Chapter 65

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3 meses después...

Me desperté por una fuerte patada de Tom en mi barriga, hizo que me mareara y viera blanco.

—Mierda, Tom, Tom.—Lo intentaba despertar, tardaba mucho. De un tirón se despertó.

—¿¡Qué, qué!?—Empecé a sudar. —¿Annie estás bien?

—Tom, me has metido un patadon en la barriga, me estoy mareando.—Se tapó la boca.

—Mierda, lo siento lo siento.. Perdoname.—Me daba besos en la cara.—Voy a por agua.

Corriendo se levantó para ir a la cocina y traerme un vaso de agua fresquita.

Me mejoré, los sudores se me fueron yendo.

—Lo siento, joder dios mio..—Se puso la mano en la frente. —¡La revisión!

Hostia, hoy era la revisión e íbamos a llegar tarde.

En pleno Julio tenía calorazo, evidentemente tenía más barriga que en el primer mes y no sabía que ponerme, un top no, parecería gorda, bueno, pues tomé prestada una camiseta de Tom color blanco y unos pantalones cortos aunque no se veian mucho por la camiseta.

La barriga me levantaba un poco la camiseta así que no se veía tan vestido.

Tom me vió y Sonreía, seguía sintiendo las mariposas como cuando lo conocí.

—Yo te daba.—Reía Tom, mi reacción era como un "excuse me?".

Nos subimos al coche.

Si os soy sincera, yo soy la madre y quiero una- mentiira

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Si os soy sincera, yo soy la madre y quiero una- mentiira. Quiero niña.

Íbamos en el coche para la revisión, mientras que ponía el aire a tope, tenía demasiada calor.

—Annie, como te quedarías si te digo que estoy congelado. —Hacía como que tiritaba.

—Tom, como te quedarías si te digo que estoy enamorada de tí.— Solté así sin más.

—Neena, tu ya sabe' que yo no puedo hacerte naa', ¿para qué provocar? —Me Reí ante sus palabras.

Llegamos a la puerta, aparcamos y nos fuimos hasta la recepcionista y nos dijo la sala que era.

Una vez que dijeron mi nombre, pasamos, me tumbé en una camilla y me levanté la camiseta, Tom me miraba con una sonrisa de orgullo; era increíble como lo hice cambiar a mejor.

El médico me puso una crema o una especie así en la barriga, y me pasó un aparato blanco y alargado por mi barriga, en la pantalla se veía un pequeño alíen dentro de mí.

—¿Queréis fotografías?—Asentimos.— Bueno, pues el bebé está en perfecto estado, en el siguiente mes vendréis también para la revelación de género y a partir de ahí, Annie, tendría que hacer menos esfuerzo o reposar un poco más.—Informaba mientras que salían fotos de una impresora.

Mi profesor de guitarra ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora