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El pueblo era precioso, fachadas blancas adornadas con cientos de plantas, calles hechas de piedras, puertas de colores brillantes y curiosas referencias al mar.

El mar. Yo moría de ganas por verlo, por escuchar las olas y por sentir la brisa marina.

Por unos segundos pude observarlo de lejos, y la emoción me hizo enderezarme para contemplarlo. James rió a mis espaldas.

–¿Habías visto antes el mar?

–No. Bueno si. –James seguía sonriendo ante mi actitud infantil mientras yo seguía observando el paisaje– Madre y padre nos llevaron una vez cuando éramos pequeños. El mar era precioso, pero a madre no le gustaba. De todas formas yo era muy pequeño.

–Entonces comprendo tu emoción, el mar es espectacular. Puedo llevarte a verlo todos los días si hace falta. –Sonreír fue mi única respuesta.

Llegamos a un restaurante llamado "A la mar", James explicó que ese era el restaurante familiar, y que la casa de al lado era la suya. Una casa azul claro con un encanto natural, dos pisos ambientados en el mar y su historia. En mi opinión una auténtica maravilla.

James me acompaña a su habitación, y allí puedo detectar sus gustos: la música, la fotografía... Junto a nuestras camas hay una estantería, algunos libros y discos musicales, cuadros de su familia y de otra gente que no conozco. Me acerco a una fotografía que parece reciente, James junto a dos chicas, una morena y otra pelirroja, los tres sonríen y llevan gafas a juego, parece una fiesta.

–¿Son Mary y Lily?

– Si, el año pasado en las fiestas del pueblo.

–Son muy guapas.

–Si, y están saliendo. –.Mi cara se vuelve roja al segundo.

–¡Oh! No lo decía por eso. No me gustan.

–Tranquilo. De todas maneras tenías que saberlo, vas a verlas más de una vez devorándose una a la otra. A veces dan envidia.

–Eso me ocurre a veces con Sirius, ella y su novio a veces son tan liberales. –James comienza a reír al escucharme. –No te rías de mi desgracia. ¿Sabes lo que sufro al salir solo con ellos? Mi hermana no se corta, y Remus está bajo sus pies.

–Espera, ¿Tu hermana? Pensaba que Sirius era...

–¿Un chico? Lo es a veces. Es un género fluido por eso también usó ella.

–Está bien, lo tendré en cuenta.

Después de hablar y ordenar algunas cosas decidimos ir a dar una vuelta, caminamos hasta llegar a la playa y nos sentamos en la entrada.

Observe el mar y sus olas, las que llegan a la orilla y luego desaparecen sin dejar rastro, observe el cielo, la unión de los dos paisajes azules, las pequeñas nubes que lo adornaban, deje que la brisa marina chocará en mi rostro, que las partículas saladas se quedaran en mi piel, volví a observar el sol, que poco a poco descendía y luego me fije en el chico que había a mi lado. Me fijé en James porque observaba lo mismo que yo, lo observaba fascinado, en silencio, como si también fuera su primera vez. Entonces James me mira y yo descubro que sus ojos brillan tanto como el sol que observamos.

–Es hermoso ¿Verdad?

–Lo es. –Contesto a penas sin pensar en el cielo. James sonríe y vuelve a observar el atardecer, satisfecho consigo mismo. – Me encantaría pintarlo. –Es solo un murmullo, un pensamiento en voz alta, pero consigo volver a atraer la atención de James.

–¿Pintas? – Sonrió algo avergonzado mientras encendía mi teléfono.

–Si. Pero tampoco soy un experto, solo es un hobbie. – Le muestro una imagen de un cuadro y James me arrebata el móvil para examinarlo mejor.

–Regulus... Madre mía, eres un artista. –No puedo evitar sonreír, James parece estar a punto de gritar – Nunca había visto a alguien que retratara el mundo de una forma tan bonita, tan real.

–Le debo todo a mi prima Andromeda.

El silencio nos invade mientras el pequeño espectáculo termina. La noche se apodera de todo y las luces del paseo marítimo se encienden. Para entonces unas chicas han llegado caminando y se han situado a las espaldas de James. Son Lily y Mary, una tiene el dedo índice sobre sus labios y la otra cuenta hasta tres con la mano derecha. Uno, dos, tres...

–¡Sorpresa! –James salta de su asiento muy sorprendido y comienza a reír. –Traemos helado.

La pelirroja, Lily, entrega a ambos un helado de chocolate y arrebata el suyo a la pelinegra. Todos probamos el helado y nos miramos, incómodos.

–Soy Regulus por cierto. –James sonríe y comienza a presentar a Lily y Mary, ellas sonríen y comienzan a hacer algunas preguntas.

–¿De verdad vives en parís?¿Como es? ¿Hablas sólo francés?

–Si, Francia es muy bonita en general aunque suele llover mucho y los paisajes siempre suelen ser grises. – Me siento observado por ellas, así que termino de hablar y dejo que ellas continúen – Hablo francés como idioma materno e inglés como idioma paterno, aunque también estoy aprendiendo chino.

–Vaya, está claro que problemas para comunicarte no tendrás. –Lily se sienta junto a nosotros y comienza una larga conversación en la que poco a poco me voy sintiendo más cómodo. 


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Lunes = Capitulo nuevo 

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Ma douce souffrance - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora