Capítulo 38

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Llegamos hace dos días a Buenos Aires y desde que baje del avión en lo único que pensaba era que iba a comprarle a Lola. No sabía que darle y tampoco creía que iba a superar el regalo que le dio Bautista. Ella estaba tan contenta con su tableta gráfica con pantalla. Además de que como su familia era de plata, le habían dado de todo. No podía sorprenderla ni dándole un caballo porque tenía como tres y ni siquiera montaba.

—La verdad que no sé —me dijo Germán, mirando los estantes de la regalaría. —Tampoco creo que encontremos nada acá.

—¿Un peluche que habla? —me sugerí a mi mismo, pero era una terrible idea.

—Alto miedo que se ponga a hablar de noche, ¿No?

—No sé que darle.

—¿Y por qué tenés que darle algo si solo te quiere a vos?

—Ni eso porque no quiere ser mi novia.

—¿Se lo volviste a pedir?

—No, somos amigos con derechos.

—¿Amigos con derechos?

—Solo la beso en la boca, nada más —aclaré. —Ella no sabe todo lo que conlleva serlo, solo piensa que es darse besos.

—¿No le enseñaron…?

—No, sus viejos la tratan como una nena y la sobreprotegen mucho.

—¿Y eso no esta mal? Lo digo porque ella si puede tener novio, puede tener eso, ¿no?

—No pienso en eso. Bueno, lo pensé y no quiero hacerlo con ella. Ni siquiera se si puedo, pero la respeto como para no intentarlo.

—¿Qué le gusta a ella?

—Las flores y los pingüinos.

—¿Y si le das un pingüino? —sugirió en tono de joda, pero entonces lo pensé en frío.

—Es una buena idea.

—¿Qué? Lo decía en joda yo.

—No me refiero darle uno, pero si en que ella vea uno.

—¿Nunca vio uno?

—Nunca la llevaron al sur.

—¿La vas a llevar al sur?

—Sí.

—¿Y que le vas a decir a Lucas? Porque si mi mejor amigo se quiere llevar a mi hermana de viaje sospecharía.

—Él no, es medio colgado.

—Lo de él no se le puede llamar colgado nomás.

—Si, bueno, pero es una buena idea.

—¿Y cuando se van?

—Me la quiero llevar ahora.

—Para un poco, recién llegamos a Buenos Aires.

—Tiene que ser antes del cumpleaños de Lucas.

—Ah, si, pero ¿por qué tiene que ser antes?

—Lucas se tiene que ir a Alemania con Lola después de su cumpleaños.

—No lo sabía.

—Tampoco yo, es que Lucas no quería decirle a nadie hasta que no se fuera.

—Medio boludo.

—Sí, bueno. Nacio siendo boludo.

—¿Y no te afecta que tu mejor amigo y la chica que amas se vayan?

—Sí, me re afecta, pero falta para eso.

—No falta tanto.

—No sé, pero prometo que los voy a visitar.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora