Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, Carreraaa

Capítulo 42

Hubo un largo silencio en que lo único que hacíamos era mirarnos. Lucas esperaba a que le dijera algo, pero no podía hablarle. No sabía que decir. Me había dejado sin palabras. No esperaba que lo supiera todo este tiempo cuando no solía darse cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor.

—¿Lo sabias? —fue lo único que podía decir.

—Sí, me hice el boludo todo el tiempo esperando a que me lo dijeras vos, pero no lo hiciste, ¿Por qué no lo hiciste?

—Tenía miedo.

—¿Miedo de mí?

—Miedo de como llegaras a reaccionar a esto.

—Me lo tenías que decir desde el principio, Rodrigo. Somos amigos de toda la vida, ¿Y pensaste que no te iba a entender? ¿Qué te iba a juzgar? Sé bien que uno no elige de quien enamorarse.

—Tenía miedo —repetí, sin mirarlo.

—Pensé que éramos mejores amigos.

Lo mire, tragando saliva.

—Somos mejores amigos.

—No, los amigos se cuentan todo sin importar nada. Tarde en contarte lo que me paso porque era un tema delicado, pero lo tuyo es diferente.

—Perdóname Lucky.

—Acepto tus disculpas, pero desde hoy no somos más amigos.

Negué con la cabeza. No me podía estar pasando esto después de todo lo que hice para no perderlo.

—¿Quién te lo dijo? —le pregunté, comenzándome a sentir mal.

—Ella misma me lo dijo.

No me sorprendía porque Lola simplemente no podía mentir ni guardar secretos.

—Y sé lo que piensas de mí, Rodrigo.

—¿De que estás hablando? —le pregunté, confundido.

—Todos piensas que soy un boludo, y no me importa que piensen eso, pero sí vos. Sé que no me doy cuenta de las cosas sin que alguien me las diga, pero si te note feliz, y yo no te quiero quitar eso. Si pensaste eso, me duele, Rodrigo.

—No pienso eso. Lo de boludo te lo digo siempre en joda.

—Algunas jodas lastiman, Rodrigo.

No sabía que decirle porque era cierto. Pensaba que él era un boludo, pero siempre lo decía con cariño. Lo quería como un hermano. No tenía intención de lastimarlo.

—No quería lastimarte.

—Lo hiciste.

—Somos...mejores amigos —insistí, mi voz empezaba a quebrarse.

—No, déjame de hablar.

Se estaba por dar la vuelta, pero lo agarre del brazo.

—No, Lucky, por favor.

—No puedo creer que en serio pienses que no me importa tu felicidad.

—No pienso eso.

—Sí, si tenías miedo de mí, si pensabas eso. A mi no me importa con quien salgas mientras seas feliz, ¿Ustedes son algo?

—Sí, somos novios —admití.

—Sé que no la vas a lastimar y eso me deja más tranquilo.

—¿En serio queres que dejemos de ser amigos? ¿Lo nuestro se termina acá?

—Lo decís como si tuviéramos una relación —apretó sus labios, intentando no ¿tentarse? —Era una joda, boludo, ¿Cómo me voy a enojar por eso?