Me desperté lentamente, y una vez más, ví una habitación de hospital con Mario dormido.
¿La novedad?
Mi padre también dormido en el otro sofá.
¿Qué hora era?
¿Qué había pasado?
Cuando me estaba acomodando Mario despertó.
- Samantha - dijo Mario preocupado por mí.
- Mario - dije abrazándolo con todas mis fuerzas, me dolía el abdomen y la espalda, pero me dió igual.
- Andrés despierta - le avisó Mario.
Mi padre despertó y fué directo a abrazarme.
- Hija... ¿Cómo estás? - Me cogió la cara con las manos -. Llama a la doctora, Mario.
Mario salió.
Pero una pregunta me vino a la mente.
¿Y el bebé?
-¿ Papa? - le dije a mi padre - ¿Que ha pasado con el bebé?
La doctora llegó y mi padre no me pudo contestar.
Mi padre salió y me quedé a solas con la enfermera.
Después la doctora me hizo un chequeo, me dijo que había estado dormida dos días y que mi padre y mi novio habían estado turnándose para ir a casa y coger ropa.
- ¿Y el bebe doctora? - le pregunté.
- Debido a cambio tan brusco de tensión algo dentro de tí falló, debes evitar ponerte en este tipo de situaciones, pero ya está bien, en toda mi carrera no he visto a nadie más fuerte que vosotros, has tenido amenazas de aborto, muchas, y graves, es una suerte que los dos sigais vivos - me explicó ella.
- Gracias doctora.
- ¿Puedo preguntar que pasó?
- Mi novio me pidió matrimonio - solté recordando los nervios que sentí, y el dolor, la sangre...
- ¿Y usted quiere casarse, o quiere esperar? - preguntó ella.
Si algo había aprendido con ese més aquí es que todo el mundo quiere saberlo todo, y que si te preguntan intentan darte una buena respuesta.
- No lo sé - dije.
- Bueno, pues el bebé está bien, así que mañana te daremos el alta, intenta no ponerte en estas situaciones.
- Vale, doctora.
Cuando ella se fué todos entraron a la habitación, aunque yo solo quería ver a Mario.
Él entró el último haciéndose paso entre todos para llegar a mí.
- Lo siento, de verdad, no debería hacer nada.
- Tranquilo...
Parecía que suspiraba aliviado.
- ¿Estás segura de que estás bien? ¿Necesitas algo? - me preguntó con preocupación en sus ojos.
- Estoy bien, solo quiero estar contigo - respondí sinceramente.
Mario se sentó a mi lado en la cama y tomó mi mano.
- Lo siento por todo esto, no quería que pasara nada malo.
- No te preocupes, todo está bien ahora. Estamos juntos y eso es lo que importa.
Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente disfrutando de la presencia del otro. Pero la pregunta seguía en mi mente y finalmente decidí sacarla a la luz.
- Mario, ¿qué vamos a hacer con lo del matrimonio?
Mario me miró con ternura y tomó una decisión.
- Samantha, sé que las cosas han sido difíciles últimamente, pero no me imagino mi vida sin ti. Quiero estar a tu lado siempre, en las buenas y en las malas. ¿Quieres casarte conmigo?
Mi corazón se aceleró y una cálida sensación de felicidad invadió mi ser.
- Sí, Mario, quiero casarme contigo.
Una sonrisa se formó en su rostro y me abrazó con fuerza.
- Te amo, Samantha. Prometo cuidarte y amarte por siempre.
Y en ese momento, en medio de una habitación de hospital, con mi padre y nuestros amigos presentes, tomamos la decisión de unir nuestras vidas para siempre. A pesar de todo lo que habíamos pasado juntos, sabíamos que estábamos hechos el uno para el otro. Juntos, enfrentaremos cualquier desafío que la vida nos ponga en el camino. Y así, con amor y esperanza en nuestro corazón, comenzamos a soñar con un futuro juntos.
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ENTRE BALAS Y LEYES [#1 LEY Y CAOS]
Roman pour AdolescentsSamantha Mancini, una abogada italiana de veinte años con muchos pretendientes, que esconde unos cuantos secretos que no piensa desvelar. Mario Cascio , un mafioso de la misma edad que la contrata para que lo saque de un pequeño lío de su padre. Su...