Capítulo 55

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Mis manos subieron por su espalda hasta detenerse en el cierre de su vestido. Ese vestido blanco le quedaba tan bien y la hacía lucir más hermosa de lo que ya era, pero no me gustaba porque fue hecho para que se casara con otro. Sin pensarlo dos veces baje el cierre despacio y la miré a la cara mientras lo hacía. Los ojos le brillaban y tenía la boca entreabierta. No pude evitar sonreír al verla con el labial corrido. La había extrañado tanto y quería demostrárselo.

La besé de nuevo pero estaba vez con más de ritmo. Entonces el cierre llego hasta el final y el vestido se aflojó. Me separé un poco para verla. Ella tenía las manos sobre su pecho, cubriéndolo. Al parecer no tenía ropa interior o por lo que podía ver no tenía la parte de arriba.

—Si querés te vuelvo a subir el cierre.

—No.

Ella sacó sus manos de su pecho, dejando que el vestido se resbalara hasta caer sobre su cintura. La imagen que tenía de ella ahora nadie me la iba a quitar de la cabeza.

—¿Te puedo dar muchos besos? —le pregunte, sabiendo que tal vez me olvidaría de pedirle alguno.

—Sí.

—¿Y te puedo dar uno en el cuello?

—Sí.

Me acerqué de nuevo a ella para llevar mi boca hacía su cuello, pasando la lengua hasta llegar a uno de sus hombros. No me atrevía a ir más abajo, no todavía. Comencé a darle besos por la clavícula hasta llegar al centro. La mano de Lola fue hacía mi cabeza, haciéndome bajar donde nunca hubiera tenido el valor de llegar y le di un pequeño beso ahí. La sentí temblar y entonces dijo mi nombre entre suspiros.

—Rodrigo...Rodrigo…Ro…

Otro beso, pero esta vez en el otro lado.

—Rodrigo…des…despierta.

Me separé de ella para mirarla confundido.

—¿Qué dijiste?

—Despierta.

—Pero si estoy despierto.

—Despierta por favor.

No entiendo nada.

—No fue mi intensión, Rodrigo. Despierta por favor.

—¿Qué no fue tu intensión?

—Despierta. Despierta. Despierta.

Una luz ilumino la habitación por completo, haciendo que no pudiera ver nada. No sé cuanto tiempo paso hasta que desapareció. Ahora todo era negro, y a lo lejos podía escuchar voces inentendibles cuando de repente todas se callaron. Hubo un silencio que parecía eterno cuando escuche un ruido particular. Intente adivinar de que era, pero no se me ocurría nada hasta que lo vi. Era una maquina y estaba conectada en mí. Parpadeé lento para después mover un poco la cabeza hacía el frente. Estaba en el hospital.

—Despertaste —sonrió el doctor. —¿Te acordas de que te paso?

—Estaba…con mi amigo cuando peleamos y…no recuerdo nada más.

—¿Sabes tu nombre?

—Rodrigo Carrera.

—Bien, a simple vista parece que todo está en orden. Te tenemos que hacer unos estudios para determinar que todo está bien.

No presté atención a ninguna palabra después de escuchar eso. Estaba confundido. No podía dejar de pensar en que estaba con Lola y ahora estaba de nuevo en el hospital, entonces ¿nada de lo paso fue real? ¿hasta que parte? ¿Entonces nunca volví con ella? ¿Nunca me reconcilie con Lucas?

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora