Esposa del general Kirigan

𝟬𝟰𝟳

Narra Omnisciente

En una clara mañana en Ravka, el bosque que alguna vez había sido testigo de su amor se vestía con la suave luz del sol. Entre los árboles altos y los rayos de luz filtrándose, Aleksander y Lysandra se preparaban para renovar sus votos en una ceremonia íntima.

Lysandra, envuelta en un vestido etéreo con detalles que recordaban la primera vez que se casaron, esperaba en la tranquila arboleda. Los destellos del sol acariciaban su rostro mientras sostenía un ramo de flores silvestres.

Aleksander se acercó con gracia, vestido en un atuendo que equilibraba la elegancia y la simplicidad. El amor en sus ojos brillaba aún más fuerte que el sol que derramaba su luz sobre ellos.

La ceremonia comenzó con las canciones suaves de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas. Nico y Percy, como testigos y compañeros cercanos, estaban presentes para compartir este momento especial.

Aleksander y Lysandra intercambiaron votos llenos de amor y promesas, expresando su compromiso de amarse y apoyarse en todas las etapas de la vida. Cada palabra resonaba en el bosque, llevando consigo la fuerza de la historia que compartían.

Luego, con delicadeza, intercambiaron anillos que llevaban grabados símbolos que solo ellos entendían. Era una conexión única, un lazo que trascendía el tiempo y las adversidades.

- Ahora los declaro, una vez más, marido y mujer - anunció Nico con solemnidad.

Una suave brisa acarició sus rostros mientras Aleksander y Lysandra se besaban con pasión y ternura, sellando su compromiso renovado. El bosque, como un testigo silencioso pero poderoso, parecía cobrar vida con la energía de su amor.

Después de la ceremonia, el pequeño grupo compartió un festín sencillo, rodeados por la naturaleza que siempre había sido cómplice de su historia de amor. Risas, historias y miradas cómplices llenaron el aire, creando recuerdos que atesorarían para siempre.

La boda íntima en el bosque no solo simbolizaba un nuevo comienzo, sino también la continuidad de un amor que había resistido el tiempo y las pruebas. Con cada risa compartida y cada gesto cariñoso, Aleksander y Lysandra celebraron no solo su unión renovada, sino la promesa de un futuro lleno de amor y felicidad en Ravka. Después de todo ya no se volverían a separar