NOVALEE
Debo engañar el hambre mascando chicle. Desde el desayuno, lo único que he ingerido, es café, dos galletas, y una manzana. Eso es un banquete para mi, pero mi estomago no parece pensar lo mismo.
Las puertas de la cafetería se abren, y mi amiga Sasha entra tras ellas.
Me saluda con la mano. Le indico que en un momento estaré con ella, solo debo entregar la comida de la mesa siete.
-Te espero afuera- dice solo con sus labios. Asiento.
-Voy a tomar mi descanso- le digo a Tony, el dueño de la cafetería. Este solo gruñe en asentamiento, mientras sigue limpiando sus carritos de colección, de la estantería.
Salgo a la fría mañana del día, sintiendo como se cala en mis huesos.
-Parece ser que el negocio a prosperado- me dice Sasha, mientras me ofrece un cigarrillo. Lo tomo de sus manos -¿que ha hecho Tony? ¿fue donde un brujo?-
Antes la cafetería no era tan concurrida como lo es ahora. La comida era del asco. Pero Tony no estaba dispuesto a cambiar de chef, porque ese tipo aceptaba pagos en cervezas. Pero después que Tony se dio cuenta que su negocio se vendría abajo, sino cambia de chef, reacciono, y contrato alguien mejor. Lo que resulto en mejores ventas. El único problema era que el tipo era un abusivo, y cada que podía, se intentaba sobrepasar con las empleadas. Pero como dicen, no hay mal, que por bien no venga.
-Tiene a un cerdo trabajando en la cocina- enciendo el cigarrillo con el encendedor que Sasha me ofrece -el tipo cocina bien, pero tiene la mente mas retorcida que el tipo de Playboy- Sasha se echa a reír, mientras el humo del cigarrillo sale de su fosas nasales -¿pero que haces aquí? ¿tienes libre este día en el Call Center?- me apoyo en la vitrina de la cafetería, fumando mi cigarrillo despacio, desenado que sea infinito, para que calme mi hambre.
-Bueno, renuncie al Call Center- Sasha levanta sus ojos del asfalto, mientras yo intento no atragantarme con el humo de cigarrillo, por la noticia que acabad de darme Sasha.
Sasha, al igual que yo, estaba en una situación precaria. No podía darse en lujo de renunciar a un trabajo. En especial porque tenia que darle de comer a su hijo de cinco años.
-Me voy, Novalee- me doy la vuelta, mirando directamente a Sasha, mientras la cenizas del cigarrillo, caen en mis zapatos -Benny, el primo de Carla, te acuerdas, nuestra compañera de secundaria- asiento -me ofreció llevarme a los España- Sasha le da un larga calada a su cigarrillo.
-Pero Sasha, ¿ de que forma te iras?-
Gente venia, y gente iba. Algunas de buena forma, y otras que no. Sasha y yo nos habíamos creado en el bajo mundo. Donde las drogas se vendían como si fueras a una panadería. El bajo mundo, donde las mujeres se vendían por sexo, y los hombres eran criminales. Sasha y yo siempre intentamos mantenernos al margen. Trabajando duro desde los quince años. Siempre soñamos con salir de ese mundo, pero de una buena forma. Vivir la vida tranquilas, sin miedos, o preocupaciones.
Recordaba a Carla muy bien, y sabia que nunca había sido alguien de confiar. Por eso sabia que el que Sasha se fuera a España con ese tipo Benny, no era buena señal.
-Benny tiene un trabajo para mi- descarto el cigarrillo en la acera.
-¿Que tipo de trabajo?- le pregunta a Sasha, cruzándome de brazos -¿que hay de Leo?-
Sasha le da una larga calada a su cigarrillo, antes de responderme. Tiene la mirada perdida al frente. Casi puedo ver un vacio en ellos.
-Algún tipo de trabajo como camarera, o algo así- Sasha no me mira a los ojos, y la conozco como para saber que miente -Leo se quedara con mamá, mientras encuentro la forma de llevarlo a España-
-Sasha- digo su nombre como un reproche -¿que es lo que piensas hacer?- Sasha le da una larga calada a su cigarrillo de nuevo -te hará llevar droga, ¿no?- Sasha no responde, pero mi intuición nunca falla -¿Porque Sasha?- puedo sentir mi garganta contraerse, y las lagrimas hacer camino en mi ojos -Piensa en Leo, por favor- mi voz esta llena de angustia.
La mamá de Sasha no es la mujer mas dulce del mundo. Siento pesar por el pobre de Leo, si llegara a tener que criarse con su abuela. Sasha era una buena madre, y muy amorosa con Leo.
Sasha suspira con pensar, y mira a su alrededor con ojos de fastidio.
-Mira a tu alrededor Nova- lo hago -¿es así como quieres vivir por el resto de tu vida?- miro a los mendigos de las aceras, la basura en las calles, los grafitis en las paredes -esto no es vida, Novalee. Esto es vivir como una rata de alcantarilla. Estoy cansada de despertarme cada día, y saber que soy miserable- Quiero darle una mejor vida a mi hijo. Y no quiero despertarme un día, pensado que quizá esta era la oportunidad de lograrlo, y no la tome- una par de lagrimas caen de sus ojos.
-Pero Sasha, sabes que no será así por el resto de tu vida...-limpio las lagrimas de mis propios ojos -estamos trabajando para salir de aquí, se que nos tomara un poco mas de tiempo del esperado, pero...-
-Pero, pero, pero- Sasha suspira con fastidio, dejando caer el cigarrillo al suelo -tu aun sigues soñando Novalee, yo ya desperté- sus palabras duelen, pero no le digo nada. Quizá ella tenga razón -estoy agotada, se me presento esta oportunidad, y voy a tomarla. Tengo fe que este es mi boleto, para salir de esta miseria, Nova- la expresión en los ojos de Sasha cambia. Me mira llena de esperanza -si esto se da, voy a comenzar una nueva vida unto a mi hijo, hare las cosas de forma correcta, voy a encontrar trabajo en un lugar digno, y veras que seré feliz- abrazo a mi amiga, mientras mis lagrimas empapan su camisa -se que teníamos un sueño Nova, de poner nuestro negocio propio, y lo siento mucho, pero ya no puedo esperar-
Nos quedamos en un abrazo, mientras la gente pasa de largo, y nos mira como si fuéramos dos bichos raros.
-¿Me apoyas?- miro a Sasha a los ojos, y pesar que siento un nudo en la garganta, y el estomago, asiento. Ella vuelve abrazarme con cariño -gracias amiga-
Minutos después, Tony sale con su perpetua cara de pocos amigos, y me hace saber que debo regresar al trabajo.
-Cuando hayas cruzados las puertas del aeropuerto hacia España, asegúrate de llamarme- le doy un ultimo abrazo - se que vas a lograrlo Sasha-
Me despido de Sasha una ultima vez, intentando no llorar.
Antes de seguir con mi trabajo, voy al baño, y me encierro en una cabina.
Ya no se a quien mas orarle, hace tiempos atrás deje de creer que dios estaba de mi lado. Pero le hago una ultima petición, dejando de lado mis problemas.
Le imploro, hincándome sobre el sucio piso de los baños de la cafetería, que todo le vaya bien a Sasha.
Pero ni el orar, alivia lo que siento en mi corazón, y la soledad que me embargara, al perder a mi única amiga.
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El teorema de las posibilidades
RomantikNovalee es una chica que toda su vida se la ha pasado soñando con una vida igual a la de las películas románticas de Hollywood. Donde el príncipe azul la rescata del villano, juntos vencen todos los obstáculos que se les interponen en el camino, y t...