𝟬𝟰𝟯

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Narra Lysandra.

Me desperté en mitad de la noche, pero había sentido un frío espantoso y eso que tenía una manta gruesa, la capa de Alek y que Nico estaba durmiendo conmigo para ver si podía pasar la noche. Sentía mi garganta seca por completo, me levante con un poco de dificultad, pero Nico no se despertó, me cubrí con la capa mientras caminaba y escuché un sonido.

Me giré rápido a la puerta y me encontré a nada más ni nada menos que Afrodita, con un destello de elegancia y encanto digno de ella.

Yo me incline ante la diosa.

- Lysandra, cariño, tu hermano Nico me ha contado tu historia de amor con Aleksander. Es una narrativa tan apasionante que hasta los dioses se conmueven.

Afrodita se acercó con una sonrisa cálida y tomó asiento a los pies de la cama de Nico

- Tu amor con Alek es tan puro, tan genuino, que he decidido interceder en tu nombre. Hablaré con los dioses para que te permitan volver con él.

No podía creer que Nico hiciera eso por mi. Pero pude sentir una emoción tan grande que no creí poder escuchar.

- Afrodita, ¿de verdad lo harías?

La diosa asintió con complicidad.

- El amor siempre será más poderoso que cualquier obstáculo. Hablaré con Zeus y los demás para allanar el camino de regreso a Ravka para ti y Aleksander. Podrán tener el bebé que tanto anhelan, y seguirán dirigiendo el segundo ejército

Con esas palabras, Afrodita desapareció con la misma gracia con la que llegó, me dejó con una mezcla de esperanza y nerviosismos. El destino de su amor con Alek estaba ahora en manos de los dioses.

Mire a Nico dormido y me volví a costar con el, en ese momento si me sintió. Y se despertó de golpe viéndome.

—¿Que pasa?

Yo solo le sonríe y lo abrace.

—Te amo hermano mayor, gracias.

El no entendía de que le hablaba, solo me abrazo de vuelta y nos volvimos a dormir

***

Estábamos Nico, Percy y yo en el lago, una costumbre que comenzamos a tener desde que volvimos. Cuando una luz nos envolvió y aparecimos nada más ni nada menos que en la sala de trono del Olimpo.

Narrador Omnisciente

En la majestuosa sala del Olimpo, los dioses se reunieron con solemnidad. Zeus, con su mirada imponente, presidía la asamblea. Afrodita, elegante como siempre, se destacaba entre ellos.

Zeus se aclaró la voz y comenzó a hablar.

- Lysandra,  hemos escuchado vuestra historia. Afrodita nos ha hablado del amor puro que florece entre tú y Aleksander. En reconocimiento a este vínculo, hemos decidido permitirte el regreso a Ravka.

La diosa de la belleza sonrió con complicidad mientras los demás dioses asentían. La sala se llenó de una energía cálida y esperanzadora.

- Que vuestro amor desafíe todas las adversidades. Que los vientos os guíen de nuevo a vuestro hogar, y que la bendición de los dioses acompañe vuestro camino.

Con esas palabras, la luz dorada envolvió a Lysandra, Nico y Percy, transportándolos de vuelta a Ravka.

Esposa del general KiriganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora