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<Joder.> Pienso mientras camino sobre la arena. Intento estar cabreada pero siento que hay una angustia mucho mayor en mi pecho que me lo impide. Siento que mi alma quiere llorar pero yo la retengo. Por mi mente, una y otra vez la imagen de Mary con aquel chico. No lo comprendo del todo.

No comprendo las decisiones de Mary. No comprendo su actitud. No comprendo su indiferencia. No la comprendo a ella. No comprendo si en verdad sus sentimientos coinciden con los míos.

Si le gusto, ¿Por qué ni siquiera ha venido?

Siento que me ignora, que he dejado de importarle. Eso me parte el corazón.

–¡Lily! –Mary llega corriendo detrás de mí, para entonces yo ya estoy cerca del agua. Observo la marea mientras mis ojos se inundan. Es cierto todo lo que pienso. ¿Lo pensara también ella? Mary se detiene a poca distancia de mí, eso me duele. –No era lo que parecía, solo...

–No sigas así. –Mary se detiene y yo siento como una lágrima se desliza sobre mi mejilla. –Actúas como si te hubiese pillado poniéndome los cuernos. Se supone que no es así.

–No lo es. Solo me divierto. Sabes que me gustan las fiestas.

–Eso no es divertirse, eso es emborracharte.

–No voy borracha.

–Era tu propósito.

Ambas nos quedamos en silencio.

–No quiero nada con Alex.

–No es solo por Alex. Me ignoras. Siempre.

–No es cierto. Hoy solo estaba siendo amable.

–Tu siempre estas siendo amable.

Mary se agacha un momento y luego vuelve a levantarse. Su voz suena apagada, como al borde del llanto.

–Entonces, ¿Es eso? –Muevo la cabeza lentamente. – Dime qué pasa. –Da un paso hacia delante mientras me habla.

–Creo que es todo. Todo se viene encima de nosotras y tú... –Más lágrimas comienzan a caer. –Tú solo insistes en divertirte. Te emborrachas y esperas que todos los problemas se vayan de tu mente.

–No es cierto. Me gusta el alcohol y a veces tomo de más, pero no es así.

–Si que es así. Crees que no nos damos cuenta de nada, pero me preocupas, y prefieres anestesiarte y olvidar, que intentar encontrar soluciones. –Esta vez Mary me rodea con sus brazos y me abraza. –¿Por qué no puedes simplemente contarme lo que te pasa? Joder, es que parece que no quieras que te conozca. –Mary levanta la cabeza que había apoyado sobre mi hombro y me mira. –¿Tú me quieres? ¿De verdad te importo algo?

–Lily, floreta meua. –Lo dice como tantas otras veces, Mary coloca un mechón detrás de mi oreja y me besa. –Por supuesto que te quiero. Me importas muchísimo y quiero que seas feliz, que vivas sin preocupaciones. Quiero ver tu preciosa sonrisa todos los días de mi vida. –Sonrió un poco. Es tan dulce.

–Yo no puedo ser feliz si tu no lo eres. Y tú no eres feliz. –Mary baja la mirada un poco, parece sentirse culpable. –No puedes vivir con todas tus preocupaciones paralizando tu mente.

–Lo hago. Intento ser feliz, alejarme de ellas, pero es difícil si me enfrento a ellas todos los días de mi vida. –Habla de su madre. –No puedo soportar que se me juzgue por cada paso, cada palabra, cada acción. No quiero vivir sin poder ser yo misma.

La retengo en mis brazos y frotó su espalda. Debe de ser tan duro para ella.

–Todo terminará algún día. Lo aceptara. Por mucho que le cueste.

–Y ¿hasta entonces? –Mary me mira con los ojos humedecidos.

–Hasta entonces me tienes a mi. –Me sonríe un poco y me da un beso. –Por ahora lo primero que vas a hacer es dejar el alcohol. No te hace bien.

–Hecho. –Le da una patada al vaso que había dejado sobre la arena y me sonríe. –Luego lo tiramos a la papelera.

–Luego. –Susurro antes de besarla.

–Luego. –Susurra al separarnos mientras me abraza como si yo fuera su mayor salvadora.

Caminamos de la mano mientras oímos el suave ruido de las olas. Todo arreglado. Todo bien. Eso espero, pero eso es el amor después de todo. Esperar y confiar en el otro.

Mary ha llorado. Silenciosa y disimuladamente. Pero lo ha hecho. Porque parece que le duele tanto ocultarse como mostrarse de nuevo.

A lo lejos vislumbro a alguien acostado en la arena. Mary también lo hace y me observa.

–¿Serán ellos?

–Ojala. –Digo mientras enfoco la vista. –Porque parece que están cogidos de la mano.

–¿En serio? –Mary da un saltito de alegría. –¿Y ahora qué hacemos?

–No quiero cortarles el rollo.

–Pero no podemos irnos sin que ellos nos vean.

–Pues no tenemos otra.

Al final llegamos y nos acostamos a su lado, silenciosamente. Parece que ambos están en su propio mundo, ni se inmutan. Observo el cielo estrellado que brilla sobre nosotros. Mary se acerca a mí y me sonríe.

Podría decir que pasaron horas, pero eso solo fue mi mala percepción del tiempo. Estábamos todos absortos frente al espectáculo.

–Deberíamos volver a las tiendas.

Nadie me contesta, James se mueve unos milímetros hacia donde se encuentra Regulus antes de sentarse.

El camino a casa transcurre silencioso. Todos caminamos bajo un mar de calma, observados por las estrellas y con la sensación de sueño cerrándose los ojos.

Lily y yo caminamos delante. Ellos dos detrás.

Miro disimuladamente hacia atrás. Caminan indiferentes al mundo, observando el cielo, y con las manos entrelazadas.

Sonrió un poco y aprieto la mano de Lily. Le señaló a nuestro mejor amigo, que parece el ser más feliz del mundo, y ella sonríe.

Ambas nos alegramos por ellos. 


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¡¡¡Sorpresa!!! 

Mis niñas guapas y sus sentimientos ❤️❤️❤️

Las amo, muchísimo y también a todos los que estáis leyendo el fanfic. 

Me encantaría saber que os parece... Así que, cómo digo siempre: 

VOTAD, COMENTAD Y DISFRUTAR DE ESTA HISTORIA. 



Ma douce souffrance - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora