Chapter 25

2.1K 131 22
                                    

Tom Kaulitz

Por fin llegaron. Nos saludamos y se sentaron.

Mientras decidían lo que pedían notaron algo raro.

—Estamos muy vacíos.—Dijo Gustav.

—Es verdad...—Hizo una pausa pensando.—¡Annie! ¿¡Y Annie!?—Se preocupó Bill.

—Sh, sh, eh.—Intenté calmar a los chicos menos a Nessa que se encontraba totalmente como un robot.—Está dormida en la habitación, dice que no quiere comer, no tiene hambre.

—¿Comió mucho al parecer esta noche no?—Ironizó Georg mientras yo le daba un codazo. —Vale vale, ya.

—Un momento, —Calló Nessa.—Iré al baño, me molesta el rimel.—Cosas de chicas.

Cuando se fué los chicos procedieron a reírse demasiado sin yo encontrarle razón.

Mis chicas, ¿esos chicos son normales?

—-Ah, Annie.—Se pusieron los chicos a gemir con voz chillona imitando.—Ahh, Tomm. —Reían.—¡Diloo, ahh!—Rodé los ojos.

Una chica castaña apareció detrás de ellos mirándolos con cara confusa.

Ella se sentó a mi lado y me besó.

—Buenos días Annie.—Le seguí el beso.—Buenos días Tom.—Respondió.—¿No estabas cansada?—Pregunté.

—Tenía hambre, y quería ver a mis chicos. ¿Y Nessa?—Preguntó mientras yo seguía dándole besos por toda la cara.

—Fue al baño porque le molestaba el rimel.—Contestó Bill.—Se lo habrá puesto mal.

—No coman delante de los pobres.—Seguía riendo Gustav.

De verdad, cuando a estos chicos le daban por algo, tenían que joder hasta que le pagaras una hostia.

—¿Y por qué estás ronca?—Seguía Georg. Me miró Annie con una cara de fastidio.—Ahh Tom.

—¿Vamos a desayunar ya? —Levantó la voz aún ronca e hizo que los chicos se callaran.

Nessa llegó y bueno, normal. Desayunamos, reímos, tal tal.

Ahora íbamos a los toboganes y este sería otro momento para ver el perfecto cuerpo de Annie.

—Luego os vemos.—Me despedí de los chicos en mi misma puerta. Annie sacudía la mano como una niña pequeña, imposible no quererla.

Finalmente cerramos la puerta.

—Espera, no me dijiste que llevabas ropa mía.—Sonreí.

Llevaba unos pantalones que parecían vestidos para ella junto una sudadera que le tapaba todo el cuello también.

—No tenía ropa, no dejaste que fuera a coger mi maleta. —Respondió.—Un momento, iré a por mi maleta si mi jefe, Tom, me deja.—Reí y salió por la puerta para coger su maleta y eso.

Annie Willson

Salí por el pasillo para coger mi maleta, seguramente Bill me abría guardado todo, y asi fue, es un amor.

El ya tenía el bañador puesto, ¡y yo no!

Tío, parecía yo un pingüino andando, y no solo por los pantalones, si no.. mi abdomen no daba a más.

Salí de allí con la maleta corriendo como niña por por pasillo.

Toqué la puerta y ya me abrió Tom.

Pasé y la abrí en la cama para poder coger mi bikini, mi súper bikini..

Antes de cogerlo Tom se adelantó.

Mi profesor de guitarra ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora