TE PUEDEN PONER UN RETO Y ACABES BESANDO A TU JEFE O SECUESTRADA ...O LAS DOS.

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TITULO REAL: O PUEDES HACER UNA AMIGA EMBORRACHARTE TANTO QUE BESES A TU JEFE Y QUE AL DIA SIGUIENTE TE SECUESTREN 

TUVE QUE PONER EL REAL ABAJO PORQUE NO ME DEJABA PUBLICARLO CON EL TITULO TAN LARGO.

Había pasado como una hora y la cosa se había pasado de madre. En vez de una quedada de amigos ahora había una fiesta, con gente que obviamente no conocía.

Chicas con poca ropa bailando.

Chicos sin camiseta bailando.

Muchos guardas.

Mucho alcohol.

Música muy alta.

Y una piscina.

A la mayoría de los criminales que conocía les gustaba pasar desapercibidos, pero ellos no eran criminales normales, ellos eran una familia criminal.

Mattia se me acercó por detrás, él estaba borracho, bueno, debería estarlo, había bebido mucho y, a decir verdad, yo también.

— Hey, ¿Te lo estás pasando bien?

— Si bueno, no conozco a nadie — le dije mirando alrededor.

— No hay problema, ven que te presento a más gente— me dijo cogiendo mi mano y llevándome a dios sabe dónde.

— Hola chicos, esta es Samantha, la abogada— me presentó Mattia ante unas personas que no conocía.

Uno de ellos me sonrió.

— Hola, encantado, soy Eduardo— dijo él tendiendome la mano.

Yo la estreché y otra chica me ofreció su mano y repetí el movimiento.

— Yo soy Arianna — me dijo ella, después me puso un brazo por encima del hombro — ven, alejémonos de estos dos, empiezan a dar miedo.

Iba con un bañador azul que le hacía escote al igual que el mio.

Tenia el pelo negro, ondulado y corto, por encima de los hombros, era morena, con buena figura.

Nos dirigimos a la piscina donde había un grupo de gente incluido Mario.

— Hey chicos, nosotras también jugamos — dijo ella alzando su copa.

— Vale, que comience la nueva — gritó alguien.

— Verdad o reto — dijo un chico que estaba al lado mio.

— Reto — dije.

Uno de ellos gritó lo peor que podía haber gritado.

— ¡Que besé a Mario!

Mierda.

Todos comenzaron a gritar cosas como " Si que se lien", "Mario tiene mucha suerte esta buena". No sabía si sentirme halagada o insultada.

Pero las cosas podían ser peores. Mario se levantó. Me dió una mirada que en ese momento no supe cómo interpretar. Se acercó hacia mí y me levanté.

Poco a poco nos íbamos acercando y no sabia porque, pero tenía ganas de besarlo, las había tenido desde que se me acercó tanto en Deloitte.

Cuando nuestras bocas se juntaron sentí como si tuviera fuegos artificiales en el estómago, era la sensación más satisfactoria que había tenido en mucho tiempo, esa sensación solo la había provocado una persona, bueno, ahora dos. Sin darnos cuenta el beso siguió más de lo planeado, y en cuanto me acordé de que había más gente a parte de nosotros lo paré, aunque no quisiera, porque ese beso fué el mejor que tuve en mucho tiempo, no sentía nada a mi alrededor, solo podía pensar en nuestras bocas chocando la una contra la otra, las mariposas en mi estómago, solo escuchaba la música de fondo y nos veía a nosotros en el centro de toda la fiesta. Pero tuve que detenerme, el alcohol había hecho de las suyas y sabía que me iba a lamentar haber besado al que era mi jefe.

ENTRE BALAS Y LEYES [#1 LEY Y CAOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora