🐺FOUR SEASONS🐱

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Parte 2

Mirando su reflejo en el espejo, Nunew fue crítico consigo mismo y la ropa que llevaba puesta. Lian, que había estado toda la tarde con el ceño fruncido, se encontraba ahora echado en la cama del omega, cruzado de brazos y con gesto disconforme.

—Estás mostrando mucha piel —dijo Lian con reprobación.

¿Mucha piel? Literalmente sólo estaba mostrando sus delgados brazos y parte de sus clavículas gracias a que no cerró los botones superiores de la camisa negra. No era un gran look, pero si algo con lo que Nunew se sentía cómodo.

—¿Mucha piel? —Kuea pareció leer sus pensamientos—. ¿Qué tontería dices? Es más, mamá, colócate algo atrevido, ¡quizás una malla!

—¡Kuea! —rabió Lian.

—Me están sacando un dolor de cabeza —dijo Nunew, y los dos callaron —. Así está bien. Es una cita simple y sencilla, nada más.

Los mellizos se miraron, casi como si estuvieran teniendo una discusión silenciosa. Nunew se preguntó si es que eso era posible, pues a veces, le parecía que sus cachorros podían comunicarse sólo con la mente.

—Al menos tendrás comida gratis —dijo Lian finalmente, y Nunew se relajó.

—Sólo por eso acepté esta cita —apoyó Nunew, provocando que su hijo mayor sonriera mientras que Kuea resoplara.

—¿Alguien dijo comida gratis? —preguntó Nat, asomándose con entusiasmo.

—No para ti —dijo Kuea, rodando los ojos—, te toca preparar la cena hoy.

Nat se indignó ante esas palabras, sin poder creer que le trataran de esa forma. En su mente, era el menor y merecía que le consintieran por lo mismo; Yeji no contaba porque era todavía una bebé, estaba fuera de la ecuación.

Nunew volvió a mirar su reflejo y se aplicó un poco de base para cubrir las ojeras de su rostro. Desde que llegó a Estados Unidos que tenía problemas para maquillarse, pues su piel era demasiado blanca en comparación al resto y el tipo de base que solía usar era difícil de encontrar. No es como si él todos los días tuviera que maquillarse, pero había ocasiones importantes en las que debía lucir impecable, como en las fiestas de los Liu. Se puso un poco de brillo labial en sus delgados labios para no verse tan paliducho y comenzó a guardar todo en los bolsillos de su abrigo.

Dos semanas atrás había coincidido con Net cuando salió a pasear con Yeji. De manera inevitable se pusieron a conversar y surgió, por supuesto, algo que Nunew venía pensando desde hace mucho: la segunda cita que le prometió varios meses atrás. El alfa se veía francamente sorprendido (y complacido) con que Nunew lo sacara a colación, y luego de debatirlo por varios minutos, decidieron tener una nueva cita. Esta vez irían a un

restaurante italiano, de pizzas y pastas, en el centro de Manhattan, llamado OLIO E PIÙ, donde trabajaba un amigo de Net y que les hizo una reserva.

Cuando dieron las ocho y el alfa le confirmó que estaba fuera, fue donde cada uno de los cachorros a despedirse de ellos. Lian, como solía hacer los viernes por la noche, estaba haciendo sus tareas aprovechando el nuevo espacio que tenía; como prometieron, en agosto el matrimonio Liu decidió agrandar la casa-cabaña, poniendo una habitación extra que era ahora la habitación de Kuea y Nat. La primera intención fue que los mellizos durmieran allí, pero luego de mucho pensarlo, Nunew finalmente se decantó para que fuera Lian el que se quedara con la antigua habitación para él solo. Sentía que, de los tres, Lian era el que merecía un poco más

de privacidad y espacio propio a estas alturas de su vida.

Kuea estaba en su cama de la litera jugando con la consola de videojuegos, mientras que Nat miraba televisión, cuidando de Yeji, que pintaba en la mesa del living. Todos le desearon suerte para su cita, incluso Lian, aunque le recordó que no llegara tarde.