Capítulo 59

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Enero 6, 2023.

Germán se despidió con la mano mientras intentaba sostener a Santiago, quién estaba un poco mareado por el alcohol. Me ofrecieron ir con ellos en el auto pero lo rechacé porque quería encontrarla. Caminé un poco, recordando lo que paso hace menos de una hora. Estábamos con los chicos en el boliche, tomando, cuando Santiago nos dijo que vio a un pibe meter un polvo blanco en un trago y dárselo a una rubia. Él fue rápido a sacarle el trago a la mina y la invitó a estar con nosotros por un rato al ver que venía sola.

Se llamaba Rocío.

—¿Rocío? —dije al verla, sentada en el cordón, abrazando sus piernas y apoyando la cabeza contra sus rodillas, casi durmiéndose.

—¿Quién…? —levantó la cabeza para mirarme. —Ah, hola…¿Germán?

—Rodrigo.

—¿Qué haces acá?

—¿Qué haces vos acá sola? Es peligroso.

—No me importa. A nadie la importa si me llegara a pasar algo.

Lo poco que Rocío había hablado con Santiago enfrente nuestro me hizo querer saber más de ella. Había algo que me decía: “averigua” y “acércate”.

—A mi me importa.

—No me conoces.

—Me sentiría muy mal si te pasará algo. Déjame llevarme a tu casa.

—No, gracias. Prefiero quedarme en la calle que volver a mi casa.

—No te podes quedar en la calle.

—Mírame.

Ella volvió a acostar su cabeza contra sus rodillas.

—¿Por qué no querés ir a casa?

—No quiero que me griten más.

Me senté a su lado al entender.

—¿Me querés contar?

Ella se quedo en silencio por un momento.

—Ella no quería que yo naciera y como no pudo evitarlo…ellos me maltratan como pueden.

—¿Te maltratan?

—Sí, con el cinturón.

—¿Tus padres?

—Mi mamá y mi padrastro.

Le agarré la mano y se la apreté.

—Te podes quedar conmigo si querés.

Ella me miro con los ojos entrecerrados.

—¿Es una invitación a algo más o algo así?
Negué con la cabeza.

—Tengo novia.

—No la vi con vos en el boliche.

—Está en Alemania.

Hace dos semanas ella se había ido y en todo ese tiempo intenté acostumbrarme a su ausencia, y a la de Lucas. Fue difícil, pero no imposible.

—¿Alemania?

—Sí, la familia de mi novia es Alemana, viven en Argentina. Pero ella esta ahí para seguir su tratamiento con mejores médicos.

—Espero que le vaya bien a tu novia con su tratamiento.

—Quiero que te quedes conmigo, Rocío.

Por la mirada que me daba no creía que no quería hacer nada con ella.

—Al menos está noche vas a dormir tranquila y sin gritos.

Ella me miró con los ojos brillante.

—¿En serio? —pregunto, dudosa.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora