CAPITULO 21

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NOVALEE

Ya es pasada mi hora de salida, pero ya que es mi día libre en el hotel, decido quedarme un par de horas mas, terminado de trascribir los datos, de los meses de octubre y Noviembre del año pasado.

Apago la computadora, y guardo mi teléfono y mi billetera en mi bolsón.

La oficina ya esta desierta, incluso la oficina de Benjamín tiene la luz apagada.

Tenia la esperanza de cruzármelo por el pasillo, y saludarlo.

Aun tengo grabada su expresión de desconcierto con la que me miro, esta tarde en la cafetería. Fue difícil de interpretar, en especial con su salida apresurada, casi como si fuera un prófugo que se dio cuenta que la policía estaba cerca, y debía huir.

Para mi sorpresa, Benjamin aun seguia en la oficina. Estaba parado frente a los ascensores, viendose completamente derrotado, mientras apoyaba su brazo sobre la pared, con su cabeza caida hacia abajo.

-Buenas noches- da un salto casi comico, al escucharme hablarle. Se da la vuelta al instante y me miro como si fuera un fantasma -¿estas bien?- parecia estar emfermo, con ojeras bajo sus ojos, su cabello despeinado, y la tez con un rastro de barba.

-Si- dice rapidamente, pareciendo recomponerse de algo -¿aun estabas en la oficina?- intenta acomodar su cabello despeinado, pero sin su usual gelatina, su cabello es un despliegle de mechones marrones, levemente ondulados.

-Si. Estaba termindo de clasificar las compras de los meses de Octubre y Noviembre del año pasado- el asiente -tus notas ayudaron mucho. Gracias- vuelve asentir, sin dirigir su mirada a mis ojos.

El timbre que anuncia que el ascensor esta aquí suena. El me indica que pase primero, y luego el me sigue, manteniendo una gran distancia entre ambos.

Benjamín suspira con exasperación, mientras mira la pantalla del ascensor, el cual anuncia el nivel en que estamos. Parece querer apresurar el ascensor y salir corriendo fuera, lo que por alguna razón, me molesta mucho.

-¿Que es lo que te hecho?- la pregunta sale de mis labios casi involuntariamente, en el mismo instante en que se escucha un extraño ruido en el ascensor.

Ambos dirigimos nuestra mirada a las puertas, y luego las subimos a la pantalla de los niveles. Esta se ha quedado en blanco, parpadeando de vez en cuando, el número del piso en el que estamos. El ascencor se detiene por completo, y casi nos hace caer al suelo.

-¿Que fue eso?- preguntó asustada, aferrandome a las asas de mi mochila.

-No lo se- dice Benjamín, presionando uno de los botones del ascensor, que creo es el de auxilio-llamare a la operadora, no te preocupes- una voz casi robotica, le consteta al otro lado a Benjamin -estamos atrapados en el ascensor, en el edificio Alameda, en el centro de la ciudad- la voz robotica le contesta que se lo informara a uno de los tecnicos para que lleguen al lugar del suceso -gracias- le contesta Benjamin, a pesar que es una maquina quien le contesta -hay que esperar- dice el casi con decepción -puede que tarde un par de minutos-

Me dejo caer en el piso del ascensor, sintiendo como el lugar comienza tornarse un poco mas caliente.

Benjamín se queda de pie, con su mirada baja, como si la suela de su zapato fuera la cosa mas interesante del lugar.

El teorema de las posibilidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora