que no me importaba, pero en realidad sentía una ola de celos. Tenía que aprender a controlarlo.

—Sí, se las dibujo en digital y las imprimió. Te acordas que estudian juntos diseño grafico, ¿No?

Asentí con la cabeza.

—Bautista esta ahora con Lolita en la sala de espera. No sabes, es un tierno con ella.

—Lucas... —intento decirle Iván.

—¿Bautista esta acá? —lo interrumpí, serio.

—¿Y por qué te pusiste serio de la nada? —me pregunto Lucas, confundido.

—La hora de visitas termino, Lucky —Iván agarró la mano de Lucas y tiró de él. —Vámonos antes que nos echen como la otra vez.

—¿La otra vez? —repetí.

—Lucas no quería dejarte solo, pero tampoco a Lolita —explicó Iván, pero no entendí nada, ¿y desde cuando la llamaba Lolita como hacía Lucas? ¿Me perdí de algo?

—Llame a tus viejos y les conté que despertaste —fue lo último que me dijo Lucas antes de ser arrastrado afuera de la habitación por Iván.

Pensé en lo preocupados que debían estar mis viejos. No me imagino como se sintieron en estás tres semanas. Tenía ganas de llamarlos y decirles que estaba bien, pero no tenía ningún celular y de seguro el mío se rompió en el accidente.

La mañana siguiente los pude llamar a mis viejos más tranquilo. Ellos se pusieron a llorar apenas escucharon mi voz y prometieron venir a verme. Me dijeron que no pudieron llegar antes porque Lucas se olvido de avisarles que su hijo estaba en el hospital.

—¿Y cómo te sentís? —me pregunto Lucas, sentándose en mi camilla.

—Me quiero ir a casa.

—No seas impaciente. Primero es la salud.

—Justo me lo dice en que le tiene miedo a las vacunas y por eso evita hacerse revisiones en el hospital.

—No me juzgues, boludo.

Entonces me acorde de lo que dijo Iván. Si no le erraba a la fecha, se acercaba el cumpleaños número veintidós de Lucas que era justo después de la velada del año II.

—¿Y planeaste algo para tu cumpleaños, Lucky?

—Con el tema de que vos estabas en coma no pensé en eso.

—Entonces ahora hacelo porque desperté y quiero irme de joda con mi mejor amigo.

Lucas sonrió.

—Falta mucho aún para mí cumpleaños, Rodrigo. Ni siquiera mande a hacer mi outfit para la velada.

—Imagínate yo que estaba en coma. Necesito una modista ahora mismo.

—Primerotenés que recuperarte. No pienses en nada más porque el doctor me dijo que te podes abrumar con tanto.

—Es que tengo muchas cosas por hacer...

—No pienses en eso, ¿y si mejor me decís cual es mi sorpresa?

—No.

—No seas malo —hizo un puchero con sus labios y se cruzo de brazos.

—¿Amigo, querés que te coma la boca a besos? —pregunté, jodiendo.

—Tu labios tienen un sabor extraño.

Me lleve la mano a la boca.

—¿Tengo mal aliento?

—Bueno, no te cepillas los dientes hace un mes.

Lola seguro sintió ese sabor extraño y eso me hizo sentir medio avergonzado.

—Cállate Lucky.

—Encima que te digo la verdad me callas.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Y sí, boludo.

—¿Qué harías si tu mejor amigo estuviera saliendo con tu hermana?

El accidente me afecto más de lo que creía. Me había mandado al frente solo. Lucas me miro con los ojos entrecerrados, pero seguía sonriendo.

—Pero vos sos mi único mejor amigo.

Mi corazón comenzó a latir más rápido al ver su sonrisa borrarse en cuestión de segundos. Lucas se levantó y sin decirme nada se fue de la habitación dando un portazo.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora