BENJAMIN
El golpe de un boxeador directo en mi rostro, hubiera sido preferible para mi, que tener que enfrentarme a esta situación. Y lo peor de todo, de una forma tan inesperada.
Stephanie no me da sorpresas, asi que estoy asumiendo que este acto de espontaneadad, se debe a mi madre.
Ve a Novalee pasara tras Stephanie y mi madre, a toda velocidad. Mis ojos la siguen, hasta que ella se sube al ascensor.
Estaba apunto de ir tras de ella, pero los brazos de mi madre me detienen, como si supiera que era lo que estaba a punto de hacer.
-Tu madre decidio darte una sorpresa- me dice Stephanie, luego de colgar una llamada. Se acerca a mi para darme un abrazo. Se lo regreso de una forma casi descuidada -si que lo hemos soprendido, ¿no, Susana?- mi madre sonrie, pero en sus ojos puedo ver la realización.
-Hijo, pensamos que seria buena idea venir a verte, almorzar juntos, ¿que te parece?-
Mis palabras son casi un balbuceo. Aun no puedo tragar el nudo que se ha formado en mi garganta, ni creo que mi estomago sea capaz de digerirlo.
-Claro, es una buena idea- Stephani entra a mi oficina, tomando asiento en la silla frente a la mia.
-¿Que te parecen Mariscos? de este lado del pais, hacen los mejores cocteles de camarón en salsa rosada- me dice Stephanie, mientras mira su celular, totalmente distriada por todo el caos que pasa en mi rostro. Pero mi madre no lo pasa por alto.
-Stephanie, ya estaremos de regreso. Necesito que Benjamín me indique donde estan los baños-
-No hay problema. Enviare un par de correos que tengo pendientes-
Mi madre es quien me toma de la mano, y me lleva hasta otra de las oficinas del piso.
Una vez dentro, dejo salir el aire que estaba reteniedo en mis pulmones. Camino de lado a lado, intentando pensar en que sera lo que le dire a Novalee. Tenia planeado decirselo en el almuerzo, pero mis planes se habia estropeado.
¿Porque nada me esta saliendo bien?
-¿Era esa la mujer de la que me hablaste?- el tono de mamá es glacial, al igual que su mirada. No le digo nada -es joven, casi una niña Benjamín- apoyo mis manos sobre el escritorio, respirando tras la nariz -no vas a dejar que una niña a la que quieres llevar a la cama, destruya tu matrimonio-
-No es eso mamá- mis manos parecen queres traspasar el escritorio -es joven, pero no es una niña. Y no solo quiero llevarla a la cama- cierro mis ojos.
Siento a mamà caminar a mi lado, pero no abro mis ojos. Mis pensamietos siguen haciendo remolinos en mi cabeza, queriendolo hacer explotar en mil pedazos.
-¿Que dices, Benjamín? ¿que es lo que estas pensando?- mamà eleva la voz, algo que rara vez hace conmigo -no me digas que piensas dejar a Stephanie, por una empleada que conociste hace tres dias-
Quito mis manos del escritorio. Comienzo a caminar de nuevo, de lado a lado. Esto es demasiado para mi. No existe una forma sencilla de mostrarle a mamà, como me siento junto a Novalee, y como lo hago junto a Stephanie. Ella no lo entenderia. Solo veria a su hijo, siendole infiel a su esposa, con la mujer que ella piensa es una niña a la cual solo quiero llevar a la cama. Pero yo no soy papà, se diferenciar lo correcto, de lo que no esta bien. Y quiza si no quisiera a Novalee, como se que lo hago, la habría llevada a la cama días atras.
-Mamá, se lo que estas pensado en estos momentos, pero no es así. Novalee es mas que solo una niña. Si llegaras a conocerla, se que te agradaría-
-No Benjamín, estas cegado por ella, porque es mas joven, y manipulable. No solo le haras daño a Stephanie, si no a esa niña también-
No soporto que siga llamando a Novalee, esa niña, como si fuera alguien despreciable.
Dejo de caminar, y miro por primera vez a mamá a los ojos. Ella se mantiene firme, sin sentirse intimidada por mi mirada, que la puedo sentir arder del enojo que siento por dentro.
-Mamà, yo no soy papà- puedo ver el labio de mamà temblar -no pienso engañar a mi esposa, solo porque una mujer mas joven se cruzo en mi camino. Si hubiera tenido la intencion de hacerlo, lo habria hecho sin decirte nada. Me siento culpable mamà, lo creas o no. Pero quiero que sepas que no quiero a Stephanie, tanto como quiero a Novalee- la cara de mamà es de displicencia. Quiza si me tuviera mas cerca, me daria una cachetada. Sus manos se hacen puños en sus lados -se que es duro de escuchar, pero no puedo seguir mintiendole a Stephanie, o mi mismo, o a los demas- me siento agotado al final de todo. Me dejo caer en la silla mas cercana -no quiero decepcionarte mamà, ni quiero herir a Stephanie. Pero esta vez, no voy hacer lo que todos quieren- y después de mucho tiempo, una sola lagrima solitaria, cae de mis ojos -y si me equivoco con la decisión que voy a tomar, puedes condenarme por el resto de mi vida. Pero dejame intentarlo-
La frialdad de mamá no se borra de su semblante, pero sus manos se suavizan a sus lados.
-No hagamos mas escándalos en la oficina, Benjamín- suspiro con exasperación -si vas a decirselo a Stephanie, que no se en la oficina-
Mamá sale de la sala dejándome solo, mientras me recompongo de todo este caos en el que me he convertido últimamente.
No pensaba tanto en Stephanie, como lo hacia en Novalee. Es entonces que me doy cuenta donde yace la lealtad de mi corazón.
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El teorema de las posibilidades
RomanceNovalee es una chica que toda su vida se la ha pasado soñando con una vida igual a la de las películas románticas de Hollywood. Donde el príncipe azul la rescata del villano, juntos vencen todos los obstáculos que se les interponen en el camino, y t...