Capítulo diecinueve

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Se me formó un nudo en la garganta y las lagrimas amenazaron con salir, delatando la bronca que sentía por lo que me había contado. Me llevé la mano a la boca. Tenía ganas de vomitar. No quería cerrar mis ojos porque iba a imaginarme lo que le paso y no iba soportarlo. Lo miré sin saber que hacer, como actuar.

Lucas estaba arrodillado en piso, llorando con la cabeza baja y cubriéndose la cara. Nunca lo visto de esa forma y eso me destruyó.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —pregunte en un susurro.

—No quería que nada cambiara entre nosotros.

—¿Qué iba a cambiar, boludo?

—No sé.

—Tenés que denunciarla a la policía.

—No.

—¿No?

—No quiero hacerlo, Rodrigo.

—¿Por qué no?

—Los demás tienen una imagen de mí que no quiero que desaparezca.

—Lucas…

—No quiero ser solo una victima.

—Lucas, mírame.

Negó con la cabeza. No había querido mirarme en todo el camino hasta su departamento donde después de dejar al bebé en su cuna me confeso todo. De solo acordarme me daba bronca.

Me tocó, Rodrigo. Grité, pero nadie me escucho.

Me sentí culpable de no haber estado ese día con él porque pensé que tal vez se habría evitado, pero entendí que hubiera pasado de todos modos. Esa mujer no iba a parar hasta obtener lo que quería.

—No puedo —contesto con la voz quebrada.

—La tenés que denunciar.

—Aunque quiera denunciarla pasaron muchos años. No se podría demostrar nada y seguro prescribió.

No quería aceptarlo, pero tenía toda la razón. También tenía en cuenta que él siendo una figura pública lo iban a criticar mucho y para la sociedad siendo un hombre en su mayoría se creía que no le podía pasar por serlo. Hasta los mismos hombres se burlaban de la situación porque piensan que lo mejor que te puede pasar es estar con una mujer mayor.

—¿Que es lo que querés vos? —pregunté después de unos minutos. No iba a insistir con la denuncia porque después de todo era su decisión.

—Dejar todo como está y que no le digas a nadie sobre esto, por favor.

—¿No lo sabe nadie más?

—No.

—¿Ni siquiera tus viejos?

—Sería egoísta hacerlos preocuparse por mí cuando tienen que hacerlo solo por Lola.

—No sos egoístas y también sos su hijo.

—Pero Lola necesita su atención. No la necesito, tal vez antes si la quería, pero ahora no.

—No se lo voy a decir nadie.

—Gracias Rodrigo.

—¿Por que no me miras?

—Me da vergüenza.

Me acerqué para darle un leve golpe en la cabeza. No tenía porque sentirse de esa manera cuando no era su culpa. Me arrepentí de pegarle aunque no lo hize tan fuerte, pero en serio no sabía que hacer en esta situación. Lo único que sabía era que necesitaba todo mi apoyo.

—No es tu culpa nada de lo que paso y no dudes de que te creo.

Me senté frente a él para agarrarlo del mentón, obligándolo a mirarme.

—No tengas vergüerza conmigo. Somos más que amigos.

—¿Novios? —pregunto en joda. Sonriendo de nuevo con su tipíca sonrisa perfecta.

—Dale, boludo.

Escucharlo reír me hizo saber que nadie era capaz de quitarle su humor y sonrisa. Eso demostraba lo fuerte que era. Se había guardado esto tantos años y lo peor era que si veía en pasado podía acordarme de que de un día para el otró Lucas no se quería separar de mí, ¿Cómo no me había dado cuenta antes que algo no andaba bien? También estaba en la mía, pero no se compraba con lo vivió él.

—¿Te puedo pedir un favor, Rodrigo?

—Lo que quieras.

—¿Te acordas que te dije que Iván invito a Lola a salir?

Por un momento lo había olvidado y también esa molestia que sentía antes cuando salí de la casa de Iván.

—Sí.

—Bueno, quería que pedirte que los vigiles un poco.

—¿Que?

No esperaba que me pidiera eso. En realidad nunca se sabía bien con los hermanos Di Bianco Romero.

—Me dijiste que debería dejar de confiar tanto en la gente e Iván quiere salir con mi hermana, no con cualquier mina y pienso que si la asusto una vez puede hacerlo dos veces.

También creía que Iván podía asustarla aunque fuera por accidente, pero algo que no me cuadraba.

—Decime la verdad, Lucky.

—Bueno, soy un chusma y quiero saber.

Eso tenía más sentido.

—¿Y lo vas a hacer, Rodrigo?

—¿No podes hacerlo vos? —pregunte, haciéndome el que no quería ir, pero en realidad era tan chusma como él.

—No puedo, hago stream con Unicornio.

Me encogí de hombros, restándole importancia.

—Bueno, lo que vos quieras, Lucky.

—Entonces te mando la ubicación.

Lucas estaba por entrar a la cocina, pero lo detuve, tomándole del brazo. No podía dejar de pensar en que me había contado algo re importante mientras le ocultaba mis sentimientos por Lola. No era lo mismo. No se podía comparar, pero sentía que era lo único que faltaba decirnos.

—¿Que pasa, Rodrigo?

—¿Pensas que algo podría separarnos algún día?

—¿Cómo separarnos?

—Hacer que no seamos más amigos.

—No, sería difícil que algo me separé de vos. Tendría que ser demasiado malo para que lo haga. No somos perfectos, pero funcionamos bien juntos.

Pensé en lo que me había dicho Iván sobre que Lucas nunca se enojaría. Mi miedo era que la primera vez que lo hiciera sea conmigo, pero ¿y si me estaba haciendo la cabeza? ¿Y si Lucas me entendía? ¿Y si tomaba bien mis sentimientos por Lola? ¿Y si le confesa a Lola que sentía amor por ella? ¿Y si arriesgaba todo de una buena vez?

—Lucas tengo que decirte algo.

Lola, Lola ; Rodrigo Carrera, CarreraaaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora