Me desperté pronto para que Mario no me escuchará irme, hasta ahora no había tenido la oportunidad de ir a hablar con mi cliente y dentro de poco sería el juicio.
Aparqué en la entrada y me cachearon, como lo hacía en las películas. Mi traje, negro y apretado hizó que no tuvieran que tocarme mucho.
— Hola Marco, soy Samantha, tu abogada.
— Hola Samantha ¿No ha venido mi hijo?
— No, he creído que así te sinceraras más rápido.
— ¿Qué tal tu padre?
— Señor Cascio, creo que ese no es un tema apropiado.
— ¿No quieres hablar? O mejor dicho ¿No quieres hablar del mafioso de tu padre?
— No quiero hablar de mi vida personal.
— ¿Qué tal te ha parecido Mario? Espero que se haya portado bien.
— Si, bueno, todo lo bien que os podéis portar vosotros.
— ¿Qué ha hecho ahora?
— Da igual, bueno, a cuantas personas le acusan de haber asesinado.
— Trece
— Wao, eso son muchas.
— Si
— ¿A cuantas personas asesinaste de verdad?
— Veinte.
— Estoy casi segura de que eso no lo sabe nadie.
— No. Solo tú y yo.
— Mira, no es por insultar. Pero¿Le parecería bien que pidiera una prueba psicológica?
— Samantha, no hace falta que te esfuerces mucho.
— ¿Por qué?
— Porque dentro de tres años podré salir por buena conducta, y por soborno a los peces gordos.
— ¿Y no crees que si no intento que no lo metan en la cárcel no sopecharían?
— Chica lista.
— Creo que ya me puedo ir.
— No, quiero saber un par de cosas tuyas.
— De acuerdo.
— Cómo te llamas.
— Samantha Mancini.
— El verdadero guapita.
— Valeria Ferri.
— Yo era amigo de tu padre, te quiere mucho, no le acaba de gustar que vuelvas a este mundo, como son los padres ... ¿Verdad?
— ¿Usted habla con mi padre?
— Si, le ha emocionado volver a encontrarte, no sabía a qué nombre te habías cambiado — me miró serio — siento lo de tu novio, era buen chaval. Aunque una pregunta me ronda por la cabeza ¿Por qué ahora te estás arriesgando por alguien como yo?
— No me arriesgo, sé que usted no me va a hacer nada.
— Yo no te voy a hacer nada, pero tu cabeza tiene precio.
— Creo que debo irme, nos veremos en los tribunales, si alguien viene a verlo, no diga ni una sola palabra.
— Samantha, por favor, no me trates de usted.
— Vale Marco.
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ENTRE BALAS Y LEYES [#1 LEY Y CAOS]
Teen FictionSamantha Mancini, una abogada italiana de veinte años con muchos pretendientes, que esconde unos cuantos secretos que no piensa desvelar. Mario Cascio , un mafioso de la misma edad que la contrata para que lo saque de un pequeño lío de su padre. Su...