¿Quién diría que terminaría tratando todo esto en terapia? No sabía lo mal que estaba hasta que Germán me arrastro a un consultorio hace exactamente tres meses, unos días después de lo que paso en el cumpleaños de Lucas. Desde ese entonces no lo volví a ver ni a él ni a Lola. Los intenté buscar, pero la psicóloga me aconsejo no hacerlo y aunque al principio decidí no prestarle atención a lo que me dijo terminé haciéndole caso. Lo que me convenció fue descubrir que tenía dependencia emocional hacía a Lucas.
No sabía mucho sobre la dependencia emocional y tampoco pensé que podría llegar a tenerla con un amigo, pero la psicóloga me dijo que se podía manifestar en cualquier tipo relación además que la de una pareja. Me costó aceptar que la tenía, pero lo hice para avanzar. Cuando Lucas me echo de su departamento, me sentía tan mal que simplemente saber que no lo iba a ver más me hizo enfermarme. Germán al ver eso me envió de una a la psicóloga y por suerte me había tocado una con la que me sentía cómodo de hablar.
Ahora estaba disfrutando de mi soledad en mi casa -en realidad no estaba solo por completo porque estaba con Barry-, cuando alguien tocó la puerta principal. Fui a abrir y me encontré con el cartero. Me pareció raro porque traía un paquete y no recordaba esperar uno. Firme unos papeles y me lo entrego para irse.
—¿Qué será, Barry? —le sonreí al gato al ver como olía el paquete.
Me fui a sentar al sillón para abrirlo y la sonrisa que tenía en la cara se borró cuando vi el peluche de pingüino que le había regalado a Lola. Lo saqué de la caja y me fijé que más había dentro. Había una remera con una foto nuestra, el álbum y una carta dirigida a mi escrita por Lola. La agarré y lo más rápido que pude la abrí.
"Rodrigo:
No quería darte a Narciso el pingüino porque es especial para mí, pero con lo que hiciste no quiero tenerlo más porque me recuerda a vos. Además, mi hermano me regalo otro peluche de pingüino que respira como si fuera de verdad. Su pancita brilla y eso me calma.
Cuando me enteré de la verdad me dolió porque pensé que solo seríamos nosotros por siempre. Que me ibas a amar solo a mí, pero si estuviste con otra persona mientras estaba conmigo no hiciste lo suficiente o nunca me amaste de verdad.
Si querías estar con otra persona iba a estar bien, pero no estando conmigo al mismo tiempo. No tenés porque quererme para siempre y tampoco tengo que hacerlo con vos. Entiendo que podes salir con otras personas así como también puedo hacerlo, aunque sinceramente no quiero a nadie más que a vos. Sos la primera persona que estoy segura que amo y creí que serías la última, pero en la vida se puede amar a muchas personas hasta encontrarla a la indicada, así como mi hermano lo hizo hasta encontrarlo y tengo que hacer lo mismo porque vos nunca lo fuiste.
Me arrepiento de volver con vos, Rodrigo. Lucas está triste y a veces enojado. Piensa que sos una mala persona y que me lastimaste, aunque le dije que no lo hiciste no me cree porque dice que yo no entiendo nada. Puede ser verdad que no entienda que pasa, pero lo que sé es que todo es mi culpa y que si nunca te hubieras enamorado de mi seguirías siendo amigo de mi hermano, y todos seriamos felices como antes.
No estoy enojada con lo que hiciste, si estoy decepcionada, pero te perdono y espero que mi hermano también lo haga antes de que nos vayamos a Alemania.
No te odio, no te deje de querer y tampoco de amar, pero elijo dejarte ir.
Atentamente, Dolores".
Cuando Lola me dijo infiel no esperaba que en serio creyera que lo fui. Pensé que fue lo primero que le salió decirme en una situación tan tensa en que estábamos, pero si Lucas le dijo que le fui infiel ella lo iba a creer fácil. Saque el álbum de la caja y se cayó una hoja pequeña hoja que decía "Feliz tercer aniversario, de Dolores para Rodrigo. Te amo". Deduci que la remera con nuestra foto era el regalo del mes aniversario. Intente no ponerme mal, pero lo estaba desde que leí la carta, pero empeoro cuando leí la última página de nuestro álbum.
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Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, Carreraaa
FanfictionRodrigo sentía algo por Lola, pero había un problema. Ella nunca se daría cuenta porque no podía concentrarse en su entorno y a penas no le tenía miedo.