NOVALEE
Mi abuela solía decir que ningún hombre, te hace un favor de gratis. Y lo comprobé mientras crecía. Es por eso que me siento a la defensiva con Benjamin. Yo no le pedi que me rescatara, muchos menos que pagara la factura del hospital. Asi que si el intenta sobreparse conmigo, o comenzar a insinuarse vulgarmente, lo siento por su hermoso rostro de hombre millonario, pero le propiciare una cachetada.
El camino al hotel es silencioso. Miro a la ventana todo el tiempo. La radio esta encendida, pero se escucha casi lejanamente.
-¿Tienes mucho de trabajar en el hotel?- rompe el hielo Benjamín.
-Tres años- digo simple y claro. Pero siento la respuesta demasiado cortante, y hasta ahora el hombre no ha intentado nada, así que juego ha ser amable -solia estar en el area de la cocina, un año despues, aplique para el area de la limpieza de cuartos, y demas. Y es donde estoy ahora-
-¿Puedes seguir subiendo de puesto?- gira en una curva, y no puedo evitar mira a hacia sus manos, mientras giran el volante del auto. Esa siempre ha sido una debilidad para mi. Las manos de los hombres al manejar. Y Benjamín tiene bonitas manos.
-Bueno, puedes llegar a ser supervisor, pero eso toma mucho mas tiempo-
-¿Que me dices de la gerencia?-
Horas atrás, esto hombre era casi un mimo. Tenia que interpretar cada gesto de su rostro. Y ahora parece ser el rey de las preguntas.
-Necesitas un titulo universitario para el puesto. Yo solo llegue hasta el bachillerato- suspiro con pesar.
Mi sueño era estudiar diseño, pero al igual que todos mis sueños de adolescencia, se quedaron solo en eso, como sueños y anhelos dentro de mi cabeza.
-Eres joven, aun podrías estudiar. Hay muchas universidades que ofrecen buenas becas-
Sabia que había varias universidad que ofrecían esa oportunidad, pero no tenia el cerebro de Einstein, y en cada ocasión que aplicaba a una beca, fallaba en los examen de aptitud. De igual forma, trabajar era mas vital para mi que estudiar. Nadie te paga por ir a estudiar, lastimosamente.
-El trabajo era prioritario-
Otro giro en la carretera, pero esta vez soy lo suficientemente fuerte, como para no dejarme llevar por la tentación.
El silencio vuelve a interponerse entre nosotros, y aun faltan unos quince minutos para llegar al hotel. Creo que es mi momento de hacer la preguntas, no sentir estos quince minutos, como una tortura total.
-¿Cual es su profesión?-
Me encantaría tutearlo, pero de esta forma es menos personal. Benjamín es mayor que yo seis años. Lo vi mientras firmaba los papeles que la enfermera le entrego. No es como si fuera un vejestorio a la par mi, incluso tenia un rostro un poco aniñado para ser un hombre de treinta años, pero éramos desconocidos, y esta era la forma correcta de tratar a un desconocido, que no rondaba tu edad.
-Estudie finanzas- casi suspiro con pesar, al ver la enorme fila de carros, a la que nos enfrentábamos. Esto nos tomaría mas de quince minutos.
Ahora comprendo porque su idioma de números y teorías. Lo tomaba mas por el lado de abogado, con su traje formal, y zapatos relucientes. Nunca solía equivocarme, pero creo que siempre hay una primera vez para todo.
-¿Eres bueno en matemáticas?- alimentare esta conversación, hasta llegar al punto de quedarme sin preguntas. El silencio incomodo, siempre suele ponerme ansiosa.
-Si, soy bueno con los números, ¿que me dices tu?-
¿Que le digo yo?
Soy torpe para los números, malísima, una catástrofe, no recuerdo las tablas de multiplicar, y utilizo la calcurada de mi celular, incluso para operaciones sencillas.
-Mas o menos- el sonríe de lado, lo veo por el rabillo de mi ojo -pense que serías un abogado, por lo del hotel y eso- la fila de carros comienza avanzar con fluides. Los minutos de tortura comienza a disminuir.
-No- ríe divertido -no soy bueno con los leyes- deja escapar un suspiro, tan discreto, que si mi mirada no fuera tan aguda, lo hubiera pasado por alto -Soy inversionista. Planifico informes, hago números para saber si un proyecto es rentable o no, realizo estadísticas, y probabilidades-
Para mi un centro comercial, era solo eso. Un simple lugar donde la gente llegaba a gastar su dinero. Nunca imagine que tras de ella, había tantas cosas que tener en cuenta.
Era una ingnorante, como la vecina solia decir. Ella decía que ignorábamos tantas cosas de la vida, que otras consideraban importantes, y que lo eran, pero para ella solo le importaba tener un techo bajo su cabeza, comida cada dia, y amigos con los cuales reír. Ella era feliz, incluso en su pobreza, Marlene era feliz. Yo soñaba con alcazar su plenitud en mi vejez. Pero por el momento, todo me preocupaba.
-Tu no solo vez una vaca ¿no?- no era la pregunta que tenia en mente. Solo salio casi por volutad propia. Benjamin me mira intentando entender mi logica -para mi, una vaca es una animal de granja. Lo ordeño a veces, porque quiero leche, pero cuando no tengo deseos, dejo que pasen los dias sin ordeñarla. Seguro tu no piensas igual-
He regresado a tutearlo, y me gusta mas. Lo siento, pero lo mío no es hablar formalemente. Me crie en el barrio. Es mi escuela.
El sonrie, comprendiendo de que hablo. Rie tan genuinamente, que no puedo dejar de verlo. Es casi como estar viedno a otro hombre, y no al tipo de trajes caros, con cara de poker todo el tiempo.
-Es cierto- dice al final -no veo solo una vaca- ahora soy yo quien sonrie.
Suspiro, aferrando mi mochila a mi pecho.
Puedo ver la enorme brecha entre ambos. Mi maestra de sociales solía decir que el rico, nunca llegaría a ser pobre. Ellos miraban la oportunidad de hacer dinero, en cada cosa, por mas insignificante que fuera. En cambio los pobres, teníamos la mentalidad igual de pobre que nuestros bolsillos. Conseguíamos un trabajo por el resto de nuestra vida, y nos acomodamos en esa vida, hasta el día que moríamos. Yo no quería caer en ese circulo vicioso, y creo que esa era mi mayor fustracion hasta la fecha. El saber que quiza, el circulo vicioso se repitiria en mi vida.
Dejo caer mi cabeza hacia atras, sintiendo otra oleada de tristeza en mis hombros.
-¿Te sientes de nuevo mal?- pregunta con preocupacion Benjamin. Niego solo con mi cabeza -seria mejor que descansaras...- me mira brevemente cuando comienzo a negar con la cabeza.
-Si quiero ser como tu algún dia, no puedo descansar ahora- el vuelve a desviar su mirada de la carretera, y me mira -no quiero solo ver una vaca, Benjamín, quiero vivir de la vaca-
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El teorema de las posibilidades
RomantikNovalee es una chica que toda su vida se la ha pasado soñando con una vida igual a la de las películas románticas de Hollywood. Donde el príncipe azul la rescata del villano, juntos vencen todos los obstáculos que se les interponen en el camino, y t...