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Narra Aleksander

Miro al pasado y no me creo todo lo que pude conseguir, las metas que yo soñaba tener de pequeño ahora las tenia sin esconderme.

Los grisha no éramos perseguidos, éramos razonablemente libres, lo único malo y que estorba son los gobernantes de Ravka, pero antes estábamos peor.

Me llenaba de dicha ver que ahora cada grisha era entrenado desde pequeño, que podia usar sus keftas si pánico a nada y demostrando a todo el mundo que eran poderosos, que ellos eran un fuerte unido.

Mientras recordaba todo esto, simplemente yo le daba caricias a la espalda desnuda de mi esposa. Estábamos en invierno así que no importaba cuanto frio hiciera, nos manteníamos calientes con nuestro calor corporal, y todas las cobijas con las que dormimos, por petición de mi esposa, aunque no me quejo, también por petición mía, dormimos con muchas almohadas, no había lugar en el cabezal de la cama que no tuviera almohadas, aunque era una perdida de espacio, ya que yo siempre estoy abrazando a mi esposa, tal como estaba en estos momentos.

Seguí con las caricias delicadamente hasta que ella se comenzó a despertar, ella arrugo su nariz molesta por tener que despertar del cálido mundo de los sueños, yo con cuidado y amor bese su pequeña nariz.

-Buenos días.

Con cuidado me ubique en el medio de sus piernas.

-Buenos días Lapuska. No hay mejor forma de despertar que contigo al lado.

ella enredo sus piernas alrededor de mi, yo sentí su entrada humeda-

-Tan rápido y ya esta parado.

-Es tu culpa.

La bese y con mucho cuidado ella comenzó a tocar mi miembro mientras yo movía mis caderas.

Puede que hayan pasado años, yo nunca me cansaría d estar con ella aquí en la cama, o en mi vida, ahora siempre ella tiene que ir de mi brazo o de mi mano, debemos compartir un caballo y un cuarto. Ya no me acostumbraría si yo llegara en la noche y no la viera a ella en pijama en la cama, esperándome para dormir juntos. Simplemente ella es mi vida.

Ella se demoro mucho en comenzar a no sentirse culpable por la perdida de nuestro hijo, y lo que mas deseo es hacer un mundo seguro para que podamos tenerlo.

Aun no llegaba la persona con el poder de controlar el sol, debía buscar otra manera de mantener segura a mi esposa

Ya lo estaba consiguiendo todo el mudno nos conocían, y todos sabían que si le hacían algo a Lady Kirigan, se ganarían de enemigo al general Kirigan, que mataria a todo aquel que le hiciera algo a su adorada esposa.

Esposa del general KiriganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora