En un mundo donde los dioses del Olimpo y las sombras de la magia se entrelazaban, tres jóvenes héroes, Percy Jackson, Nico di Angelo y Lysandra di Angelo, se encontraron en el epicentro de un conflicto que desafiaría la realidad misma.
Ordenados po...
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Narra Lysandra.
La mañana siguiente, el sol brillaba en el campamento. Me desperté temprano y sentí que tenía algo grueso que me cubría. Lo toqué y vi que aparte de la capa de Aleksander tenían una cobija muy gruesa.
—¿Como conseguiste la capa y la cobija?—me pregunto Percy.
—No podía dormir, en la noche salí y me encontré con Aleksander el me las dio.
Me quite la manta y se la coloqué a Nico, yo quede acurrucada con la capa, que tenía un olor delicioso. Nunca pensé que el olor de hombre fuera tan exquisito.
—Voy a ir a caminar por si pregunta mi hermano.—dije levantándome.
—Ten cuidado.
Salí y comencé a descubrir la casa y en donde me encontraba. Escuché unas voces que venían de un area cercana. Me acerqué sigilosamente y vi a Aleksander y Bahgra, ambos en sus keftas grishas, discutiendo sobre una técnica de manipulación de sombras.
Bahgra se mostraba un tanto escéptica.
—No sé, hijo, esta técnica parece demasiado avanzada para nosotros. ¿Realmente crees que podemos dominarla? ¿O que ellos lo hagan?
Aleksander la miró con determinación.
—Confía en mí, madre, puedo enseñártela. Solo necesitas tener paciencia y fe en tu propio poder.
Me quede observando su conversación, mientras me cubría más con la capa que me quedaba enorme. Parecía que Aleksander estaba dispuesto a ayudar a Bahgra a mejorar sus habilidades. Me di cuenta de que había algo más en él de lo que aparentaba.
Comencé a caminar con cuidado,para acercarme a ellos.
—¿Puedo unirme a esta lección de sombras? Nunca la había usado como ustedes.
Aleksander me miró con una sonrisa intrigante.
—Por supuesto, ¿también deseas aprender, o simplemente estás aquí por curiosidad?
Me encogí de hombros.
—Nunca está de más aprender algo nuevo.—me ubique q su lado y el vio que tenía su capa, yo me avergoncé y me la quite despacio y se la pase.—Muchas gracias.
—Quédatela, se te ve mejor Lapuska.
Yo me sonrojé sin envístanlo y Así comenzó una lección de manipulación de sombras, con Aleksander como el instructor.
Aleksander nos alentó a practicar y perfeccionar sus habilidades.
—Recuerden, el control sobre las sombras es un reflejo de su control interno. Deben encontrar la paz y la confianza en sí mismos para dominar esta técnica.
Mientras el me explicaba, me di cuenta que su apariencia fría y distante me di cuenta que solo es un mascar. Aleksander estaba dispuesto a ayudar a quienes lo necesitaban. ¿Quizás yo lo necesitaba a él en mi vida?
Cuando todo terminó me acerqué a él, tratando de devolverle su capa pero el no lo permitió. Así que solo le dije
—Gracias por enseñarnos esto. Eres más amable de lo que pensaba, y no sabía que yo pudiera hacer todo eso con mi poder. De donde yo vengo dicen que no podemos depender siempre de nuestros poderes.
El asintió dándome una sonrisa.
—Todos merecen una oportunidad de cambiar su destino, incluso alguien como yo. Y tú con no debes ocultar tu don, naciste con el por algo.
—Porque soy la hija de un dios.
—Por lo que sea, pero son tuyos y debes usarlo como más te plazca. Nos vemos más tarde Lapuska.
El se comenzó a ir y yo le grité.
—¿En algún momento me dirás lo que significa esa palabra?
El se giró y riéndose dijo.
—En algún momento Lapuska.
Dijo y volvió a reír.
Su sonrisa es más que perfecta, es música para mis oídos. Es el canto del mismo Apolo.