Capítulo treinta

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Lucas no se separaba ningún segundo de su nueva novia, Emilia. No era de malo, pero estaba esperando a que terminaran porque nunca una novia le duro más de una semana. Él siempre iba demasiado rápido y eso no le gustaba en general a las minas, pero era todo lo contrario con esta morochita y no me daba buena espina.

—¿Y qué sabes de Emilia? —le pregunté a Lola.

—¿Por qué querés saber de Emilia?

Me encogí de hombros.

—Me llama la atención.

—¿Por qué te llama la atención?

—Es la novia de Lucas.

—No quiero.

—¿Que no querés, Lola, Lola?

—No quiero decirte nada de Emilia.

—¿Por qué no me querés decir nada de ella?

—¿Sentís amor de parejas por ella?

La miré con una pequeña sonrisa, ¿Estaba celosa?

—No, siento amor de parejas solo por vos, y no sería tu novio si sintiera algo por otra.

—Emilia me dijo que le parecías re lindo.

No sabía como reaccionar a lo que me dijo. Estábamos hablando de la novia de mi mejor amigo. Emilia no tenía porque decir eso de mí y menos a mi novia.

—¿Ella te dijo eso?

—Y también que si pudiera saldría con Lucas y vos al mismo tiempo.

—Es una desubicada —solté, sorprendido por lo que contaba.

—¿Estarías con ella?

—No, ¿Por qué lo haría?

—Ella no es especial como yo.

La miré enojado por el termino que uso para describirse.

—No sos especial.

—Todos dicen que soy una persona especial.

—Eso es un termino ofensivo, Lola.

—¿Por qué es un termino ofensivo? ¿Ser especial no es bueno?

—Te lo dicen de manera distinta.

—No entiendo.

No quería explicarle que ese termino lo usaban para referirse a las personas con discapacidad y aunque parecía que lo decían con una buena intensión, ese termino los hacía separarse del resto. Ellos era diferentes de una manera, pero también eran personas, ¿Por qué no nos enseñaban a todos que es normal que existan también? Que no son especiales por lo que tenían, ¿Por qué los separaban de nosotros? En el secundario nunca conocí alguien con discapacidad o una condición como la de Lola, ellaera la única, y sino fuera porque era hermana de Lucas, no la hubiera conocido y sería un ignorante en el tema.

—Es como un insulto.

—¿Es como cuando Lucas dice que tiene terrible zapatos para referirse a que son muy buenos?

—Sí, algo como eso.

—Yo no quiero hacerte sentir solo.

—Entiendo que no podes evitar ignorarme a veces, pero se que no es tu intensión.

—No me gusta tocarte, pero todos los novios lo hacen y no puedo hacerlo.

—No te pongas mal, Lola, Lola.

Los ojos se le estaban comenzando enrojecer y no quería verla llorar.

—No tenés porque tocarme si no querés.

—¿Y vos querés tocarme?

No esperaba más que unos besos en la boca. Entendía que nuestra relación tenía que ir lento, que no podíamos ir más allá. Tampoco era que estaba tan desesperado por eso. Me conformaba con saber que ella sentía amor por mí.

—Sí, pero nunca haría algo que no quieras.

—A veces me gustaría no ser un fenómeno.

—No sos un fenómeno, Lola, Lola. Olvídate de esa palabra.

—No puedo olvidarlo, Rodrigo. Me lo dijeron muchas veces y hasta lo escribieron en mi frente.

—Los que te hicieron eso fue porque tenían una vida tan miserable que era lo único que los hacía sentir superiores. Se que no es fácil, que no podes olvidarlo, pero no quiero que pienses que es verdad todas las cosas horribles que te dijeron, porque no lo son.

—¿Si no es verdad por qué escondes nuestra relación?

Me quede callado, ¿Ella pensaba que no quería decir lo nuestro por su condición?

—No estoy escondiendo nuestra relación.

—¿Ya se lo dijiste a Lucas?

No, no lo hice. Le prometí a Iván que iba a hacerlo, pero no tuve la oportunidad con Emilia estando todo el tiempo con Lucas.

—No, pero no es por tu condición. Nunca me avergonzaría de vos.

—¿Entonces por qué no se lo dijiste?

¿Cómo se lo explicaba?

—No lo entenderías.

—Quiero que se lo digas ahora.

—No.

Simplemente no podía hacerlo. Tenía miedo de como podía llegar a reaccionar Lucas.

—No quiero que seas más mi novio.

—¿Que?

—No quiero que seas más mi novio —repitió, levantándose del sillón.

—Espérame, Lola, Lola —le pedí, agarrando las muletas rápido para poder caminar detrás de ella.

—Quiero que te vayas, Rodrigo.

—¿Por qué no querés que sea tu novio?

—Porque no me querés.

—Si te quiero.

—Si me quisieras se lo dirías a Lucas.

—Si te quiero —repetí. —No me dejes, por favor.

—¿Me querés a pesar de no ser una persona como vos?

—Sos una persona igual que yo.

—Pero soy diferente.

—Tus diferencias no te hacen dejar de ser una persona.

—No entiendo muchas cosas, pero se que las personas como yo no tienen parejas.

—Tenés derecho amar como todos.

—El doctor me dijo que puedo confundir mis sentimientos por mi condición.

Tragué saliva.

—¿Qué querés decir?

—Que no sé si te siento amor de parejas por vos, Rodrigo.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora