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–No entiendo porque no podemos irnos por la tarde. –Lily se sienta en la parada del bus y apoya su cabeza en el hombro de Regulus. Regulus se sobre salta, observa a Lily adormilada y vuelve a cerrar los ojos. Son las siete de la mañana.

–Porque solo pasan tres buses camino a donde vamos. Uno de ellos a las siete y media, otro a las doce y otro a las cinco de la tarde. Si vamos tan tarde no aprovechamos el día.

–Y si vamos tan pronto tampoco, porque vamos a estar todo el día cansados. –Regulus se despereza y abre un poco los ojos. –Además, ¿Qué hay en el bus de las doce? Aprovechamos la tarde y...

–El bus de las doce está lleno, no he podido encontrar billetes.

–Que mala gestión.

–Puede que lo hubiésemos preparado mejor si no te hubieses pasado la reunión coqueteando con tu novia.

–Puede que cuando tengas novio lo entiendas.

–Puede que solo yo y Regulus merezcamos este viaje. –Cruzó los brazos y Regulus me sonrió un poco.

–¿Significa que quieres irte solo de viaje con Reggie? No sabía que esa era tu intención. –Maldita Lily. Yo y Regulus nos sonrojamos, cruzamos miradas y ambos las apartamos. Busco algo que decir, nada, mi mente se ha quedado blanca. Abro la boca pero me quedo ahí.

–¡Quién está listo para la mejor acampada del mundo! –Mary aparece cargada de una sombrilla y una nevera de playa y con una mochila a su espalda. Apoya las cosas en el suelo y se apoya con una mano en el muro de ladrillos que forma la estación. –Eso pesa demasiado. Menos mal que somos muchos, porque yo sola no podía. ¿Qué os pasa? –Mary nos ha echado una mirada a mi y a Regulus, sonríe de lado. –¿Sabéis que? No quiero saberlo.

El autobús llega, cargamos las cosas y nos sentamos prácticamente en la parte de detrás. El conductor, un hombre de mediana edad me explica que es sordo, pero no tonto y que no quiere que hagamos nada raro. También confirma que el autobús va hacia donde nos dirigimos y comenta que el trayecto es de casi dos horas.

Cuando nos sentamos un chico de pelo desteñido y con varios pendientes en la oreja nos saluda.

–Si no he oído mal nos dirigimos al mismo sitio. Soy Alex, estos inútiles son An, Miriam, Diego y Javi.

Mary saluda con la cabeza y nos presenta, al final entablamos todos una conversación.

–Entonces ¿Qué hacéis esta noche?

–Bueno, pues habíamos pensado...–Comenzar ha hablar pero jamás termino.

–Pues cancelar el plan, porque hay un fiestón ahí al lado y tenéis que venir. –Lily cruza miradas conmigo, es raro, y a penas conocemos a esos chicos. –Venga tranquilos, sé que suena raro pero tampoco es como si os obligará a ir. Mirad, –El chico saca su teléfono y pulsa para añadir un nuevo número. –Me das tu teléfono, yo te escribo lugar y hora y entonces ya decidís, sin prisa.

–Está bien, apunta. –Mary dicta su número de teléfono y el chico le guiña un ojo antes de volver a su asiento.

–Gilipollas. –Lily murmura enfadada, luego se coloca los auriculares y mira por la ventana. Mary no parece haberse dado cuenta de su actitud, porque propone jugar a un juego, y Regulus y yo aceptamos.

Cuando llegamos, bajamos del autobús junto al grupo de antes, nos despedimos y cada uno se marcha hacia un lado. Cuando ya están las tiendas montadas decidimos ir caminando hacia la playa. Ese es nuestro plan para hoy, pasar todo el día en la playa.

Mary y yo tomamos el sol, por su parte, Reggie y Lily juegan con una pelota a la orilla del mar. Mary aprovecha y les saca una foto. Ambos lucen hermosos, Lily luce su bikini favorito, que es de un azul turquesa muy vivo y le combina con los ojos, por otro lado, Regulus lleva con glamour su bañador color azul oscuro, y se ha decidido a quitarse la camiseta, dejando solo el binder sobre su piel.

Mary me observa y sonríe.

–Tonto enamorado.

–Cállate.

–Lo eres, y él también.

–No te creo, lo haces para que me lance.

–Por supuesto que no. Confía en mí, a él también le gustas.

–Ojalá tengas razón. –Suspiro y Mary me mira haciéndome sentir pequeño. –Es que... ¿Qué pasa si nos gustamos? Y si comenzamos a salir, ¿Qué ocurrirá cuando tengamos que separarnos?

–James, sois jóvenes. Los amores no duran para toda la vida. Pero si dejan marca te acompañan en tus recuerdos. En mi opinión, siempre es mejor conservar el recuerdo que añorarlo.

–Puede que tengas razón.

–No digas tonterías, yo siempre tengo razón. –Mary me mira seriamente yo le devuelvo la mirada y luego estallamos en risas.

Comimos en la playa, y pasamos parte de la tarde en ella. Sobre las seis decidimos que ya nos ha dado suficiente el sol, y volvemos a las tiendas para darnos una buena ducha y preparar lo que haremos durante la noche.

–Eh, ¿Qué hacéis? –Regulus acaba de volver de los baños del camping, el pelo oscuro y húmedo le cae en la cara y lo hace jodidamente adorable.

–¿A ti te apetece ir a la fiesta de ese chico?

–No lo sé. Tampoco lo había pensado. No estaría mal, pero me da igual. Después de todo la idea era beber aquí ¿No? Qué más da aquí que en la playa.

–Bueno, en realidad no podemos ir si el chico ese no nos pasa el mensaje. –Lily se encoge de hombros y se sienta en una silla.

–Bueno, hacemos algo. –Me siento sobre el césped y abro la pequeña nevera donde hemos metido algo de alcohol. –Nosotros empezamos aquí. Si el chico ese nos dice donde es y nos apetece ir, vamos. Fuera complicaciones. –Todos parecen estar de acuerdo, abro una botella con un color amarillento y le doy un trago.

–Pues que comience la fiesta. 


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Me acabo de dar cuenta de que tengo que actualizar el día 24 y el día 31. ¡Significa que comenzaremos el año con capitulo nuevo! Que guay : )

Ma douce souffrance - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora