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Los siguientes días transcurrieron llenos de sucesos. Por una parte, ahora que yo sabía sobre el pequeño secreto de mi compañero de cuarto, Regulus y yo nos habíamos acercado aún más, y ahora compartimos todo con el otro. Resultó que Regulus era una persona muy interesante, le encantaba la historia, el arte y la escritura, durante una época tomo clases de violín obligado por sus padres, pero las dejó y comenzó a tocar el piano, adoraba el chocolate caliente, los paseos en los buses de parís y visitar museos, odiaba el metro, le hubiese gustado estudiar una carrera de historia o arte, y muchas otras cosas que fui descubriendo al paso del tiempo.

Al igual que yo, Regulus fue descubriendo cosas sobre mi que nos hicieron más cercanos, como mi afición por los deportes, la guitarra o la cocina, esta última heredada de mis padres.

Por otro lado, una noche después de un día entero en la playa Regulus quiso hablar conmigo seriamente. Resultó que quería decirles a las chicas que era un chico trans, que había oído a Mary preguntarme porque no se quitaba la camiseta. Así que durante una cena, unos días después Regulus se sincero con las chicas, y ellas en respuesta lo abrazaron durante más de dos minutos.

También hemos pasado los días preparando una excursión de dos noches a la montaña. Tiendas de campaña, hogueras, historias de miedo, caminatas y estrellas. Según Lily es lo que necesitamos todos para airearse.

Además de todo esto, mi buena amiga Lily, quien había comenzado a llamarse La diosa del amor, había trazado un plan para descubrir cuántas probabilidades tenía de gustarle al pelinegro.

–Cero. Tengo cero probabilidades. –Comento mientras me coloco en frente del muestrario de helados.

–No seas negativo, puede que seas su tipo. –Lily me mira con una sonrisa – Al menos sabes que es gay.

–No creo que busque novio. –Me muerdo el labio pensando en una mínima posibilidad –-Menos aún, uno que vive en otro país.

–Los amores de verano son bonitos. Además ya tienes edad de vivir alguna experiencia.

–Yo tengo experiencias.

–Solo te has besado conmigo y con aquella chica del campamento. Yo soy lesbiana y aquella chica y tu teníais nueve años. Tu experiencia es nula amigo. –La chica en el mostrador tose y Lily se gira para pedir mientras se enrojece de vergüenza. – Cuatro granizados de limón.

–A ver, centrémonos, en el caso de que quisiese tener un lío con Regulus. –Las palabras suenan extrañas en mi lengua –¿Qué pasa si me dice que no? ¿Y si nos peleamos? Aún vamos a estar mes y pico juntos. No quiero esa situación incomoda.

–¿Pero porque crees que pasará algo malo? Reg y tu sois compatibles al cien por ciento. –La dependienta llega con nuestra bebida y nos guiña un ojo antes de irnos. – ¡Gracias!

–Solo analizo las posibilidades, se llama realismo. –Luego observo de reojo a la chica irse y miró a Lily. –¿Sabes que esa chica te está coqueteando?

–No cambies de tema James.

–Yo no... –Pero Lily chita y se ríe mientras camina más rápidamente.

–Bueno creo que tengo una solución para comprobar si puedes gustarle a Regulus. Lánzale indirectas.

–No se hacer eso.

–Mary y yo te ayudamos. –Miro a Lily con una ceja alzada y ella sonríe de la manera más angelical posible. –Ya lo hemos hablado, ella ya sabe que tiene que hacer, a mi me toca ayudarte a ti.

Desde entonces he actuado según Lily me instruyó.

@Lily_evaaans

¡Acuérdate!

Ma douce souffrance - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora