Cuando me desperté Mario seguía durmiendo, estuve un rato observándolo durante un rato, pero luego me empecé a sentir como una acosadora. Así que me levanté para ir a beber algo de agua.
Bajé las escaleras con la camiseta de Mario puesta, me encantaba como olía.
— Hola bestia... — me dijo Arianna, que se estaba bebiendo un café.
Noté que se reía de mí.
— ¿De qué hablas?
— Te lo pasaste bien anoche...
—Sí, la fiesta fué muy divertida — abrí la nevera para ver que había.
— ¿Y la fiesta privada que te dió Mario?
La sangre se me heló, ¿Lo escucharon? ¿Mario le dijo algo? ¿Qué estaba pasando?
— ¿Cómo?
— Se escucharon cosas... Ya sabes... Gemidos... Súplicas... Golpes...
— Ya lo he pillado... ¿Alguien más lo escuchó?
— Cuando se paró la música, se escucharon, aunque ya no quedaba mucha gente.
— ¿Mí padre lo escuchó? Qué vergüenza
—No, él se tuvo que ir.
— Menos mal...
— Hoy nos tenemos que ir...
— Ya lo sé.
— Mario se ha cogido un día más para estar contigo, te quiere de verdad — Arianna me observaba de forma extraña.
— Ya lo sé, aunque no sé... No sé lo que pasará.
— Esta noche ponte guapa, iremos a la casa de Derek, para una cena en condiciones.
— Vale...
Después de una pequeña reprimenda por parte de Arianna volví a la cama, ví que Mario ya se había levantado y estaba en el escritorio viendo mi portátil.
— ¿Qué haces? — le pregunté.
— Lo siento — se dió la vuelta — Estaba abierto.
— Sí, me lo debí de dejar ayer antes de ir al ginecólogo — le expliqué— Así que te vas a quedar un poco más ¿No?
— Has hablado con Arianna — no lo dijo como una pregunta, sinó como una afirmación.
— Ayer hicimos mucho ruido, me ha regañado por ser tan descuidada.
— ¿Cómo estás? — me tomó por sorpresa esa pregunta.
— Bien.
— Dime la verdad.
— Es la verdad.
— No lo es.
— Me ha tomado por sorpresa, pero... No sé, descartaba la idea de ser madre.
— ¿Por qué?
— ¿Quién querría tener hijos con alguien del cual no sabe nada real de su vida?
— Yo solo sé el exterior — nos miramos a los ojos —. Pero espero tener el resto de nuestras vidas para descubrir lo demás— nos seguíamos mirando a los ojos.
Nos estábamos preparando para ir a la cena en casa de Derek. Me puse un vestido de color rojo, corto, que se me agarraba al cuello y dejaba mis hombros al descubierto.
— ¿Por qué cada vez que te pones un vestido es rojo? — preguntó Mario ajustándose la corbata.
— Es mi color favorito, el segundo es el negro.
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ENTRE BALAS Y LEYES [#1 LEY Y CAOS]
Teen FictionSamantha Mancini, una abogada italiana de veinte años con muchos pretendientes, que esconde unos cuantos secretos que no piensa desvelar. Mario Cascio , un mafioso de la misma edad que la contrata para que lo saque de un pequeño lío de su padre. Su...