BENJAMIN
Le miento a Novalee, y le digo que tengo que regresar a la oficina, por unos documentos que olvide. Ella me despide con una sonrisa, mientras se marcha dentro del hotel.
Termino en la calzada de la casa de Nadia.
Puedo sentir el pulso de mi corazón, hasta en las venas. Estoy sudando, a pesar que es una noche fria. Y los pensamientos no dejan de rodar en mi cabeza.
La mayoria del tiempo, mi cerebro es un lugar tranquilo en el cual estar. Pero no esta noche. Esta noche se siente como si mis miedos, ideas y pensamientos, fueran a salir de mi cabeza en una explosión.
-Hola Benjamin- me saluda Nadia -¿todo esta bien?- se acomodo el sueter sobres su cuerpo, y al verme vestir solo mi camisola, me mira con el ceño fruncido -¿no tienes frio?-
-Nadia, ¿puedo hablar contigo?- ella escucha la suplica en mi voz, y rápidamente me dice que puedo pasar a su casa.
Se que acaba de regresar a su casa, que estuvo en remodelación durante seis meses. Es por eso que no me sorprende ver cajas agrupadas sobre el suelo. Lo que me hace sentir mal conmigo mismo, por no haberle ofrecido ayuda.
-Nadia, ¿aun necesitas ayuda con la mudanza? lo siento por no haber preguntado antes-
Nadia me lleva hasta el sillón, y hace que me siente. Va a la cocina, y trae un vaso con agua, consigo.
-No pienses en eso ahora Benjamin- tomo el vaso de sus manos, y lo bebo de un solo trago -ahora lo que importa es saber que te sucede- se sienta a mi lado -¿es algo de la oficina?- niego con mi cabeza -entonces debes decirme que sucede, porque para ser sincera, no se me ocurre otra razon por la que estes de esta manera- le entrego el vaso vacio, y ella lo coloca sobre una mesa plegable.
-No estoy seguro si debería decírtelo- admito, mientras el sudor baja de mi frente -es solo que no se que hacer, y se que tu podrias tener las respuestas-
Nadia comienza a preocuparse mas, al verme tan alterado.
-Dimelo, prometo no juzgar. Si lo que necesitas ahora es una amiga, eso sere. Y si necesitas una psicologa, tambien. Solo dime que pasa-
Me levanto del sillón. Comienzo a caminar de lado a lado. Nadie me sigue con la mirada, mientras su ceño se frunce cada vez mas.
-Es solo que creo...-agito mi cabello -creo que estoy enamorado de otra mujer, Nadia- cierro mis ojos. No puedo ver a Nadia, sin sentir vergüenza. Estoy casado con su sobrina, a la que adora como una hija.
Varios minutos pasan antes de que Nadia hable.
Mis ojos siguen cerrados.
-¿Amar, Benjamín?- su tono de voz no es hostil, como lo hubiera creído. Hay mucha intriga en su pregunta.
Abro mis ojos. La expresión en el rostro de Nadia, es igual al tono de su pregunta. Llena de intriga, libre de hostilidad o enojo.
-¿Como defines estar enamorado?- le pregunto -no lo se Nadia, se siente así, pero quizá solo sea...- no puedo decir la palabra, no cuando ya me he quemado demasiado, frente a la tía de mi esposa.
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El teorema de las posibilidades
RomanceNovalee es una chica que toda su vida se la ha pasado soñando con una vida igual a la de las películas románticas de Hollywood. Donde el príncipe azul la rescata del villano, juntos vencen todos los obstáculos que se les interponen en el camino, y t...