Capítulo 67

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Me acerqué a mirar la ventana que daba a la habitación de Emilia y mi sobrino recién nacido. Por suerte todo había salido bien en el parto. Los medico dijeron que Victorio era un bebé sano. Lo miré a Lucas cargar a su hijo a través de la ventana y me dio una tremenda ternura como lo agarra como si se le fuera a caer, aunque conociéndolo era probable que se fuera a resbalar.

Sentí que alguien ponerse a mi lado. Era Iván.

—Es tan lindo —me dijo él, mirando a Lucas cargar a Victorio.

—Me alegra ser parte de la familia. No sé si Lucas o Emilia te conto que soy e padrino de Victorio.

—No lo sabía. Felicidades Rodrigo.

—Lucas te considera su hermano y se que si no me hubiera elegido como padrino a mí te hubiera elegido a vos. Perdóname por haberte dicho que sos nada de Lucas porque no es así. Sos especial para él.

Iván me sonrió como si quisiera reírse. Al parecer no se puede hablar en serio por un segundo con los boludos de mis amigos.

—No tenés porque disculparte Rodrigo.

—Este año y el anterior cometí un montón de errores. Lo quiero arreglar todo y mejorar.

—Eso esta bien. También cometí un montón de error y estoy pagando por eso todavía.

Le puse la mano sobre su hombro para darle un pequeño apretón. Estar encerrado injustamente en la comisaria debió ser traumarte para él.

—¿Estás bien Iván?

—Sí, verlo feliz a Lucas a pesar de lo que esta a travesando por su enfermedad me hace sentir más que bien.

Noté que Iván tenía un anillo en su dedo que no recodaba que estuviera allí antes y parecía de...¿compromiso? No, seguro la estoy re flashando porque no lo había visto con ninguna mina.

—Lucas me dijo que le ibas a pedir a Lolita que se mude con vos.

No pude evitar sonreír cuando la menciono.

—Sí, pero todavía no se lo pedí, aunque sus padres me dieron permiso.

—Pero…¿lo vas a hacer o vas a dar mil vueltas como siempre?

—Nunca di mil vueltas en…bueno si, pero esta vez no.

—¿Estás seguro?

—Sí, se lo voy a decir sin más.

—¿Y por qué no se lo decís ahora?

—¿Ahora? Es muy pronto…

—¿Qué es muy pronto? —esa voz que odiaba -bueno, no lo odiaba pero me caía para el orto- me hizo darme rápido la vuelta para verlo. Felipe se cruzo de brazos mientras me miraba con su sonrisa divertida mientras a su lado estaba Lola con un rama de flores en las manos que debían ser para Emilia. Unas dalias negras.

—¿No tenés otro lugar donde irte ahora mismo? —le pregunté a Felipe, sonriendo de manera forzada.

—¿Y perderme el nacimiento de la sobrina de mi mejor amiga Dolores? No, no tengo nada mas que hacer que estar acá.

¿Iba a tener que soportar a este chabón toda mi vida? Dios se apiade de mi pobre alma atormentada.

—Felipe me dijo que tenías algo que contarme, Rodrigo —me dijo Lola, haciendo que la mire sin entender que tenía que contarle según Felipe.

—No sé que tengo que contarte…

—Sí, sabes Rodrigo —me interrumpió Felipe. —Lo vi en las cartas.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora