Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, Carreraaa

Capítulo veintinueve

Iván

Estás últimas tres semanas me había quedado en el departamento de Lucas para que no se sintiera solo, hasta habíamos dormidos juntos en la misma cama. Pasábamos más tiempo juntos y sabía que se debía a que Rodrigo estaba en coma. Nunca antes habíamos estado tanto tiempo los dos solos y me sorprendió saber me gustaba estar a su lado, escuchándolo hablar de cualquier cosa o verlo sonreír de manera tan natural con esa sonrisa hermosa que él tenía.

Estaba por entrar al hospital cuando salió Lucas. Le sonreí apenas me miro, pero deje de hacerlo al verlo serio.

—¿Por qué no me lo dijiste, Iván?

—¿Decirte qué, Lucky?

—¿Sentís algo por mi hermana?

Lo miré confundido.

—No, ¿Por qué me preguntas eso?

—No me mientas.

—No te estoy mintiendo.

—La quisiste besar la primera vez que la viste.

—Nosotros ya hablamos sobre esto, Lucas.

—¿Te gusto cuando la viste?

—Sí, bueno, pero no sabía que ella...

—¿Entonces ahora no te gusta por qué tiene una condición?

—No dije eso.

—Solo decime la verdad, Iván.

—Te estoy diciendo la verdad.

—No me voy a enojar con vos si me decís la verdad.

—No la siento más que una hermana a Lolita.

—No la llames así nunca más.

—Lucas...

—No somos más amigos.

—¿No somos amigos? ¿Después de todo lo que hice por vos?

—Se que ocultas algo.

Me puse nervioso.

—Cuando te veo a los ojos veo un secreto y se ahora que tiene que ver con Lolita.

—No tengo ningún secreto.

—¿Entonces por qué te pusiste nervioso?

Tragué saliva.

—Nunca te lastimaría, Lucas.

—Lo estás haciendo ahora.

—Lucky... —me intente acercar a él, pero se alejo.

—No quiero verte más.

—Ella no me interesa de ninguna manera, Lucas. Te estoy diciendo la verdad.

—No quiero verte más —repitió, mirándome serio.

—No podes hacer esto.

Él paso por mi lado sin decirme nada. Lo agarré de la mano antes de que se fuera, pero se soltó brusco.

—¡No me toques!

—Perdón, Lucky.

—No quiero que vuelvas a tocarme sin mi permiso.

—¿Quién te dijo que yo siento algo por tu hermana?

Estaba seguro que alguien se lo dijo porque no iba a pensar eso de la nada.

—Me di cuenta solo.

—¿Por qué no querés creerme?

—¿Por qué te cuesta admitirlo? Mi hermana tendrá una condición, pero es hermosa y todos quieren con ella hasta que lo saben. La dejan como si eso fuera algo malo, pero ella no eligió nacer así