EPÍLOGO

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— ¿Así fue como conociste realmente a papá? — preguntó mi hija Valentina.

— Sí.

— ¿Quién está hablando de mí? — preguntó Mario, quien acababa de entrar por la puerta.

— ¡Estamos aquí! — le grité yo

Mi hija le contó todo lo que había "descubierto" de nosotros, aunque en vez de asustarse, lo que hizo fué emocionarse.

— ¿ Y hoy has matado a alguien ? — le preguntó en la cena.

— Hija, no hablemos de eso.

— Pero si, o no.

— No, pero todavía estoy a tiempo.

—¡ Yo quiero ayudarte!

Dios....

Cuando el timbre sonó Mario fué a ver quien tocaba tan tarde.

Pero un sonido me hizo ver que algo iba mal. Fuí a los cajones de la cocina y saqué el arma que guardaba.

— Val, debes de irte, ya sabes — le indiqué a mi hija, me dolía que supiese cómo debería de esconderse en caso de que a sus padres los quieran matar, pero no había más opción.

VALENTINA

Tenía miedo, papá no había vuelto y sonaba mucho ruido, jadeos de otras personas. Mamá había sacado una pistola del cajón de la cocina.

Hacía unos años mamá y papá me habían enseñado un pasadizo por el techo, me habían dicho que solo podría entrar cuando fuera estrictamente necesario, y no entendí a qué se referían.

Pero antes de ir yo pasé por su cuarto, tenían una caja fuerte con un arma y dinero, a mí me importaba lo primero.

Me metí en el pasadizo, lo veía todo por una especie de rejilla, mamá estaba peleando con un hombre, mientras que papá hacía lo mismo. El hombre le arrebató el arma a mamá y le disparó, en el pecho, papa se paralizó y en un acto de rabia fué a por el hombre, pero también le disparó.

Se me heló la sangre, no me podía creer que hubieran asesinado a mis padres justo delante mio, solo quedaban dos hombres, dos.

Empecé a llorar desconsoladamente. Pero algo captó mi atención.

— Valentina... ¿Dónde te escondes? No tengas miedo... — decían los hombres.

¿Venían a por mí? ¿Quienes eran?

Salí poco a poco asegurándome de que no me vieran y de que el arma tenía balas, no sabía muy bien como usarla pero mamá y papá habían hablado de algo así, de que tenía que tirar de un asegurador...

Salí y después de dar unos pasos me encontré de cara con uno de los hombres, era alto, tenía los ojos verdes, pero me daba muy mala espina.

— Hola renacuaja— dijo al verme, después vió la pistola en mi mano y le apunté con ella —. ¿No eres un poco pequeña para tener eso? Tus padres te han críado mal.

— No hables de ellos — le advertí, aunque con mi voz infantil no podía sonar muy amenazadora. Él intentaba por todos los medios acercarse sin que yo me diera cuenta —. No te acerques.

— Oye niña, no estoy para juegos, suelta la puta pistola y nadie saldrá herido.

Me enfadé al ver que me había llamado "niña" ,sí, lo era, pero él no era quien para matar a mis padres, para arebatarmelos, y luego venir a insultarme.

Me enfadé mucho y disparé, sin pensar, no sabía como lo hacía, pero cerré lo ojos y apreté el gatillo.

Lo único que pude escuchar después de eso fueron pisadas, pisadas del otro homre que estaba vivo.

— ¿La has matado imbécil? — preguntaba sin saber que había sido al revés.

Bajó las escaleras y nos encontró, yo seguía en la posición con la que había disparado al hombre.

— Niña... — dijo cuando llegó al pasillo — como se nota de quién eres hija... — yo volví a soltar el fiador, no me gustaba que mencionasen a mis padres, y menos ahora, tenía ira acumulada de tan solo unos minutos... —. Suelta eso.

Después disparé, no escuché nada y cuando me atreví a abrir los ojos ví la escena, ví a los dos hombres tirados en el suelo, con un disparo en el pecho, pero aunque sentí que debía asustarme de eso, no lo hice, me sentí bien con eso, ellos me habían quitado a mis padres, pues yo les quito la vida...

Mi abuelo entró por la puerta después de pegar un grito, había visto a mamá y a papá en el comedor.

— Valentina... — observó la pistola en mi mano y los dos muertos delante de mí — ¿Has sido tú...?

— Ellos los mataron... 


FIN 

ENTRE BALAS Y LEYES [#1 LEY Y CAOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora