Chapter 7

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Al subir en el coche se veía todo normal, menos la cita de profesor y alumna..

-¿Te has puesto guapa para mí?-Reía por su maldita broma.

-¿Debería?-Seguí su broma.-¿Esta clase de guitarra será un poco rara, no?-Bromeé.

-Oh, sí.

Seguíamos discutiendo por estupideces, me di cuenta de que teníamos una gran conexión de todo, humor, estilo.. cuando digo todo, ¡Es todo!

Descubrí que su sonrisa pícara me volvía loca, ¡Por qué!

Llegamos a un lugar que olía a comida italiana, pero olía delicioso. Tom buscó sitio para estacionar el coche y así poder bajarnos.

Había un sitio justo en la puerta, y antes de que nos lo quitaran Tom aparcó allí sintiendo su sonrisa victoriosa de que nadie se lo había quitado.

Iba a salir del coche cuando Tom se cruzó y me abrió la puerta ofreciéndome su mano que yo acepté gustosamente.

-¿Donde tan caballero?-Ironicé sonriente.

-Oh vamos, admite que te gusta eso.-Sonreía mientras escaneaba mi cuerpo de arriba a abajo sin disimular ni una pizca. Tal vez eso sería ¿Bueno?

Rodé los ojos casi poniéndolos en blanco. Antes de entrar Tom paró en seco haciéndome que pusiera una cara rara.

-Primero, una vuelta.-Pensé "¿Esto es broma?"

Me agarro de la mano poniéndola en alta para luego girarme poco a poco, que ya me haya mirado algo más yo no sabía.

Entramos y un hombre nos situó hasta una mesa de dos, parecía una cita romántica ya que había velas, flores y todo tipo del romántico.

Miramos un poco la carta y yo pedí una pasta con tomate, él también.

Nos trajeron la bebida con algunas cosas de aperitivo que la verdad estaban muy buenas para ser apena el principio.

En un momento de la conversación arrugue mi frente junto mis labios y parte de mi nariz, lo que para él.. no sé.

-Por favor, no hagas esa cara.-Ordenó tapándose los ojos. Poco a poco su cara se iba ruborizando sin razón alguna.

Yo seguía haciendo una y otra vez lo mismo, hasta que llegó la cena y empezamos a comer.

Empecé a reírme por una pizca de tomate en la nariz de Tom, lo que me causaba reírme como una loca.

Le limpié con mi dedo el tomate lo que él miró con total descaro.

Comimos normales, no se piensen otra cosa, solo somos amigos, lectores.

Toco la hora de irse, solo con un toque a un camarero nos trajo la cuenta, pero me daba apuros que pagara él encima que me traía.

-Pagaré yo, cuando estemos en el coche te daré el dinero.-Contesté yo. Él negaba con la cabeza sacando su tarjeta de su cartera.-Eres insoportable.

-No digas cosas que ya sé.-Este tipo era insoportable.

Terminamos y nuevamente salimos de ese delicioso lugar, se sentía como en Italia, tenía todas las vibes, y por supuesto la comida estaba riquísima para tener tres estrellas, que decepción.

Subimos al coche y me llevó otra vez a su casa, con razón dijo de llevarme mi mochila con algunas prendas, ¿verdad?

Joder, este chico volvió a ayudarme a salir, ¿como podía ser tan caballero?

Entramos a su casa sin razón alguna, quería que estuviese ahí.

Entré y corriendo como una niña pequeña fui hacia los chicos que me abrazaban como si se acabara el mundo, nos habíamos hecho muy buenos amigos.

Mi profesor de guitarra ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora