𝟬𝟯𝟮

329 27 1
                                    

Narra Lysandra.

Todo se complico con el tiempo, cada vez todo es más y más duro.

Pudimos seguir adelante con toda esta mierda que esta pasando, ya hemos fingido 2 muertes y 3 desapariciones, a veces me pongo a pensar si esto en algún momento terminara, me gastaría volver a lo que teníamos antes, nos casaban si, pero estábamos razonablemente tranquilos.

Yo siempre dije que la vida de los mestizos era complicada, nunca pensé en la de los demás en las otras mitologías o realidades que puedan existir, pero ahora lo se, los grisha sufren, sufren igual que los mestizos, con la deferencia que a ellos no los cazan monstruos o su propia familia, a ellos los caza un rey loco de la cabeza que tiene miedo.

En todo el tiempo que hemos estado aquí,¿ no hemos envejecido, es tan raro. sigo aparentando 16 o 17 años, cuando en realidad ya estoy en mis 20, casi en mis 30. pero no me disgusta, estoy teniendo el sueño de muchas personas, no envejecer nunca.

Aunque tiene sus desventajas, nunca envejecer. vez a personas importantes morir, sufres por sus muertes por años y saber que no puedes hacer absolutamente nada en ese laberinto que es la vida, la inmortalidad tiene un precio y es recordar, mientras mas vives mas recuerdas.

Extrañaba muchos amigos que murieron, extrañaba a mi hermana Bianca y a mi madre...madre, en algún momento estuve muy cerca de serlo, pero el destino y los dioses me lo quitaron injustamente, me hubiera gustado saber que lo tendría, me hubiera cuidado más.

-Se que estas ahi Nico.-Le dije a mi hermano que lo sentía en las sombras.

El salió de su escondite, el había cambiando un poco era mucho mas fuerte y con cara refinada, a veces me burlaba de el tenia a cientos de chicas y chicos a sus pies y el solo se acostaba con ellos. según el, no desea nada serio en esta vida, que no quiere llegar a ser igual de melosos como Alek y yo.

Nico se sentó a mi lado.

.¿La extrañas?-Me pregunto.

Sabia que hablaba d Bianca.

-Mucho, me justaría que estuviera aquí, que conociera a Alek. ¿Que crees que diría de el?

-Que es un hombre muy atractivo-

le di un golpe en el brazo mientras ambos reíamos.

-Cuidado que estas hablando de mi esposo.

-Tranquila, me he acostado con muchos chicos y chicas, y aunque tu esposo me parece muy atractivo, no pienso acostarme con mi cuñado.

-Más te vale, el ya esta comprometido.

-Calmada, nadie te quitara a tu hombre-El me vio y luego levanto una ceja.-Solo dime algo ¿La tiene grande?

Yo abri los ojos como platos y comencé a pegarle muchas veces.

-Atrevido, para que quieres saber de que tamaño lo tiene mi esposo.

-Curiosidad.-Dijo mientras le pegaba-Dice que la curiosidad mato al gato.

-Y tu morirás sabiendo como el gato.

Cuando me canse de golpearlo lo vi a los ojos, el estaba muerto de la risa, en nuestra realidad Nico era muy rara la vez que reía, aquí lo hacia muy seguido. Ambos encontramos paz aquí y sabemos que no queremos irnos cuando sea el momento.

-¿Que pasara cuando sepamos que es la fisura?

El me vio a los ojos.

-No me gusta pensar en eso, no me gusta pensar cuando me tenga que ir.

-A mi tampoco me gusta pensarlo, me encanta estar aquí.

-A mi también.

Nos quedamos en silencio, hasta que Nico lo rompió.

-Podríamos quedarnos-Sugiere-

-los dioses mandarían por nosotros.

-Podemos volver y decirles que deseamos quedarnos.

-Podríamos hacerlo, puede funcionar.

-Haremos que funciones.

***

Estaba en mi cama, esperando que Alek entrara, el solía trabajar hasta tarde, yo lo esperaba para dormirnos juntos, yo tenía mi pijama y estaba leyendo un libro esperando que el llegara.

El libro se me dificultaba mucho leerlo, ya que las palabras volaban pero necesitaba algo que hacer, cuando la puerta se abrió del todo y por ella entró mi esposo. El tenía una gran sonrisa en su cara, yo se la devolví y dejé el libro a un lado. Sin siquiera pensarlo el se encontraba sobre mi besándome con ganas.

—¿Por que están motivado cariño?—le pregunté cuando nos separamos del ardiente beso.

—Estoy muy feliz...

—¿Puedo saber porque?

—El Rey decidió hablar con nosotros.

—¿Estás hablando enserio?

—Si, diremos que yo soy descendiente del hereje negro, que tú eres mi esposa y somos el matrimonio Kirigan.

—¿Como explicaremos que ambos somos invocadores de sombras?

—Le diremos que no lo sabemos, que cuando nos conocimos tú ya tenías esos poderes.

—Sasha, ¿esto puede ser un cambio?

—Uno muy grande mi amor, saldremos de aquí, los grisha no se tendría que esconder, solo si llegamos a los acuerdos deseados.

Le di la vuelta yo quedamos encima de el.

—Confió en ti, esto será un cambio.—puse mis manos en su pecho.—Si nos pregunta como eliminar la sombra, ¿que diremos?

—Que debemos esperar un invocador de sol, lo cual es cierto.

—¿Crees que si exista?

—Los semidioses existen y para nosotros solo eran un mito.

—Es cierto, estaremos bien Sasha.

—Siempre, te amo Lapuska.

—Y yo a ti.

Esposa del general KiriganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora