CAPITULO 8

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BENJAMIN

Antes de ir a la oficina, había decido pasar por el terreno donde se construiría el centro comercial. Necesitaba darle un ultimo vistazo, antes de que las maquinas de construcción llegaran adecuarlo . Sabia que lo hacia también, bajo la influencia de las palabras de la chica de limpieza. Quizá quería sentir lo que ella sentía al estar en la granja, o ver mas haya de lo que para mi era un simple terreno con potencial.

Me desvió en la curva de la autopista, y llego hasta el terreno.

Traspaso los cordones que rodean la propiedad, y me adentro al sitio lleno de vegetación.

Nunca fui un chico de campo. Me crie en la ciudad, rodeado de edificios, y concreto. Raras veces, papá nos llevaba de paseo al campo. Siempre era al extranjero , o la casa de playa de los abuelos. Por lo que nunca sentí aficion por la naturaleza.

El tío de Stephanie, amaba acampar. Muchas veces me prepuso llevarme con el, pero Stephanie siempre me detenía, diciendo que lo odiaría. Los mosquitos, el polvo, el calor, dormir incomodo bajo una tienda de acampar. Así que nunca lo hice.

Pero sin duda, puedes sentir el aire mas puro, y ese olor a grama, el cual no sabia me agradaría tanto.

Tomo un respiro profundo, dejando que mis pulmones se llenen de aire puro.

Siguió caminando mas allá de los escombros de lo que supongo fue la casa de los señores Chacón.

A una distancia mas allá del terreno, puedo ver el bulto de algo, que yace sobre la grama. Desde aquí no puedo distinguirlo. Puedo hacerlo pasar por un animal descansado bajo la sombra, pero dudo que ese sea el caso.

Camino mas, y mas cerca del bulto, hasta que me doy cuenta de lo que realmente es.

Caigo de rodillas sobre la grama, tomando en mis brazos el cuerpo lánguido de la chica de la limpieza. Le doy leves palmaditas en su rostro, pero ella no reacciona. Tomo su pulso, y puedo sentirlo. Respiro mas tranquilo. Su cuerpo entero esta cubierto en sudor, y esta mas blanca que el papel.

Trago el nudo que se forma en mi garganta, y tomo a la chica en mis brazos.

Mis largas piernas me llevan hasta mi carro rapidamente.

Coloco a la chica dentro del auto, en el asiento del copiloto. Le coloco el cinturon de seguridad, y corro hasta el lado del piloto.

Me incorporo a la carretera, pisando el acelerador a todo dar.

-Vas a estar bien- le repito, una y otra vez a la chica -no te preocupes, estaras bien-

Miles de preguntas se forman en mi cabeza, que solo la chica inconsciente a mi lado puede responder.

Recuerdo haber visto una clinica aqui cerca.

Conduzco desconociendo si estoy en el camino correcto.

-Lo sabia- doy un suspiro de jubilo, al ver las letras azules del centro de atencion medica.

No parqueo el carro a la perfección, que en una situación diferente, me molestaría. Pero la vida de una chica corre peligro. No es momento de ponerme a pensar en mis trastornos obsesivo- compulsivos.

Tomo a la chica en mis brazos. Un escalofrió me recorre el cuerpo, cuando siento lo helado que esta el cuerpo de la chica, lo que me hace empezar a moverme mas deprisa.

Entro al centro medico a toda prisa, casi colisionando con un paciente en silla de ruedas.

-¿Cual es la emergencia?- me pregunta algo molesta la enfermera.

-Se desmayo, esta muy helada. No se cuento tiempo ha estado inconsciente- mis palabras se tropiezan unas con las otras, pero la emfermera logra entederme.

Le toma el pulso en la mano a la chica, y parece darse cuenta de la magnitud del asunto.

-Sigame-

A toda prisa, camino tras la emfermera.

Me indica que entre a una habitación.

-Colóquela en la cama. Ya vendrá un doctor atenderla- la enfermera sale del cuarto.

Coloco a la chica en la cama.

Me quedo parado junto a la cama, sin dejar de ver el pecho de la chica, subir y bajar. Hasta parece que yo estoy respirando a su ritmo.

El doctor entra a la habitacion, sin esperar una explicacion por mi parte. La emfermera entras tras el. Me hacen a un lado, y comienza a evaluar a la chica.

El doctor abre los ojos de la chica, y los ilumina con una lampara.

-Colóquele suero - la enfermera asiente. El doctor se da la vuelta.

-¿Es usted familiar?- niego, sin despegar mis ojos de la chica -¿novio?-

-No, yo, solo la conozco. No...-aclaro mi garganta -trabajamos juntos, la encontre desmayada-

-¿No sabe los hábitos alimenticios de la señorita? por ejemplo, ¿si comio este mañana?- niego -perfecto- sube sus hombros hacia arriba, casi molesto con mi respuesta -por ahora veremos como reacciona al suero. Cuando recupere la conciencia, le hace saber alguna de las emfermermas, porfavor- asiento.

El doctor sale sin mas de la habitacion.

La enfermera termina de colocarle el suero a la chica, y se acerca a mi, con una libreta en las manos

-¿Cual es el nombre, y la edad de la señorita?-

-No lo se. Yo, apenas la conozco- la enfermera levanta la mirada, y me mira con suspicacia -trabajamos juntos, es nueva. La encontré así- no quiero dar cabida a malos entendidos. Por eso estoy mintiendo.

-Llámeme cuando la señorita reaccione- asiento.

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No se cuentas horas pasan, en las que me quedo pegado a la silla, mirando el subir, y bajar del pecho de la chica. Su celular no ha parada de sonar en su mochila. He estado tentado a tomar la llamada, en caso que sean sus papàs. Pero de nuevo, no quiero dar espacio a malos entedidos.

Mi celular igual, no ha dejado de sonar. Todos se preguntan a que horas llegare a la oficina, y les hago saber que no estoy seguro. Se que lo mejor seria marcharme, pero no me atrevo hacerlo. Puede que la chica no solo haya sufrido un desmayo, puede ser mas que eso.

Estaba atendiendo una llamada del arquitecto de la obra, cuando la chica comenzó a dar señales de vida.

-Le hablo después, Martín. Hay algo de lo que debo hacerme cargo-

Poco a poco, la chica abre sus ojos, que aun parecen desorbitados. Se queja cuando se da cuenta de la intravenosa en su muñeca.

-Es suero- sus ojos buscan mi voz -te desmayaste. No se si lo recuerdas, pero estabas en la granja, la que solía ser de los señores Chacón- ella solo me mira, completamente perdida aun -no te preocupes, ya vas a estar bien- ella intenta sentarse, pero la detengo -estas débil, lo mejor será que te quedes recostada- ella cierra sus ojos de nuevo -voy  a llamar a la emfermera-

Salgo de la habitacion, y llamo a la emfermera que me atendio. Esta camina a la habitacion, con la libreta en sus manos.

-Señorita, ¿esta mejor?- la chica abre los ojos, y mira a la emfermera -se desmayo esta mañana. Tengo que hacerle unas  pregutnas, para descartar que sea otra cosa- ella asiente debilemente -¿tiene problemas de alimentacion? hablo de bulimia, anorexia- miro a la chica, que niega con su cabeza. La emfermera anota algo en su libreta -¿que me dice de su rigemen alimentario? ¿come los tres tiempos?- a esto, la chica desvia su mirada de la emfermera, y me mira fugasmente -¿señorita?- vuelve a preguntar la enfermera.

-A veces no desayuno- lame sus labios -no desayune esta mañana, creo que eso hizo que me desmayara-

-Voy a realizarle unos examenes de sangre, solo para asegurme que toda marche bien-

Mi celular vuelve a sonar.

Salgo de la habitación, y no escucho el resto de la platica.

El teorema de las posibilidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora